Ha llegado el momento. Por
años la disidencia cubana ha solicitado la realización de un referendo nacional,
para que sea el pueblo quien decida bajo qué sistema de gobierno quiere vivir.
Algunas organizaciones bien intencionadas, pero con gran candidez política,
creen que solo con la recogida de miles de firmas en apoyo a un proyecto de
referendo, presentadas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el régimen
va a acceder a llevarlo a cabo. ¡Ah, es que el camino al infierno está
empedrado de buenas intenciones! Confían que se puede llegar a la Ley a partir
de la Ley. ¡Incautos! Las leyes del Estado cubano son siempre susceptibles de
enmiendas según los intereses de su cúpula gobernante.
Desde su instauración en el
poder, el castrismo ha buscado su legitimidad en el apoyo de las masas, de las
turbas. Las masas siempre han sido la herramienta de contención de esas mismas
masas por el régimen. Si el gobierno usurpador es condenado en un foro
internacional cualquiera, convoca a la movilización masiva en su apoyo y, así,
poder alegar: “El pueblo está unido al Partido”.
Havel lo dijo, las masas
son siempre víctimas y sostén de la tiranía. La sociología ha demostrado que la
mentalidad del hombre cediendo su individualidad al influjo de la masa es la de
un idiota.
Pero las masas pueden
volverse en contra de quienes les manipulan y volcar de un solo golpe al poder ilegítimo.
Sí, en las masas está el poder y al mismo tiempo, valga el oxímoron, la
debilidad de los regímenes totalitarios.
El próximo Primero de mayo
lo convoca el castrismo con un solo y único propósito disimulado bajo la
consigna de exigir la devolución de la Base Naval de Guantánamo y el Levantamiento
del Embargo, el transmitir la impresión que el discurso pronunciado en La
Habana por Barack Obama no caló en la conciencia del pueblo y que el pueblo está
firme en su apoyo a la dictadura. El castrismo quiere presentar el primero de
mayo como un referendo a su favor, y ciertamente podrá blasonar de ello si la
concurrencia al desfile resulta masiva y grandiosa.
Para la oposición, el
desfile del primero de mayo que se está organizando puede ser la oportunidad
tan esperada del referendo que le diga NO a la dictadura castrista. La consigna
de la oposición interna del momento no es gritar “¡Abajo los Castro!”; la
consigna que ahora se debe divulgar es: “¡Nadie al desfile del primero de mayo!”;
es llamar al pueblo con la consigna: “¡Somos el cambio! ¡No desfilar el primero
de mayo!”
El exilio debe unirse en el
mismo reclamo. Divulgar por todos los medios, por las páginas sociales Facebook
y Twitter y por Radio Martí, la consigna de no al desfile del primero de mayo. Ahí
tiene una gran oportunidad #Todos marchamos, para impulsar el no a la farsa del
primero de mayo. Hay que convertir el primero de mayo en la primera gran
derrota de la dictadura, en el mensaje decidido de no apoyo a la tiranía; el
mensaje de que el pueblo no quiere más de lo mismo, que quiere verdaderas
reformas y cambios verdaderos.
Por su parte, a no dudarlo,
el castrismo reforzará en todo el mes de abril la represión para infundir
temor; para intentar disuadir al pueblo de cualquier intento de resistencia. Este,
como diría José Martí, es el momento de los hornos.
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