Mario J. Viera
Hace 226 años, los
constitucionalistas de los Trece Estados de América aprobaron las diez primeras
enmiendas de la Constitución, las cuales constituyen la Declaración de Derechos
de los ciudadanos de Estados Unidos. Una de ellas, la Segunda Enmienda,
consagró el derecho del pueblo a tener y portar armas. Ante el temor de que un
gobierno presidencialista, como el que se acababa de formar luego de alcanzar
la independencia de la Corona Inglesa, pudiera degenera en una tiranía, el
legislador propuso la creación de “una milicia bien regulada necesaria para la
seguridad de un estado libre” lo que implicaba “el derecho del Pueblo a tener y
portar armas” derecho este que no sería vulnerado.
El bien jurídico que la
Enmienda protegía era la seguridad de un estado libre y por extensión la
seguridad de la libertad del pueblo. Así, la Enmienda Segunda preveía la
existencia de una milicia dentro de una condición sine que non: “bien regulada”. Una milicia, formación militar
formada por civiles, bien regulada, es aquella que cuenta con una determinada
estructura de mando y sujeta a disciplina. Con los años la idea de una milicia
armada en defensa del estado libre, se hizo obsoleta[1] y
la tónica de la Segunda Enmienda se centró solo en el reconocimiento del
derecho a tener y a portar armas. Un derecho sin cortapisas y sin regulaciones.
Las leyes de armas en Estados Unidos son muy permisivas, las más permisivas de
todo el mundo y muy ambiguas, aunque se han hecho intentos fallidos para el
control de armas en posesión de civiles que han enfrentado al poder de la NRA,
la Asociación Nacional del Rifle con todo un ejército bien pagado de lobbistas
que presionan sobre los congresistas que han recibido fondos de la NRA para sus
campañas.
Los que se oponen a
cualquier regulación sobre las armas alegan, en apoyo de sus argumentos, que el
derecho a la posesión de armas es un derecho individual y por tanto amparado
además por el enunciado de la Novena Enmienda: “La enumeración en la Constitución de ciertos derechos no ha de
interpretarse como que niega o menosprecia otros que retiene el pueblo” y
entre estos derechos, se aduce, se incluye el corolario de la Segunda Enmienda
que establece como derecho que retiene el pueblo y por tanto fuera del fuero de
los gobiernos federal y estatal, “el derecho a tener y portar armas”.
Sobre la base de una amplia
investigación a nivel global y bien documentad por diferentes fuentes, la GunPolicy.org
sostenida por la Sydney School of Public Health, de la University of Sydney
ofrece los siguientes datos sobre la posesión de armas en Estados Unidos[2]:
Total estimado de armas de fuego
(tanto licitas como ilícitas) pertenecientes a civiles es entre 270.000.000 y
310.000.000.
Número de fusiles/rifles en
posesión de civiles es 110.000.000.
Número de escopetas en
posesión de civiles es 86.000.000.
Número de armas cortas en
posesión de civiles es 114.000.000.
Cualquiera en Estados
Unidos puede adquirir legalmente un arma de asalto; solo se requiere tener el
límite mínimo requerido de edad, poseer una licencia de conducción y llenar un
formulario. En California, los
requerimientos para la adquisición de armas de fuego establecen que una persona
debe tener al menos 18 años de edad para comprar un rifle o una escopeta. Para
comprar una pistola, la persona tiene que tener al menos 21 años de edad y
además tener un HSC (Certificado de seguridad de pistolas) y haber completado
satisfactoriamente una demostración de seguridad con la pistola que se desea
adquirir; debe además poseer una adecuada identificación como, por ejemplo, una
licencia de conducción. En la Florida para comprar una escopeta o un fusil se
requiere una edad mínima de 18 años; ser un delincuente convicto, sin
antecedentes de violencia doméstica, no debe consumir drogas o alcohol y sin
antecedentes de enfermedad mental. Además, deberá presentarse una
identificación actualizada con foto, llenar un formulario de revisión de
antecedentes. Para la compra de un arma corta se requiere una edad mínima de 21
años.
