sábado, 15 de junio de 2019

Y LAS BACTERIAS SE ENQUISTAN CUANDO...

Mario J. Viera


La biología nos muestra que muchos microorganismos, ante condiciones adversas para su subsistencia, desarrollan determinados mecanismos para resistir al stress; por ejemplo, algunas bacterias son capaces de ser motiles para buscar alimentos o producir enzimas que les permiten encontrar recursos alternativos para sobrevivir en ambientes adversos; otras se esporulan para resistir las condiciones estresantes y subsistir, incluso por cientos de años, y muchos protozoarios reaccionan enquistándose hasta el momento en que las condiciones ambientales vuelvan a serles favorables. Así como en estos microorganismos hay recursos para la subsistencia, también en ciertos organismos sociales, amenazados por condiciones en extremo desfavorable para su existencia, se pueden generar mecanismos defensivos que les permitan continuar siendo viables.

Los gobiernos (organismos sociales) pueden estar sometidos a condiciones estresantes que pueden poner en peligro su existencia o su reelección, tales como la reducción drástica del ritmo de crecimiento o crisis económicas prolongadas, como también la existencia de un estado de descontento generalizado de la población, altos índices de desempleo, conspiraciones, protestas públicas incontenibles y hasta medidas externas como invasiones, sanciones diplomáticas y comerciales, todos estos factores ponen en peligro a cualquier gobierno de cualquier Estado.

Solo unos ejemplos de estas situaciones extremas para ilustrar la caída de algunos gobiernos:

La Revolución inglesa de 1642 a 1644 que generó varias guerras civiles en Inglaterra durante el reinado de Carlos I, fueron resultado de las confrontaciones cada vez más agudas entre el monarca y los parlamentarios comandados por Oliver Cromwell que concluyeron con la derrota de las fuerzas realistas, la deposición del rey y su ejecución por decapitación, bajo el cargo de alta traición, el 30 de enero de 1649.

En Francia el tercer estado lanza el reto contra la monarquía de Luis XVI, e impone una Asamblea Nacional Constituyente el 9 de julio de 1789, luego de la protesta del Juramento del Juego de la Pelota del 20 de junio de 1789. A partir de ese momento crecen y se hacen más violentas las protestas de los parisinos en contra de la monarquía, hasta llegar a la toma de la Fortaleza de la Bastilla el 14 de julio de 1789 y, finalmente, la ejecución bajo la guillotina a Luis XVI el 21 de enero de 1793.

El primero de septiembre de 1939, la Alemania hitleriana invade a Checoslovaquia, derroca al gobierno de Edvard Beneš, que tiene que acogerse al exilio en Londres, y desaparece Checoslovaquia como Estado independiente.

En Chile, luego de numerosas protestas y boicots de los transportistas y conspiraciones militares, cae el 11 de septiembre de 1973 el gobierno de Salvador Allende luego de un cruento golpe de estado. Era de la Guerra Fría.

En Túnez, cae el gobierno continuista de Zine El Abidine Ben Ali por la Revolución de los Jazmines (2010 – 2011) que inició la era de la Primavera Arabe y fue originada, por las malas condiciones de vida, la corrupción y la represión contra los opositores políticos predominantes en el país. El 22 de febrero de 2014 cae el gobierno ucraniano pro ruso de Víktor Yanukóvich con las protestas y la resistencia de la Revolución del Euromaidán. Todas estas, protestas populares multitudinarias.

El sistema del Apartheid que durante varias décadas regía en Sud Africa desde 1913 con el Black Land Act hasta 1993, cuando por fin el Parlamento surafricano lo suprimía por ley, tuvo que enfrentarse a un fuerte embargo económico y comercial junto con un embargo obligatorio de armas y de petróleo y la aplicación de otras sanciones internacionales que contaban con el apoyo de las Naciones Unidas. La asfixia económica hizo sus estragos en Sud Africa y provocó la caída del sistema racista y del gobierno que lo mantenía.

