Mario J. Viera
Parece ser que en su papel de nuevo Jeremías, el usurpador en jefe está fallando. No se produjo el cataclismo nuclear que había profetizado ni tampoco se hizo real la contundente promesa que públicamente le hizo a los familiares de los cinco “héroes” de pacotilla que cumplen prisión por labor de espionaje en los Estados Unidos, de que estarían de vuelta en Cuba antes de que finalizara el año. ¡Qué decepción! ¿Verdad?
Caricatura del Nuevo Herald
No es nada nuevo que las predicciones de este hijo de… Birán sean un completo fiasco. Cuando quería hacer de nuevo Mesías prometió que su revolución produciría más leche y queso que Holanda, resultó todo lo contrario: la ruina de la industria ganadera del país y la importación de miles de libras de leche en polvo.
Prometió una zafra súper colosal para 1970 y no se cumplieron los ambicionados 10 millones de toneladas de azúcar y el resultado a largo plazo fue el descalabro de la industria bandera del país hasta llegar a zafras miserables con resultados inferiores a los producidos cien años atrás.
Proclamó la edificación de la Nueva Jerusalem, el socialismo, donde los cubanos vivirían felices, plenos de satisfacciones con todas sus necesidades cubiertas y el resultado ha sido la pesadilla que constituye su régimen opresor, con La Habana reducida a tristes ruinas, la carencia de hasta lo más elemental para la supervivencia y la constatación de que el sistema cubano ya no funciona ni siquiera para sus promotores.
Pero el ridículo más grande en que cayó fue la aseveración que hizo respecto a la liberación de los cinco. Llegamos a la conclusión del año y los supuestos “héroes” continúan purgando sus penas en prisiones de Estados Unidos y lo que resulta más incongruente con la proclamada heroicidad de los cinco reclusos es que ya comienzan a ablandarse, con las esperanzas perdidas de lograr el indulto por sus delitos.
El cabecilla de la Red Avispa, Gerardo Hernández, condenado a dos cadenas perpetuas, parece haber perdido la confianza en las promesas de su comandante y buscando una modificación de su condena reconoció que las avionetas de Hermanos al Rescate no fueron derribadas sobre aguas territoriales cubanas como proclaman sus ejecutores sino en aguas internacionales. Quizá se ha decidido a cooperar con la fiscalía y esté dispuesto a revelar nuevas evidencias sobre los planes terroristas del castrismo incluidos dentro de las principales misiones de la Red Avispa. Precisamente lo que el gobierno de los hermanos Castro ha querido evitar a toda costa.
Tal vez, luego de lo asegurado por Hernández, la campaña de liberación no sea ya por cinco, sino solo por cuatro “héroes” o quizá comiencen a decir que Gerardo Hernández hizo tal declaración bajo el efecto de torturas psíquicas… Todo puede suceder.
Toda la campaña internacional que a favor de la liberación de los cinco ha orquestado el gobierno de Cuba, gastando cuantiosos recursos económicos, ha tenido un único objetivo: infundir esperanzas a los encausados con el propósito de que resistan en silencio y no decidan declararse culpables de todos los cargos que se les imputan y dispuestos a cooperar con los servicios de contrainteligencia americanos.
Llegamos al fin del año y Fidel Castro falló de nuevo, cubriéndose de ridículo ante el mundo y sobre todo ante los familiares de los agentes de la Seguridad del Estado a los que se les aseguró que antes de que concluyera el año los cinco supuestos héroes estarían de regreso a casa.
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