Debemos prestar atención a
una sutileza jurídica en cuanto al derecho que ampara la Segunda Enmienda, para
su correcta interpretación. El derecho a portar armas no es un derecho humano,
no encuadra dentro del concepto iusnaturalista, es un derecho esencialmente
civil. Los derechos humanos son intocables, no son concesiones de gracia
otorgados por el poder estatal y por tanto no admiten regulaciones para su
ejercicio. Los derechos civiles, como el derecho a elegir y a ser electo a
puestos públicos, el derecho al sufragio son derechos civiles y por tanto se
pueden regular por la ley es por ello que derechos como estos son regulados por
los códigos electorales que cada país pone en vigor. La Primera Enmienda
expresa taxativamente una limitación al Congreso prohibiéndole hacer alguna ley
“con respecto al establecimiento de la
religión”, o que prohíba “la libre
práctica” de la religión; o que limite la libertad de expresión, de prensa
y el derecho a la asamblea pacífica de las personas. En tanto, por el enunciado de la Segunda Enmienda. no existe
prohibición tajante al Congreso para legislar con respecto al ejercicio del
derecho de portar armas; solo dice que ese derecho “no será vulnerado”. Vulnerar
quiere decir, en este caso, que este derecho no pueda ser quebrantado, pero
nada implica en este concepto una prohibición para que pueda ser regulado legalmente.
Derecho a portar armas no
significa necesariamente, derecho a crear un arsenal particular de armamento. Muchas
personas, por motivos de conciencia, se niegan a hacer uso del derecho civil
que les otorga la Segunda Enmienda. La mayoría ve en ese derecho el derecho a
su defensa personal; otros ven las armas como útiles en el deporte de la cacería;
sin embargo, la defensa personal se define bajo precisos condicionales del
Derecho Penal y el ejercicio de la cacería se rige por determinadas normas
legales para su autorización.
No obstante, en 2008, Tribunal
Supremo de Estados Unidos falló, por 5 votos a favor y 4 en contra, que la
segunda enmienda garantiza el derecho de cada ciudadano estadounidense a poseer
y usar armas de fuego con propósitos tradicionalmente legales: “La simple enumeración de los derechos quita
de las manos del gobierno, incluso de la tercera rama del gobierno, el poder de
decidir caso por caso si vale la pena insistir en el derecho. Una garantía
constitucional cuya utilidad quede sujeta a la futura evaluación por parte de
los jueces no es una garantía constitucional en absoluto. Los derechos constitucionales
están consagrados con el alcance con que se les entendió al ser adoptados, sin
importar que futuros legisladores o incluso futuros jueces piensen que el
alcance es demasiado amplio”.
Los opositores a cualquier
tipo de reglamentación o regulación del derecho civil a portar armas, principalmente
la poderosa NRA expresan de un modo exageradamente pueril que no son las armas
las que matan; pero las armas, cualesquiera que sean, no se fabrican para
tenerlas en exposición o como adorno; se fabrican con un solo objetivo: Matar.
No es lo mismo un arma
personal, un revolver o una pistola que un fusil de asalto, que como pudiera
ser el fusil AR-15 o los fusiles AK-47 y M16 y el sub fusil Uzi con poder de
fuego selectivo ─ automático o semiautomático ─ son poderosas armas letales. Según
reportara la cadena CNN, en Estados Unidos se vendieron alrededor de 1,5
millones de fusiles AR-15 en los últimos cinco años.
Un intento para limitar el
uso por los civiles de las armas de asalto fue la prohibición federal de armas
de asalto, denominada oficialmente como Ley de Protección de la Seguridad Pública
y el Uso de Armas Recreacionales (Public Safety and Recreational Firearms Use
Protection Act) incluida como una sub sección de la Ley Contra el Crimen
Violento y la Aplicación de la Ley (Violent Crime Control and Law Enforcement
Act) aprobada por el Congreso y ratificada por el Presidente Bill Clinton el 13
de septiembre de 1994 donde se incluía la prohibición de fabricar armas de
asalto semiautomáticas, así como de algunos depósitos de municiones
considerados como de gran capacidad. Esta Ley, por la cláusula sunset se
mantendría vigente por solo diez años. Nuevos intentos por renovar esta ley han
sido infructuosos.
