Julio César Camacho. EL NUEVO HERALD
Cuando la gente incapaz llega al poder
un país sufre pero es peor cuando los que ostentan ese poder no solo son
incapaces sino facinerosos y malvados. Es el caso de Venezuela donde Hugo
Chávez y sus seguidores llegaron a Miraflores gracias al despelote de los
partidos que en ese momento gobernaban y que no hicieron caso de las alertas
que una y otra vez dio el pueblo que al final se fue por el “Chiripero” de
Rafael Caldera.
Recordemos que otra parte de la
sociedad, (Empresarios, Medios, Iglesia, etc.) también se sumó a la cayapa
contra los partidos tradicionales sin darse cuenta que estaban abriendo camino
al lobo. Finalmente el lobo llegó y comenzó a apoderarse de todas las
instituciones.
El resto es historia. Pero aparte de
vendernos un manido socialismo del siglo XXI, los que ahora gobiernan han
despilfarrado la mayor cantidad de dinero que haya tenido Venezuela en toda su
historia y han regalado a otros gobiernos recursos con el fin de buscar apoyo
internacional. Quienes están gobernando en Venezuela no tienen compasión con
sus compatriotas, ignoran que el gobierno debe ser para todos y encima de eso
se apoderaron de todas las instituciones. Y lo que está haciendo el teniente
Diosdado Cabello, es propio de quien gobierna como un dictador.
Quiere arrodillar a parlamentarios que
no son de su bancada y olvida que a esos legisladores también los eligió el
pueblo...Y hablando de pueblo ¿Hasta cuándo van a seguir diciendo que su
supuesto triunfo electoral del 14 de Abril fue el triunfo del pueblo? ¿Acaso la
otra mitad del país no es también Venezuela? No es posible que este oficial de
marras quiera imponer en la asamblea la misma actitud y desmanes que cometía
cuando castigaba a sus inferiores en las Fuerzas Armadas. Diosdado es un inmaduro
y tal vez por ello jamás tendrá mas poder del que ahora ostenta.
Por cierto. No es secreto que Diosdado
mastica al presidente que quiere imponer, pero no lo traga. Allegados al
gobierno dicen que cuando lo hicieron ir a Cuba a finales del año pasado, le
leyeron la cartilla y le dijeron que había que respetar los designios de Hugo
Chávez (Entiéndase Fidel y Raúl).
Recordemos que de acuerdo a la
Constitución que los mismos Chavistas aprobaron y que ahora interpretan como
les da la gana, era Cabello quien debía asumir la presidencia después que murió
su jefe, a quien tanto alabó a pesar que este lo desdeñara. No hay que olvidar
que ni siquiera el difunto Hugo Chávez confiaba en él. Por algo sería. Si
llegara a la presidencia de Venezuela imagínense a este señor diciendo que
quien no reconozca a su difunto patrón no puede tener derechos. Aunque a decir
verdad, así ha sido desde que los Chavistas llegaron al poder... “Si no estás
con el proceso estás contra el proceso”...Señores como Diosdado son más
peligrosos que mono con hojilla. Diosdado es zamarro y quién sabe si prefirió
quedarse tras bastidores en lugar de pelear la presidencia porque eso era lo
que le convenía.
En este momento manda en la asamblea,
en el Partido de gobierno y de paso tiene ascendencia militar lo cual le da mas
fuelle. Pero sabe que el país se está cayendo a pedazos por el pésimo gobierno
que Venezuela ha tenido en los últimos 14 años y que en manos de Maduro será
peor a todo nivel... Por lo visto Diosdado decidió quedarse donde está para que
el objetado Maduro se queme y no vayan a decir que pasó por encima de los
deseos de su amo anterior. Diosdado no pudo llegar adonde llegó Maduro ni
tampoco fue un seguidor convencido de Chávez, pero como militar obediente acató
lo que dijo su Teniente-Coronel y Comandante en Jefe, excepto obedecerle la
orden de irse como candidato a la gobernación de Monagas después de las
presidenciales. Recordemos que Diosdado había perdido la gobernación de Miranda
ante Henrique Capriles. La actitud de Diosdado Cabello en la Asamblea lo dice
todo.
Es un pescador en río revuelto que
está esperando su turno para tirar la red. De momento ha demostrado que es
capaz de dejar que en sus narices le den una paliza a una honorable venezolana
electa por el pueblo y reírse como si eso fuera una gracia mientras la Asamblea
que preside era un circo sin orden. No en balde algunos compañeros de su
promoción en la Academia Militar le decían Diabliodado.
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