Mario
J. Viera
La noticia nos la ofrece Cubanet: El
gobierno castrista no da su pláceme para que se erija una mezquita en La
Habana. Entonces Pedro Lazo Torres, de quien se dice es el líder de la
comunidad musulmana de Cuba, pone el grito en el cielo, tal vez clamando a Alá
y al profeta Mohammed. Y se enciende declarando que la decisión castrista,
viola la libertad religiosa dentro de la isla, algo que es una realidad más
grande que la mezquita de Ortaköy en Estambul.
Sí, los Castro no propician ni la
libertad de conciencia ni la libertad de religión, ni ninguna otra libertad
civil, pero me pregunto ¿Exigirán el señor Lazo Torres y el señor Wilfredo
Ruiz, de la Asociación Musulmana Americana que se respete el derecho de los
cristianos a ejercer su libertad de conciencia en los países sometidos a la maldición
de la Sharía o que los que no crean en ningún Dios puedan vivir en paz sin
persecuciones en los países musulmanes?
El Islam es bien extraño en la
conciencia social cubana. ¿De dónde han salido esos cuatro mil musulmanes en
Cuba? Cuba es y siempre ha sido, un país cristiano, predominante católico o
mayoritariamente de fe sincrética. No puedo concebir a Cuba caminando hacia la
formación de un califato.
Los califatos surgieron en el Cercano
Oriente, en Turquía, en el África del Norte y en el sur de España, pero serían
una completa aberración en el continente americano y más que aberración en una
isla del Caribe.
El IS pretende erigir un emirato sobre
Siria e Irak derramando sangre de cristianos, de agnósticos e, incluso, de
musulmanes. Son bestias salvajes, enloquecidas por el fanatismo y las
ambiciones; con la intolerancia propia del Corán, con el odio hacia todo lo que
sea progreso.
Cuba ya tiene bastante con los Castro y
con el estigma de ser un país aliado al terrorismo, sería apocalíptica su
suerte si los piadosos musulmanes tropicales formaran en la isla su mezquita y
sus escuelas donde se cobija el odio y se forjan los voluntarios del Estado
Islámico.
Definitivamente, esta vez, sí, estoy de
acuerdo con una medida tomada por el castrismo.
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