Tania Díaz Castro. CUBANET
¿Cuánto le deben los Castro a Rusia? |
Confieso que de vez en cuando me
disparo una crónica de Lázaro Fariñas, aunque se me revuelva el estómago. Es un
cubano nacionalizado estadounidense que vive en La Florida y que se atreve a
decirle bribones de marca mayor al gobierno de ese país, sin que las autoridades
tomen represalias contra él.
Tal vez hasta le ha lanzado una
trompetilla a Obama cuando lo ha visto pasar por Miami, y no pasa nada. A
Fariñas ni siquiera le halan su barbita al estilo de Fidel Castro. Tiene suerte
el colega, porque los periodistas independientes no podríamos decir lo mismo y
mucho menos acusar de bribones de marca mayor al gobierno de Raúl.
Si un día Fariñas cambia de palo para
rumba y se le ocurre escribir que el gobierno cubano está compuesto por
bribones de marca mayor, va a saber lo que es candela de majá.
Fariñas es uno de esos raros
especímenes del periodismo libre que defiende a una dictadura enemiga del país
democrático donde vive. Ahora está preocupado, según su última crónica, por la
cantidad de dinero que Estados Unidos ha empleado en tratar de derrocar la
dictadura más larga de América Latina y darle la libertad a los cubanos, como
hizo cuando los españoles no querían retirar sus tropas de la isla.
Dice este señor que se imagina que en
algún lugar debe existir el dato de esa cantidad de dinero que brota de un
manantial y que han empleado los diferentes gobiernos de Estados Unidos, para
que Cuba vuelva a la prosperidad y sea de nuevo un país tan normal, como casi
todos los que pueblan el planeta.
Por último, se pregunta cuánto en
realidad será la suma total. Pero lo que sí no se pregunta es algo que nos
preguntamos todos los cubanos a cada amanecer, cuando desayunamos con pan mal
hecho y sin leche: ¿Dónde se metieron los 30 mil millones de dólares que aún el
gobierno castrista le debe a la desmerengada URSS? ¿Qué organismo sabe en qué
se malgastó esa tremebunda cifra? ¿Por qué Cuba dejó de ser un manantial, pese
a tanta cantidad de dinero recibido?
En las tres décadas felices del
horrible petróleo soviético, cuando para nada hablaba la prensa nacional de
Embargo Comercial, que insisten en llamar “bloqueo”, esos 30 mil millones de
dólares se malgastaron y nadie sabe en qué. Ni siquiera Lázaro Fariñas. Es más,
ni escribe sobre eso.
El día que lo haga y nos explique lo
que tantos cubanos están ansiosos por saber, voy a creer que sí tiene buenas
intenciones.
Mientras tanto, seguiré pensando que –
en el mejor de los casos ─ es ciego, uno de esos que nunca vieron las
diferencias de las dos Alemania y mucho menos de las dos Corea de hoy, un ciego
que no ve la libertad que lo rodea, algo que añoramos tantos cubanos hace más
de medio siglo.
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