Mario J. Viera
¡Oh,
Dios Todopoderoso, pon alas a mis palabras! Que ellas lleguen a todas las
conciencias, que encuentre a quienes las traduzcan a todos los idiomas. Porque
el hombre en su irresponsable curiosidad osa invadir lo que solo a Dios
corresponde. Están jugando, por su curiosidad insana, con fuerzas que
desconocen. Fuerzas que formaron el universo por la voluntad del que Es y
Siempre Ha Sido.
Desatar
la energía de lo ignoto es osadía irresponsable. Hasta donde llegará la insaciable
curiosidad humana, solo Dios lo sabe. El 23 de septiembre, los sabios de la
tierra quieren retar la sabiduría del Divino. Pero el Divino no acepta retos,
ni permiten que traspasen los umbrales de aquello que solo es de su
incumbencia.
¿Qué
buscan los sabios que manejan el Gran Colisionador de Hadrones? Descubrieron el
bosón de Higgs; ¿no les basta? Han descubierto las partículas subatómicas, los
cuarks y los leptones, que dan estructura a neutrones, protones y electrones;
¿quieren más? Han determinado las cuatro fuerzas fundamentales: La interacción
nuclear fuerte, la interacción nuclear débil, la interacción electromagnética y
la interacción gravitatoria; ¿no se conforman?
¿Qué
pretenden ahora? Hacer colisionar a velocidades extraordinarias dos haces de
protones en sentidos opuestos que generarían enormes niveles de energía
próximos a los alcanzados en el Big Bang, la gran expansión de la materia que
por voluntad de la Suprema Inteligencia se produjo. Dicen que en este intento
no hay peligro, que matemáticamente no cabe peligro. Pero los cálculos
matemáticos no están confeccionados para prever un error accidental, una
equivocación, un desperfecto inesperado en la enorme maraña del gigantesco
Colisionador. Si esto ocurriera dentro de una fracción de segundo y se liberara
una energía incontrolable por el ser humano ¿Qué pasaría con la humanidad, cuál
sería el peligro que correría todo el planeta?
Ahora
buscan crear microagujeros negros. ¡No hay peligro en ello!, aseguran. Y alegan
que si se creara un agujero negro sería, “tan
infinitamente pequeño que podría atravesar la Tierra sin tocar ni un solo
átomo, ya que el 95% de estos son espacios vacíos”. ¿Quién lo puede
asegurar con ningún grado de incertidumbre que esto sea así? ¿Las matemáticas?
Las matemáticas siempre son exactas, solo y siempre que las variables que se
utilicen no sean erróneamente seleccionadas.
Y
ahora pretenden “entrar en una nueva dimensión” en la búsqueda de una
hipotética supersimetría, un camino
hacia el encuentro con la materia oscura, elemento importante en la formación
de estructuras y evolución de las galaxias. Pensemos en un volumen de materia
oscura sobre la superficie del planeta, solo esto, ¿a qué conclusiones podemos
llegar?
Es
muy interesante el símbolo que el CERN ha utilizado para representarle: La
imagen de Shivá, el dios hindú conocido como El Destructor.
En
el 2008, dos científicos, Walter L. Wagner y Luis Sancho interpusieron una
demanda contra el CERN en una corte federal de Hawái alegando que con el Gran
Colisionador se podría provocar la formación agujeros negros y materia extraña
que destruiría la Tierra. Esta demanda fue desestimada, pues la comunidad científica
se colocó a favor del CERN.
La
Tierra es nuestro hogar común y todos tenemos opinión sobre lo que se debe
hacer o no en el planeta. Todos tenemos derecho a hacernos escuchar en el tema
del calentamiento global. No es asusto exclusivo de los políticos, es problema
que a todos nos atañe. En muchos países se han dictado leyes prohibiendo la
clonación humana, un tema esencialmente ético y muchos estamos a favor de esas
leyes, también por razones éticas. En muchos países existe un gran debate sobre
la legalización o no del aborto, tema ético y de derecho individual y a la vez
tema de conciencia.
En
estos asuntos, clonación y aborto, no existe un hipotético peligro para la raza
humana ni para la Tierra como planeta.
Sin
embargo, sí existen peligros, que aunque tengan carácter de hipótesis no
demostrada, es un tema de interés de toda la humanidad, los experimentos que se
realizan y los que se pretenden realizar con el Gran Colisionador de Hadrones.
Existe un peligro potencial de extinción de toda la humanidad si se produce un
error que dé lugar a la formación de un agujero negro estable. Y siempre esa
posibilidad de error humano está presente en cualquier experimento sobre
cualquier tema que se ejecute.
En
newscientist.com se hace una interesante conclusión:
“Muchos sostienen que el trabajo científico
debe ser debatido sólo por científicos. Que la objeción está bien, cuando se
trata de una disputa puramente académica, pero la cuestión de si el LHC es
seguro no es académica, es una cuestión que pone al mundo real con las apuestas
lo más alto posible. La valoración de la ciencia desde una perspectiva del
mundo real, y el entendimiento que el trabajo científico puede ser una empresa
humana y como tal falible, no sólo es de justicia, es esencial”.
¿Quién
es tan irresponsable que permita en su propio hogar que alguien realice algún
ensayo, algún experimento potencialmente riesgoso, que ponga en peligro la casa
y a sus ocupantes? Nadie permitiría a alguien a estar experimentando con
explosivos dentro de su casa.
Todos
tenemos el derecho a ser tomados en cuenta. La ciencia debe ponerse al servicio
de la humanidad, sin margen para la posibilidad de un desastre. En última
instancia, ¿podemos vivir sin conocer las estructuras de los cuarks y de los
leptones, y sin probar la existencia de la supersimetría? Ciertamente sí. Esos
millones invertidos en los experimentos que se llevan a cabo con el
supercostosísimo Colisionador de Hadrones, tendrían más utilidad si se
emplearan para buscar vacunas contra enfermedades como el HIV o el Ebola.
Tenemos
derecho a ser escuchados. Debemos hacernos escuchar. Podemos detener la locura
y el despilfarro de grandes sumas de dinero que sale de los bolsillos de los
contribuyentes. Hay que decir: ¡No más, no estamos seguros de estar a salvos;
no estamos seguros de que los científicos no divinos del CERN no se equivoquen
y cometan un desastroso e irreparable error!
Debemos
manifestarnos. Debemos denunciar. Debemos levantar un poderoso movimiento para
no ser jamás desconocidos.
No
obstante, creo firmemente que Dios estorbará todos los esfuerzos de aquellos
científicos y físicos cuánticos que se creen son un bosón de la Sabiduría de la
Gran Inteligencia, de Dios.
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