domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Hasta cuándo? Ya basta


El poco tiempo que a veces pueden pasar padres y madres con sus hijos ya que apenas les alcanza para pagar lo básico trabajando horas extras mientras el partido que tiene la mayoría en la Cámara no cesa en su afán de hacerles, todavía más, la vida más dura, con la navaja de los recortes cada día más afilada, con tal de que los padres que sí tienen el tiempo suficiente para pasarlo entre sus hijos, no paguen un poco más, de lo que ya más bien poco pagan.

Pedro Caviedes. EL NUEVO HERALD

Uno de los daños principales que ha creado la guerra contra las drogas es brindarle a los cárteles, las pandillas y las guerrillas terroristas que se convirtieron en cárteles, el dinero suficiente para comprar armas. Armas. Sin las armas, la guerra contra las mafias que emprenden los gobiernos de los países donde se produce y trafica con drogas ilícitas, sería ganada muy fácilmente por estos. Son las armas las que matan policías, soldados, políticos que los contradicen y otros miembros de la sociedad que se les oponen, y los inocentes que caen entre las balas perdidas y los actos terroristas, además de a los mismos mafiosos que tienen la costumbre de exterminarse entre ellos cada vez que tienen un desacuerdo económico, sobre su negocio sin ley. Puede que en esos países haya, por diversas razones, más personas dispuestas a entrar en el mundo del hampa como forma de hacer fortuna, pero no llegarían tan lejos, de no ser por el armamento que adquieren, y los ejércitos de criminales, a su mando, que lo portan. Lo mismo puede decirse de los grupos fanáticos que se enfrentan a los soldados estadounidenses en países como Afganistán.

Claro que la cultura, la realidad socioeconómica de los países y su situación con respecto a rutas y campos de cultivo (en el primer caso), tienen una gran importancia en el nacimiento y desarrollo de estas multinacionales del crimen. Y por supuesto que la violencia muchas veces se expresa sin necesidad de una pistola. ¿Pero no les parece que el humano, en su, a veces, propensión a la autodestrucción, tendría menos posibilidades de aniquilarse, de extinguirse, si no existieran las armas nucleares? Pues de esa misma manera las víctimas de la guerra nacida por la maldición de las drogas ilícitas, o el terrorismo, serían muchísimas menos, si estos no contaran con tanto dinero para comprar fusiles.

Todo esto lo digo debido al discurso disparatado del vocero de la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) en el que defendía la venta indiscriminada de armamento, y proponía guardias armados en todos los colegios, de paso culpando a los videojuegos y las películas, de la nueva terrible, horrible, pavorosa (se me acaban los sustantivos) y triste, sobre todo triste, tragedia en Newtown, que ha tocado el corazón de todos los Estados Unidos. De todos menos el del susodicho vocero y la junta directiva de la NRA y el de los congresistas que les temen, al parecer, más que a un desequilibrado forrado de munición hasta los dientes entrando al colegio de sus hijos. Dicho sea de paso, en plena campaña presidencial sucedió la matanza de Aurora, y ni el presidente Obama, ni su contrincante Romney, tocaron a fondo este tema tan importante para el futuro de este país.

La magnitud del éxito de una nación se mide por varios factores, siendo una de las principales la seguridad y la tranquilidad de sus ciudadanos. Si todo un país tiene que armarse para defenderse, habría más bien que revisar las instituciones gubernamentales, en lugar de vender más rifles de asalto. No creo que se considere muy exitoso a un país donde profesoras y profesores tengan que dictar clase con una pistola.

En Estados Unidos cohabita el 5% de la población mundial, con el 50% de las armas del planeta. Por cada McDonald’s que hay en esta nación, existen cinco compraventas de armas y hay más de estos establecimientos que Starbucks en todo el mundo.

Sí, claro que habría que revisar la cultura, pero que yo sepa Al Capone jamás tocó un juego de video ni tampoco creo que fuese muy aficionado al cine, como tampoco un Escobar o un Bin Laden. En tal caso más habría que mirar problemas más profundos, como por ejemplo que un gobierno ordene una guerra basado en mentiras, o que dé luz verde a la tortura, sin ninguna consecuencia. ¿Qué mensaje les trasmite eso a los jóvenes? O el poco tiempo que a veces pueden pasar padres y madres con sus hijos ya que apenas les alcanza para pagar lo básico trabajando horas extras mientras el partido que tiene la mayoría en la Cámara no cesa en su afán de hacerles, todavía más, la vida más dura, con la navaja de los recortes cada día más afilada, con tal de que los padres que sí tienen el tiempo suficiente para pasarlo entre sus hijos, no paguen un poco más, de lo que ya más bien poco pagan.

Por favor, ¿hasta cuándo?

Ya basta.

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