Sin embargo, hay gobiernos y sistemas de gobierno que tienen, como los microorganismos. capacidad de resistencia, enquistándose, encerrándose en sí mismos, atrincherándose y encerrándose como plaza sitiada. Gozan del ADN de la ideología y la cadena fiel de las fuerzas armadas, cuentan con agencias para la vigilancia y control de la población y pueden desplegar una gran capacidad de represión. La comunidad internacional les puede demandar por violaciones de derechos humanos, les pueden asegurar que todas las “opciones están sobre la mesa” pero ellos se defienden con sus enzimas: el apoyo de grupos paramilitares de gentes de bajo fondo, armados y decididos a matar, con gran parte de las masas que fanáticamente le ofrecen fidelidad, y aún más, como los hongos pueden extender sus hifas para lograr apoyos en gobiernos de idéntica catadura. ¿No son ejemplos vívidos de esto Venezuela y Nicaragua?

¿Y la Cuba bajo el totalitarismo del Partido Comunista? Ahí sí se crean verdaderas endosporas sociales. Si la vaca nutricia, la Unión Soviética, desaparece, y el régimen pierde todos los subsidios que le permitieron consolidarse, y se tiene que enfrentar al tenaz embargo estadounidense, su reacción es idéntica a la de los microorganismos: se enquista, y le exige al pueblo la necesidad de resistir. Periodo especial en tiempos de paz. Mayor represión, las cárceles se abarrotan con opositores y hasta con cazadores de vacas. Fortaleza sitiada. El embargo aprieta, pero no es como el embargo internacional que se implantó contra el apartheid. y si así fuera, puede continuar enquistado, porque no hay empresas privadas que, ante el peligro de la bancarrota, por efecto del embargo, le exijan cambios al régimen y alienten conspiraciones. Se militariza la sociedad y se buscan nuevas fórmulas de sobreexistencia: despenalización de la moneda extranjera, turismo, mercado campesino “libre” pero regulado, y ... ¡más represión!

El embargo no logró hacer caer el poder comunista de Cuba, sobrevivió. Esto no se me escapaba de vista, pero siempre fui partidario de que no se levantara, por una simple razón, porque el principal embargo que afectaba al pueblo era el impuesto por su propio gobierno y, sobre todo, porque me desagradaba que, con el levantamiento unilateral del embargo, Castro, pudiera proclamar desde la Plaza de la Revolución una victoria política alcanzada por su “acertada política de resistencia” y luego pudiera declarar: “Hemos vencido, pero todavía tenemos que apretarnos los cinturones, porque hay que superar los efectos del embargo, hay que seguir resistiendo”, que por supuesto sería el pueblo el obligado a resistir.

Por eso, no creo para nada en las medidas de “endurecimiento del embargo” que está patrocinando la actual administración republicana de Estados Unidos. Ningún efecto puede producir contra la bacteria enquistada, salvo más privaciones para la población. El comunismo se enquista y extiende sus hifas hacia nuevos rumbos, hacia Rusia, hacia China, hacia Irán, hacia Turquía. Y ya se prepara, la chiva que sustituyó a la vaca nutricia, Venezuela ya se está secando, pero se pueden repetir las viejas prácticas: Fortaleza cerrada, represión y nuevo periodo especial. Los suministros en armas y recursos para sus fuerzas militares y represivas, Rusia los resolverá... ¡No hay problemas! Siempre están las relaciones comerciales y diplomáticas con Asia, con Europa, con América Latina y ¡Hasta con Africa! Y si disminuye el intercambio comercial... ¡No hay problemas! El pato lo pagará el pueblo, que al fin y al cabo ya está acostumbrado a padecer a su gerontocracia.

Solo queda un camino, uno que por el momento no se divisa: La resistencia noviolenta impulsada por una oposición que despierte de su aletargamiento, si es que despierta, y se decida a impulsar un caribeño y cubanísimo Maidán.

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