Mario
J. Viera
Me acabo de enterar de su existencia al leer hoy una crónica de Reinaldo Escobar, en 14 y Medio, Una nueva organización civilista, que, al perecer está llena de buenas intenciones, aunque esto de las buenas intenciones siempre los hay que un poco las satanizan; ¿O es que no han escuchado ese dicho de que, de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno? Pero no, nada de diabólico hay entre sus fundadores, los que conozco son personas íntegras y verticales en su posición democrática.
D
Frente. Su objetico fundamental es alcanzar la refundación de la República,
orientados por la idea martiana de construir un país 'con todos y para el bien
de todos”. Su línea para la tal refundación es “la inclusión, el
pluralismo político, la soberanía de los ciudadanos y las reglas civilizadas de
convivencia". ¡Perfecto, quien puede estar en contra! Lo que no me
agrada mucho es eso de refundar la república, no es necesario refundarla,
porque ya existe, aunque usurpada por oportunistas miserables. Lo que se debe plantear,
es decir, rescatar a la República
Consideran
los iniciadores de D Frente que, para alcanzar tales propósitos hay que
recorrer la siguiente hoja de ruta: “la amnistía para los presos políticos y
la despenalización del disenso; el trabajo por el pleno reconocimiento de la
soberanía popular y el fin del Partido Comunista como único y fuerza dirigente
de la sociedad; la búsqueda de los derechos efectivos de libre expresión,
información, prensa, manifestación y reunión, entre otros; la promoción de una
nueva ley electoral y la creación de unas condiciones jurídicas,
institucionales, cívicas y culturales que favorezcan la convocatoria de un
proceso constituyente” Sí esa sería una buena hoja de ruta que debiera
trazarse un gobierno de transición, es decir, un gobierno que ya hubiera
alcanzado el poder político; porque esa hoja de ruta de ningún modo la seguirá
la dictadura’ es más se echará a reír.
Lo
más interesante es la propuesta que se le hace al gobierno, para que, de buena
gana, como buena gente, realice un plebiscito, "para que el pueblo, en
ejercicio de la soberanía popular, decida". Realmente hay que aplaudir la iniciativa
de D Frente, una vieja iniciativa que en 1988 el Partido Pro Derechos Humanos
impulsó con la recogida de 10 mil firmas, y en 1998, retomó el mal concebido
Proyecto Varela. Ya se conoce cual fue la respuesta que la dictadura diera a
ambas iniciativas.
Los
principio de D Frente son magníficos planteados como la condena a todas las
formas de violencia, incluida la del Estado (esto es excelente; la lucha debe
ser mediante una firme resistencia cívica noviolenta); la promoción del diálogo
pluralista (depende de con quien se promueva el diálogo pluralista, si con el
gobierno o si con todas las agrupaciones de la oposición al régimen; porque si
es con el gobierno es un total fracaso, se estará esperando hasta las calendas
griegas) y la reconciliación nacional (Sí, entre los cubanos, los comunes, los
que andan a pie, los que se equivocan y con los que tienen muy claro lo que es
la dictadura, pero nunca con los verdugos, ni con los esbirros de la seguridad
del estado, ni con los matones de las brigadas de respuesta rápida, ni con los
jueces y fiscales arrodillados ante el poder de la dictadura); el compromiso
con acciones pacíficas de activismo social y político (Sí, siempre que estén organizados
bajo los principios definidos de los métodos de la lucha noviolenta, siguiendo
un plan estratégico pragmático de acciones combinadas, con objetivos bien
definidos y bien claros y bajo el principio de la unidad opositora y el cumplimiento
de una disciplina consciente de lucha noviolenta), de resistencia y negociación
(la resistencia no negocia, la resistencia frente a la dictadura exige); el
respeto a todas las tendencias políticas, ideológicas, de credo, religión e
identidad; el respeto a la soberanía nacional, la no injerencia y el rechazo a
las acciones unilaterales contrarias al derecho internacional (Todo esto solo
alcanzable durante el proceso de transición política una vez que la resistencia
haya alcanzado el poder político).
Pero
el abanico de intenciones no se cierra con los enunciados planteados en el
párrafo anterior. D Frente reclama, además, “la promoción de una nueva ley
electoral” (retorno al Varela). ¿Para qué se necesita una nueva ley electoral
bajo un Estado totalitario? ¿Para ser electos a la difusa y genuflexa Asamblea
Nacional del Poder Popular? No lo que hay que exigir, si se va a exigir sin un
movimiento de resistencia que lo apoye, es la eliminación de eso que nunca será
un verdadero Parlamento. Pero ahí no se deja todo, hay algo más impactante, la
propuesta de “creación de unas condiciones jurídicas, institucionales, cívicas
y culturales que favorezcan la convocatoria de un proceso constituyente”. La
pregunta que se me antoja es la siguiente: ¿Cómo piensan los, digamos, líderes
de D Frente alcanzar esas supuestas condiciones jurídicas, institucionales,
etc. a las que aspiran? ¿Será por razones tácticas que no se especifica el cómo?
Ahora
bien, ¿un proceso constituyente? ¿Sobre cuál proyecto de Constitución? ¿Acaso
uno que promueva reformas a la Constitución de 2019? Si hubiera necesidad de un
proceso constituyente, este, necesaria mente debe ajustarse en una relación de continuidad con el pasado, es decir con
una continuidad de la tradición constitucionalista de Cuba, y ese proceso debe
ajustarse a la primacía de la Constitución de 1940, cuyo proceso constituyente,
estuvo ajustado a esas condiciones jurídicas,
institucionales, cívicas y culturales, que reclama D Frente y que además reunió
dentro del debate constitucional a todas las corrientes de opinión, filosóficas
y políticas del país. No se necesitan nuevas constituciones cuando ya se cuenta
con una, la de 1940 que fuera pisoteada por Batista con su golpe de estado,
asesinada por Fidel Castro en 1959 y que ahora muchos denominados demócratas
convencidos pretenden darle sepultura. Si la Constitución del 40 requiriera
reformas, estas deberán se ajustadas a su cláusula de reforma,
Está
bien, no es malo que aparezca una nueva organización civilista frente a la
intransigencia dictatorial. Eso va creando conciencia, aunque ya la conciencia
se ha estado desarrollando en muchos sectores de la población cubana como quedó
demostrado el 11 J. Bienvenida sea D Frente, aunque sus propuestas sean un poco
como sueños de una noche de verano,
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