Mario
J. Viera
El
pueblo de Caimanera tomó las calles de su ciudad al grito de libertad. Ellos no
escucharon los llamados miamenses exhortándoles a que se tiren para la calle.
Ellos se movilizaron atendiendo a sus ansias de libertad. al hartazgo de sus
privaciones sociales y políticas. Ellos alzaron su voz. Han perdido el miedo.
Fue una protesta popular, multitudinaria, totalmente pacífica. Nadie lanzó una
piedra, no se cometieron actos de vandalismo. Ellos, los jóvenes, los hombres y
las mujeres de Caimanera estaban aplicando una protesta de rebeldía noviolenta.
Pero
aparecieron los efectivos de la Fuerza Especial del Ministerio del Interior,
mercenarios a sueldo de los represores, y aparecieron los efectivos fascistas
de las llamada brigadas de respuesta rápida. Acometieron con furia contra un
colectivo de ciudadanos sin armas letales. Son ahora los representantes de la
dictadura los que se dejan llevar por el miedo, y actúan como los cobardes
atacando, amparados en la impunidad, contra su propio pueblo.
Muchos
de los participantes de la demostración de protesta noviolenta fueron apaleados
y detenidos, muchos de ellos serán puestos a disposición de tribunales
corruptos y recibirán sanciones de prisión. Eso lo hicieron el 11 de julio,
pensando que aplicando duras sanciones el pueblo se rendiría, que callaría el
grito que se les sale desde lo profundo de su ser, que se vería dominado por el
principal recurso de las dictaduras, el de imponer el temor.
Pero
las ansias de libertad están en el ADN de toda persona viva. Podrán muchos
buscar la libertad por medio de la emigración; pero muchísimos optarán por
buscar la libertad en su propia tierra.
Hay
un influencer, Mario J. Pentón que dice que el pueblo cubano está solo y
quisiera ver que Estados Unidos hiciera algo efectivo en contra de la dictadura
del PCC. No se necesita intervención de otros que no sean del patio. No se
necesitan salvadores externos. Cuando la gente de Caimanera tomó las calles, no
se detuvieron a considerar si Estados Unidos haría algo por ellos; lo hicieron
por ellos mismos contando con su propia fuerza.
Aunque
no le falta la razón a Pentón en todo sentido cuando dice que el pueblo cubano
está solo, no precisamente solo internacionalmente, está solo en cuanto al
apoyo interno de la disidencia, que no ha sabido o no ha querido aquilatar la
búsqueda de la libertad del pueblo cubano. Ahí están las masas y esas
multitudes no piden cambios o reformas cosméticas, buscan una vía para acabar
con la razón de sus miserias, tienen ansias de liderazgo, no de líderes
mesiánicos ni carismáticos que los conduzcan, sino líderes inteligentes,
sagaces y decididos, que sean capaces de organizar, orientar y conducir a las
masas. Unos líderes que sepan lo que se busca, que desarrollen una línea estratégica
de acciones bien elaborada, con objetivos definidos, con programa de nación.
Existe
la materia prima para la rebelión organizada y no violenta, solo se requiere
instrumentarla. Es el grito del pueblo. Tenemos que escucharlo.
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