Las armas matan, para eso
se han creado. Ahora con la masacre de Orlando, una masacre terrorista y de
odio que acabara con la vida de 50 víctimas inocentes a manos de un islamista
extremista ha vuelto a poner sobre la mesa el tema del control de armas y mucho
más, cuando este hecho criminal ocurriera a pocos meses de la matanza de San
Bernardino perpetrada por dos terroristas vinculados al Estado Islámico el 2 de
diciembre de 2015 causando el asesinato de 14 personas que participaban en un
banquete del Departamento de Salud Pública del condado de San Bernardino de
California y procurando heridas de balas a 21 de los presentes. El arma
homicida sería, en ambos casos, un fusil de asalto AR-15.
Para Donald Trump esta
masacre en el Club Pulse, en Orlando, Florida le da credibilidad a sus
posiciones anti musulmanas. En un Twitter que escribiera, Trump, haciendo gala
de un despreciable oportunismo, diría: "Gracias por las felicitaciones por tener razón sobre el terrorismo
islámico radical. No quiero felicitaciones, quiero firmeza y vigilancia.
¡Tenemos que ser inteligentes!" y en otro mensaje diría: “Lo que ha pasado en Orlando es solo el
principio. Nuestros líderes son débiles. Lo dije y pedí la prohibición. Hay que
ser duro”. Sin embargo, Trump es opuesto firmemente a cualquier intento de
control sobre las armas de asalto, control que al no existir les facilita a los
terroristas islámicos radicales tener acceso a esas armas de asalto. Ciertamente,
tal como acaba de decir el presidente Obama “nuestra misión es destruir a ISIS”
e ISIS se está desmoronando en Irak y Siria. Estados Unidos, sin que medie
Donald Trump, aniquilará al terror del Estado Islámico y anulará las acciones
de los terroristas nativos.
Las matanzas de Orlando y la
de San Bernardino impactan en la mente por su vinculación con el terrorismo;
pero en Estados Unidos se han producido masacres que sin ser actos del
terrorismo asociados con los extremistas islámicos son, en todas sus
manifestaciones, actos psicopáticos y terrorista todo al mismo tiempo. Hago una
selección de estos casos a continuación:
Masacre
del McDonald's de San Isidro, San Diego, California ocurrida el miércoles 18 de julio de 1984, en un restaurante
de la cadena McDonald's localizado en San Ysidro, San Diego, California
perpetrado por James Oliver Huberty. Huberty utilizó en el restaurante un Uzi 9
mm semi-automática, una escopeta Winchester de bombeo calibre 12, y una Browning
HP 9 mm, matando a 21 personas e
hiriendo a otras 19. De sus víctimas la mayoría eran predominantemente
mexicanos y méxico-americanos con edades comprendidas entre 8 meses y 74 años.
La matanza duró 77 minutos. Huberty había gastado 257 rondas de municiones
antes de que él recibiera un disparo letal por un francotirador del equipo
SWAT.
Matanza
en Killeen,
Texas, 16 de octubre de 1991: George
Hennard mató a 22 personas en un restaurante de Killeen (Texas) y dejó heridas
a otras 20. Luego se mató él mismo con un tiro en la cabeza.
Atentado
en Pearl
(Mississippi), 1 de octubre de 1997,
un adolescente de 16 años abrió fuego en su escuela, matando a dos estudiantes
y dejando a otros seis heridos. Antes había matado a su madre cortándole el
cuello. Fue condenado a cadena perpetua.
“Masacre de Jonesboro, Arkansas. Mitchell Johnson y Andrew Golden
unos adolescentes de solo 11 y 13 años respectivamente fueron los autores de
los asesinatos del 24 de marzo de 1998.
La causa generadora de aquel atentado fue desaire que una condiscípula le hace
a Mitchell que le rechazaría cuando éste le pidió que fuera su novia. Él y su
primo Andrew toman las armas de sus padres, cientos de municiones y se visten
con uniformes militares de camuflaje. Matan a 5 personas (cuatro alumnas y una
maestra) y hieren a 10 más, antes de ser sometidos por la policía. Condenados a
prisión, los dos son liberados al cumplir dieciocho años.
