jueves, 18 de septiembre de 2014

Yihad contra Yihad

Mario J. Viera

¿Pensarán los musulmanes, cualesquiera que ellos sean, moderados, ortodoxos o fundamentalistas, que los actos de violencia fanática y criminal que practican muchos fervorosos musulmanes no pueden volverse contra ellos mismos y contra todo aquello que parezca musulmán?

¿Creen los musulmanes, los pacíficos, los yihadistas solapados, los temerosos, que no merecen ser vistos todos ellos como sospechosos de terrorismo?

¿Acaso en Occidente no pudiera surgir un movimiento del tipo yihadista contra los yihadistas del mundo musulmán que estuviera dispuesto a pagarles con la misma moneda de ellos y aplicarles la ley del talión bendita en el Coram?

¿Acaso el yihadismo, con su aberrante intolerancia hacia otros credos religiosos, su empecinado anhelo del califato mundial, con sus guerras sucias en el Medio Oriente, no están invitando a una poderosa coalición de las potencias de occidente a enfrentarle cual una nueva cruzada?

¿Creen los musulmanes de cualquier pelaje que Allah o que su profeta Mohammed les protegerá y les conducirá a la victoria frente al tremendo potencial militar de occidente?

¿No pudieran pensar los musulmanes, los que pasan por buenos y los que se presentan como duros, que ya el mundo se está cansando de ellos y que pudieran aparecer manifestaciones de represalias populares contra sus adeptos en los países donde existen comunidades de inmigrantes musulmanes?

¿Por qué los musulmanes, que dicen no ser yihadistas, no han condenado, perseguido y destruidos a esas facciones y a los imanes que predican la islamización del mundo por la fuerza?

¿Hasta cuándo la fidelidad que muestra el mundo occidental hacia la democracia, la libertad de opinión y la libertad de credo estará cobijando alimañas que intentan minar desde dentro de sus sociedades las libertades ciudadanas e imponer un credo retrógrado, e intolerante?


Los musulmanes yihadistas han declarado la guerra a la civilización y se hace imprescindible que el mundo civilizado le declare la guerra a muerte, la guerra de exterminio, sin piedad, al yihadismo musulmán aunque se tenga que recurrir a los métodos más expeditos.

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