Mario J. Viera
Sí porque un sainete es aquella pieza teatral de
solo un acto de carácter jocoso, y lo jocoso puede ser hasta burlesco y
grotesco. Es así simplemente como se pudiera considerar esta pieza en un solo
acto del proceso electoral que hoy pone en marcha el régimen del poder de un
solo partido político que impera en Cuba. Sin embargo, este sainete va más allá
de lo jocoso y lo grotesco, para asumir una forma más seria y significativa,
pues puede asumir un carácter de referendo.
Es un referendo sobre el sistema de gobierno de Cuba
y sobre sus dirigentes, mediante el cual el pueblo puede mostrar su adhesión o
su rechazo a ese sistema. Es un referendo también que pone a prueba a la
disidencia u oposición interna. Es un referendo que pudiera reflejar lo que el
pueblo piensa.
El régimen insiste, hace campañas para que la gente
acuda a ejercer el voto y a darlo por todos los candidatos de la boleta
electoral. No escatiman tiempo ni recursos, lo saben, conocen que este de hoy
es un referendo, que no se medirá solamente en votos emitidos o en blanco, sino
también por los votos inalcanzables del abstencionismo. A mayor abstencionismo
mayor rechazo a la gestión del régimen.
Una de las tácticas de un movimiento de resistencia
noviolenta es la del boicot electoral. Partiendo de este principio, algunas
organizaciones disidentes de Cuba han lanzado la consigna del abstencionismo y
hasta se han decidido por conformar grupos de “observadores independientes” del
proceso electoral alegando que es un derecho recogido en el texto
constitucional del 2019; error de concepto ya que los “derechos” recogidos en
la actual constitución están condicionados a las leyes y los principios
recogidos en sus artículos 4 y 5.
Un boicot de cualquier tipo y muy en especial de
tipo político requiere de la elaboración de una poderosa campaña propagandística
a favor de los objetivos que se persiguen, generar estado de opinión y
convencimiento de un gran sector poblacional. Convencer es lo primario, y para
convencer, el mensaje debe llegar a todos, al pueblo real no al abstracto de
los medios digitales.
Refiriéndose a las elecciones convocadas para hoy,
el sacerdote cubano, Alberto Reyes Pías, expresó en su página de Facebook: "Ahora
se acerca un momento que exige de cada ciudadano pensante un '¿para qué?”
Pensar con claridad conociendo el por qué y el para qué. “Cada persona ─
concluye el sacerdote ─ es libre de tomar sus decisiones, pero sería bueno,
muy bueno, que esas decisiones se tomen desde esa capacidad grandiosa que se
nos ha dado, y que se llama “pensar”. He aquí la importancia de un mensaje
claro para ayudar a pensar y poder garantizar el éxito del boicot.
Promocionar la consigna, "Cuba dice NO a la
dictadura", es arriesgado e inapropiado, se corre el riesgo de caer en el
ridículo si no se alcanzan los resultados satisfactorios del boicot electoral;
basta solo con la consigna “Yo no voto”. Si en 1976 y 2013 el índice de
abstencionismo electoral fue del 10 %, en las elecciones para candidatos a la
Asamblea Nacional del Poder Popular del 2018 esta cifra alcanzó el 15,6%; en el
referendo para el Código de Familia se alcanzó un abstencionismo aproximado del
25 %, para alcanzar un 31% en las elecciones de delegados municipales. Si
no se alcanza un 40% en estas elecciones, el boicot no habrá alcanzado sus
objetivos. Por tanto, este proceso electoral servirá como un referendo de como
ha sido la influencia opositora entre la población.
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