Juan González Febles. CUBA ACTUALIDAD (PD)
Leo sin asombro – ya es costumbre ─
que desde la acogedora y hospitalaria Suecia, uno de esos personajes que en
Cuba se ganó la oportunidad de viajar a partir de comportarse en la forma
adecuada para ello, en fin, un gusañero, alguien que se comporta como
compañero, hasta que encuentra ocasión para dejar de serlo, opina y hasta se
siente en condiciones de criticar a Berta Soler, la líder de Damas de Blanco.
Como de cocinar se trata, aderezó su
olla podrida y junto a Berta Soler, nos concedió el honor de incluirnos a mí, a
mi colega y amigo Luís Cino, junto a un compatriota exiliado con quien no hemos
tenido oportunidad ni tan siquiera para estar o no de acuerdo sobre el próximo
líder en carreras limpias del próximo campeonato de béisbol, el Sr. Miguel
Saavedra, sea esto dicho con el mayor respeto.
El señor en cuestión se apellida
Este-fanía y escribe un blog denominado "Cuba nuestra". Así son los
quedaditos. Cuando se sienten lejos, a salvo y libres, rompen su crisálida,
vuelan y bueno, hasta opinan. Uno los entiende y hasta los comprende. Fingieron
y callaron mucho y esto pesa sobre el alma como una losa. Para bien o mal, se
decidieron a expresarse, enhorabuena.
En Cuba comprendemos y perdonamos la
cobardía, solo que no la admiramos ni la premiamos. El pueblo de a pie, en esa
sabiduría común a todos los pueblos de a pie, denomina "esta gente" a
sus gobernantes y a las personas como Este-fanía, solo pendejos.
Entonces me pregunto si este Sr.
Estefanía ─ como la princesa de Mónaco pero sin la belleza y la simpatía de
aquella ─ tiene idea de que significan
diez años reclamando en las calles la libertad de un pueblo y de sus presos
políticos, familiares, etc. Creo que no debe tener idea sobre esto. A fin de
cuentas, tanto a él a como otros de su calaña, nadie los conocía hace diez
años. Aplaudían, coreaban consignas y agitaban banderitas. Estaban ciertamente
muy ocupados en esos menesteres que se asumen, cuando se aspira a viajar con la
bendición y el patrocinio del régimen militar.
El Sr. Este-fanía lo desconoce todo
sobre adrenalinas y testosteronas. Me refiero a esa que liberan y prodigan con
harta liberalidad Berta Soler y otros enfrentados a los humores inciertos de
una dictadura totalitaria cruel y represiva. La misma que se libera cada día en
esta Cuba que se hace propia o nuestra, con los pies y el corazón aferrado a la
tierra cubana y siempre atado a la aprensión y el peligro que esto representa.
Asociar a cualquiera de nuestras Damas de Blanco con "tufillos
guevaristas", es algo más que irrespetuoso. El llamado Che Guevara, fue un
asesino cruel y vengativo que se quedó por debajo de todas las expectativas
cuando le llegó el momento de morir con una determinación a la altura de los
estándares que promovió.
Cuando al régimen militar cubano le
importaba un ardite que hubiera o no embargo, los que hoy pedimos que se
mantenga, lo considerábamos un problema limitado al gobierno militar de la Isla
y al gobierno de los Estados Unidos. Si hoy se trata de que este mismo régimen,
demande que sea retirado para su permanencia y continuidad, entonces cierro
filas con Berta Soler y pido que no sea levantado. Así de sencillo.
Sobre otro aspecto tocado por
Este-fanía, ya dije y mi colega Luís Cino lo hizo por su parte, que Rosa María
Payá y Berta Soler, nos hicieron sentir muy bien representados. Ambas lo
hicieron muy bien y no pienso volver sobre algo que ya quedó alto y claro por
nuestra parte.
Sobre otro punto tocado por el Sr.
Este-fanía, ciertamente ni mi colega Luís Cino ni quien suscribe somos
apoderados de Primavera Digital o Primavera en Cuba. El caso es que no
disponemos ni nunca hemos dispuesto de nada de lo que apoderarnos. Pienso que
los apoderados y usufructuarios de ajenos sacrificios son otros. Dejamos y
estamos en disposición de dejar la vida por hacer lo que hacemos desde hace
años. Pero si el Sr. Este-fanía encuentra la testosterona, estaríamos en
disposición de recibirlo en La Habana para compartir aprensiones y peligros.
Con la "reforma migratoria", sería posible. Pero esto último resulta
poco probable. Para esto, tendría que dejar de ser lo que ha sido y quizás
siempre sea, un pendejo, otro más.
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