Los usurpadores del gobierno de Cuba se han vanagloriado hasta el hastío de su adhesión al “internacionalismo proletario”, principio que además de ser obsoleto es demagógico; pero ellos insisten en meterse en los asuntos internos de otros estados bajo la “misión histórica” de la decrépita revolución de los Castros, con el argumento de la “solidaridad con los movimientos revolucionarios”.
Fue por estas razones (irracionales) que hicieron de Cuba el centro de la desestabilización de la América Latina, fomentando o dando apoyo a movimientos guerrilleros en Venezuela, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Bolivia, Colombia.
Amparado en el insostenible derecho del internacionalismo proletario, el gobierno usurpador de Cuba impulsó “misiones internacionalistas”, eufemismo por intervención militar, en Etiopía y Angola para apoyar los regímenes pro soviéticos de Mengistu Haile Mariam y de Agostinho Neto, primero y luego de José Eduardo Dos Santos y su anterior participación en el conflicto de Argelia con el reino de Marruecos, en fecha tan temprana como octubre de 1963, cuando transportó ilegalmente tanques de guerra y una expedición de 700 militares en una barco mercante.
Todo en aras del internacionalismo proletario. Pero para los Castros parece que hay diferencias en cuanto a obreros de filiación comunista y obreros no definidos como “decididos combatientes por el proletariado” aunque estos últimos hayan vivido un drama de carácter humano como el que vivieron los 33 mineros de Chile, atrapados a 700 m de profundidad y a lo largo de 70 angustiosos días.
El mundo entero se conmovió con la suerte de esos obreros de la mina de San José en el desierto de Atacama de Chile. La prensa internacional siguió toda la odisea publicando largas crónicas e informaciones. El mundo siguió los momentos del rescate por televisión e internet… El mundo, salvo Cuba, o mejor dicho, salvo la panfletaria prensa oficial de Cuba.
Para el Granma el hecho no fue más que un tema noticioso sin mayor conmoción y no merecedor de un amplio destaque de página.
El Granma, en su edición digital del 11 de octubre, dedica siete breves párrafos al tema bajo el encabezamiento de “En Chile prueban con éxito cápsula que trasladará a mineros” y que no aparece en su edición impresa. En la edición del día 12, cuando comenzaban las tareas de rescate, el Granma guardó absoluto silencio y la única referencia a Chile fue un artículo informando sobre una movilización convocada por la organización mapuche Meli Wichan Mapu, con el lead de Unas 7000 personas piden fin al colonialismo en una protesta en Chile.
En la edición del día 13, cuando iban emergiendo los mineros de su tumba ante la presencia y el cálido recibimiento del presidente chileno, el Granma no hizo ningún comentario. Finalmente, la edición del día 14 publicó una breve nota de 138 palabras perdida en la página 5 del número publicado.
Juventud Rebelde, el también panfletario, aunque más dinámico periódico oficialista, fue un poco más comunicativo dedicando dos notas al rescate y un artículo noticioso ligeramente más extenso. Declaraciones del usurpador suplente… pues ¡Nada, aquí paz y en el cielo gloria!, bueno, esto último es un decir.
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