martes, 28 de diciembre de 2010

Con la participación de todos

Gustavo E. Pardo(*)

LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -En su edición del viernes 17 de diciembre, el periódico “El País” publicó una serie de valoraciones realizados por el Sr. Jonathan Farrar, J` de Misión de la Sección de Intereses de los Estados Unidos de América en La Habana, sobre el desempeño de la oposición cubana. Naturalmente, estos comentarios no han sido nada agradables para quienes en los mismos se sienten aludidos.

¿Cómo obtuvo el Sr. Farrar estas informaciones? Es presumible que la mayor parte de los elementos mencionados por éste en sus informes, procedan de los propios opositores. Es axiomático que el mayor adversario de un opositor, es otro opositor. Esta penosa realidad es conocida y eficazmente utilizada por la Seguridad del Estado, para mantener dividida y enfrentada a la oposición, dentro y fuera del país.

En los cables antes referidos, se menciona el caudillismo predominante entre los grupos disidentes más conocidos de la “oposición histórica”; así como la mutua descalificación que se produce entre ello; así como la burocratización e inmovilismo prevaleciente en la misma. Lamentablemente, esto es innegable.

Aspectos débiles del análisis lo constituye la clasificación de los disidentes, tomando como referencia sus edades y no las actitudes por ellos asumidas; desconociendo que algunos de menos de 60 años, asimismo viven encerrados en sus “Torres de Marfil”. Por otra parte, ningún cubano residente en la Isla o en el exterior, está exento de ser calificado de “agente” de la inteligencia cubana.

Sobre la positiva participación de los jóvenes blogueros en la dinámica política del país; en el informe se ignora que aunque éstos, en sus respectivos blogs, comentan las injusticias, vicios y anacronismos prevalecientes en el país; no ofrecen alternativas para dar solución a los mismos. Salvo algunas excepciones, los jóvenes cubanos rechazan involucrarse en asuntos políticos.

Al valorar en su conjunto la actuación de los dirigentes de la “oposición histórico”, se requiere considerar que ellos no se crearon a si mismos; sino que en su momento  fueron aupados por el Cuerpo Diplomático acreditado en la Isla, los medios de información internacional y por organizaciones de distinta índole radicadas en el exterior. Además,  es justo señalar que es a ellos a quienes se debe que el “efecto opositor” no desapareciera, a pesar de los distintos operativos efectuados por las fuerzas represivas del régimen.

La información publicada en “El País”, es producto de apreciaciones realizadas por un diplomático en el ejercicio de sus funciones; no obstante, mas que desanimar a quienes se sienten aludidos, ellas deben de constituir un acicate para el análisis y la reconsideración de actitudes sostenidas; propiciando la adopción de un nuevo enfoque, mas  acorde a las realidades por las que atraviesa la nación.

En la construcción de la Cuba futura, nadie debe sentirse descalificado, porque ésta es una aspiración que, inevitablemente, habrá de erigirse con la participación de todos.



(*)  Gustavo Pardo. La Habana, 1941. Especialista geotécnico. Ingresó en la Masonería en el año 1984, y fue proclamado Gran Canciller del Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba 2005-2008. Cumplió sentencia como preso político en las prisiones de La Cabaña, Isla de Pinos y Melena. Desde 2005 es Presidente de la Academia Cubana de Altos Estudios Masónicos. Ha publicado Martí masón, El Autonomismo en Cuba, La mujer en la Masonería, Ética y Familia, entre otras.

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