Masacre
de la Escuela Secundaria de Columbine fue un asesinato masivo que tuvo lugar
el 20 de abril de 1999 en las
instalaciones del Columbine High School, en Columbine, Colorado, cerca de
Denver y Littleton. Murieron un total de 15 personas y 24 resultaron heridas,
siendo la peor matanza en un centro de educación secundaria en la historia de
Estados Unidos y la quinta peor masacre en un centro educativo en EEUU. Los
autores de la matanza fueron Eric Harris y Dylan Klebold, dos estudiantes del
centro que se suicidaron tras el tiroteo. Al parecer Harris había desarrollado
una psicopatía, mientras que Klebold sufría una profunda depresión.
Masacre
de la escuela amish
se refiere al ataque ocurrido en la escuela West Nickel Mines, una escuela
amish en el pueblo de Bart Township en el condado de Lancaster, Pensilvania,
Estados Unidos, el 2 de octubre de 2006.
Un hombre armado, Charles Carl Roberts IV de 32 años, tomó como rehenes y
finalmente tiroteó y mató a cinco niñas (de entre 6 y 13 años) antes de
suicidarse en la misma escuela.
Masacre
de Virginia Tech.
El 16 de abril de 2007 el estudiante
surcoreano Cho Seung Hui mató a 32 estudiantes y profesores en la Universidad
Politécnica de Virginia e hirió a 29 personas, luego se suicidó.
Masacre
del Cine Aurora
del 20 de julio de 2012 fue un caso
de asesinato masivo que tuvo lugar durante el estreno de la película The Dark
Knight Rises (El caballero de la noche asciende) de la saga Batman, en el
condado de Aurora (Colorado, Estados Unidos). Fue un ataque armado en un cine
Century 16, el cual dejó doce muertos y otros cincuenta y nueve heridos.
Masacre
de la Escuela Primaria de Sandy Hook el 14
de diciembre de 2012 en la escuela primaria local Sandy Hook (Sandy Hook
Elementary School7) de Newtown, Connecticut, Estados Unidos, perpetrada por Adam
Lanza. Un total de 28 víctimas dejó el atentado perpetrado por Adam Lanza: 20
niños, 6 adultos, Nancy Lanza (madre del perpetrador) y el mismo autor.
Masacre
o tiroteo de la iglesia de Charleston fue un suceso que tuvo lugar el 17 de junio de 2015 en la Iglesia
Metodista Episcopal Africana Emanuel, en Charleston, Carolina del Sur. Ese día
un joven accedió al templo y empezó a disparar contra los fieles cobrándose
nueve vidas (incluido el Reverendo y Senador: Clementa C. Pinckney) y un herido.
El atacante, Dylann Storm Roof, un hombre blanco, rubio de cerca 21 años y de
1,75 de estatura.
Todos estos asesinos, salvo
el surcoreano Cho Seung Hui, eran blancos anglo-sajones protestantes (WASP),
ninguno era, ni mexicano, ni de origen hispano; ninguno era musulmán. Pero todos
tenían, de un modo u otro, acceso a armas de asalto. Desde el ataque terrorista
aéreo contra las torres gemelas solo se han cometido tres atentados terroristas
cuyos ejecutores eran musulmanes, Boston, 15 de abril de 2013; San Bernardino, 2
de diciembre de 2015; Orlando, 12 de junio de 2016.
[1] No obstante, en la década de los 90, grupos de extrema derecha
han organizado milicias armadas principalmente de carácter xenófobo en 32
estados como Alabama, Alaska, Arizona, Arkansas, California, Colorado, Florida,
Georgia, Idaho, Illinois. Indiana,
Kansas, Kentucky, Louisiana, Maine, Maryland, Michigan, Minnesota, Mississippi,
Missouri, Montana, New Hampshire, New Jersey, New York, North Caroline, Ohio,
Oregon, Tennessee, Texas, Utah, Virginia y Washington
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