Mario
J. Viera
El
autócrata ruso Vladimir Putin dice que Occidente está librando una “verdadera
guerra” contra Rusia y, al mismo tiempo alentando el odio y la “rusofobia”. "Se
está librando una verdadera guerra contra nuestra patria”, Putin dixit.
“Rusofobia”
y “verdadera guerra” contra Rusia, dos argumentos para él útiles pero que lo
capacitan como un aplicado alumno de Goebbels en cuanto hacer que la mentira
parezca ser verdad. Es que Putin, como bien lo calificara el escritor ruso Viktor
Erofeev es un verdadero “gopnik’, sustantivo que traducido al español
significa algo así como “delincuente callejero”; un matón callejero que busca
reapropiarse del mundo; que intenta amenazar a todos los que no estén dentro de
sus esferas de influencia alzando el hacha atómica. Para este gopnik con
aspiraciones zaristas, Ucrania no existe como nación independiente, sino un
despojo que se le ha hecho a la Santa Rusia
¿Y
qué dice Putin de Ucrania?: “La nación ucraniana se ha convertido en
rehén de un golpe de Estado que condujo a un régimen criminal dirigido por sus
amos occidentales. Se ha convertido en un peón de sus planes crueles y egoístas”.
Pero es que, tras la desintegración de la Unión Soviética, por una falta de
visión política del beodo Yeltsin, este la transfirió el poder al exoficial de
la KGB para iniciar un verdadero régimen criminal que se deshace de los
opositores por envenenamientos y encarcelamientos de largas penas de prisión.
Es cierto que Putin no es peón de nadie, porque él es el que controla el
tablero de ajedrez ruso para urdir sus propios planes crueles y egoístas.
Ah,
pero Putin ha podido aparecer por ser un descabellado producto de la política
tradicional rusa; la de un país que jamás ha conocido la democracia. Desde los
tiempos de Oleg de Nóvgorod (867), pasando por la invasión mongola en el siglo
XIII y su Horda Dorada, siguiendo luego por el absolutismo de Iván el terrible,
y la implantación de la dinastía Romanov que se mantuvo con todo su poder desde
1613, con la llegada al poder del zar Mijaíl Romanov, hasta la fecha de la
revolución bolchevique en 1917 y el inicio de la Unión de República Socialistas
Soviéticas un remedo de todo el imperio zarista. Nada de derechos civiles y
políticos, todo el poder en manos de dictadores como Stalin y Brézhnev. Luego
de las políticas de la perestroika y el glásnost y la desaparición del imperio
soviético, los rusos conocieron un pequeño periodo democrático que solo sirvió
para generar una casta de oligarcas advenedizos que han sido fieles sostenedores
del régimen de Putin.
¿Rusofobia? ¿Es acaso la OTAN y los países democráticos de Occidente los que han generado este sentimiento o ha sido el mismo Putin el propiciador de esa fobia? ¿De qué modo diferente puede pensar el pueblo de Chechenia, cuando intentó declarar su independencia de la Federación Rusa, Yeltsin lanzó la invasión al territorio y el asedio a la ciudad de Grozni con bombardeos indiscriminados que dejaron como estela la muerte de unos 35 mil civiles? Posteriormente se islamizó el territorio checheno lo que motivó a Putin iniciar su primera etapa bélica. Con la invasión a Chechenia Putin restableció el poder del Kremlin en todo el territorio instaurando un gobierno pro ruso en el país, bajo el poder del exguerrrillero checheno Ajmat Kadirov, muerto en un atentado cuatro años después y sustituido en el poder por su hijo, el sanguinario Ramzán Kadirov un autócrata fiel a Putin.
¿Pueden
acaso los georgianos pensar de modo diferente luego de que Medvedev lanzara
contra Georgia su “misión pacificadora” interviniendo en el conflicto interno
entre Georgia y la separatista provincia de Osetia del Sur, con mayoría étnica
rusa? La “misión de paz” de los rusos dio como resultado entre otros desastres
la destrucción total de varios pueblos de etnia georgiana en Osetia del Sur.
¿Acaso
los ucranianos pudieran estar libre de sentimientos antirrusos después de la
guerra despiadada que Putin arrojara sobre la Ucrania independiente?
No,
Sr, Putin, la ruso fobia es obra exclusiva y registrada de Rusia. Es Rusia, y
es Putin, los que están llevando a cabo una verdadera guerra en Ucrania y
apuntando hacia todo el mundo democrático del Occidente. Rusia no puede
prevalecer en Ucrania, como pudo Hitler en Polonia para iniciar la Segunda
Guerra Mundial.
Putin
insiste que fue solo la Unión Soviética la que derrotó al nazismo, dejando a un
lado la heroica participación de Gran Bretaña en contra del hitlerismo, desde
inicio de la guerra, cuando en Rusia se firmó el Pacto de no agresión Molotov- Ribbentrop
y la repartición de Polonia entre la Alemania Nazi y la Rusia de Stalin. No
menciona para nada el golpe contundente contra el nazismo que fuera el
desembarco por Normandía. Putin ignora de puro nacionalismo, que Rusia no fue
la única nación que contribuyó al fin de la Segunda Guerra Mundial. Ante el
interesado olvido de Putin de las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña, el
presidente Zelensky lo dijo bien claro: “No permitiremos que (Rusia)
se apropie la victoria conjunta de las naciones de la coalición anti Hitler y
no permitiremos mentiras como si la victoria hubiera podido ocurrir sin la
participación de ningún país o nación”.
De
Rusia nada se puede esperar, solo cabría una mínima esperanza de que los rusos
lleguen algún día a vivir en democracia y a que Rusia se convierta en una
nación abierta al mundo y a la paz internacional; pero para eso se requiere una
poderosa revolución civilista en la tierra de Tolstoi.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario