sábado, 20 de noviembre de 2010

La Iglesia Católica China.

Iglesia católica china ordena obispo sin aprobación del Vaticano
(AP) La iglesia católica de China, respaldada por el régimen comunista, ordenó el sábado un obispo que no contaba con la aprobación del Papa Benedicto XVI, a pesar de que un asesor papal consideró la medida ''vergonzosa'' e ''ilegítima''.


Guo Jincai
La ordenación de Guo Jincai, en la iglesia Pingquan de la ciudad de Chengde, se hizo en medio de un fuerte operativo de seguridad en que decenas de policías cerraban el paso a la prensa. Sin embargo, también hubo un espíritu festivo, con letreros coloridos y lámparas tradicionales colgados afuera de la iglesia y fieles que se sacaban fotografías.

No estaba claro si los obispos leales al Papa habían sido obligados por el gobierno a asistir a la ceremonia, como temía el Vaticano.
 
La ordenación, la primera sin aprobación papal en China en casi cinco años, amenaza con perjudicar las ya tensas relaciones entre el país asiático y el Vaticano. La Santa Sede había advertido que los intentos de reconciliación se perderían si sus obispos se veían obligados a asistir. El cardenal de Hong Kong Joseph Zen, un importante asesor de Benedicto XVI, dijo que la ordenación era ''ilegítima'' y ''vergonzosa''.

China obligó a los católicos del país a terminar sus vínculos con El Vaticano en 1951 y sólo permite practicar esa religión en iglesias respaldadas por el estado. No obstante, millones de chinos participan de congregaciones extraoficiales que son leales al pontífice.
Las relaciones mejoraron desde que Benedicto XVI asumió y las disputas sobre designaciones de líderes de la iglesia oficial se habían evitado a través de un diálogo discreto. Esto llevó a la ordenación de varios obispos con la aprobación de la Santa Sede.

Sin embargo, Guo no cuenta con el visto bueno del Vaticano, quizás porque fue vicesecretario de la Asociación Patriótica Católica China, el grupo paraestatal que controla las iglesias católicas del país.

Resumen de informaciones sobre la Iglesia Católica en China

En 1952, el régimen comunista de Mao Tse Tung expulsa a los misioneros cristianos y restringió la propagación del cristianismo por todo el territorio nacional.

El Partido Comunista Chino, que desde hace 57 años gobierna el país, proscribe y persigue a la Iglesia católica que reconoce y obedece al Papa y que se ha denominado “Iglesia Católica Clandestina” para diferenciarla de la “Iglesia Patriótica” controlada por el Estado Chino. Muchos sacerdotes de la Iglesia Católica Clandestina viven ocultos y son verdaderos héroes de la fe. La ruptura tuvo su origen por los obstáculos que el Estado impuso a los cristianos católicos –y a otras religiones- respecto a la libertad religiosa y que desencadenó en los años 70´ la aparición de dos tipos de Iglesia: la “patriótica”, que es controlada por el Gobierno y que responde a sus intereses; y la “clandestina”, que es perseguida desde entonces y que es reconocida por la Santa Sede por su fidelidad y comunión a la Iglesia católica.

China obligó a los católicos del país a terminar sus vínculos con El Vaticano en 1951 y sólo permite practicar esa religión en iglesias respaldadas por el estado. No obstante, millones de chinos participan de congregaciones extraoficiales que son leales al pontífice.

En una declaración emitida en septiembre de 2000 por la Asociación de Católicos Patriotas de China y por el Colegio de Obispos Católicos Chinos, la iglesia católica de China expresó su gran preocupación por la planeada canonización a efectuar el primero de octubre por parte del Vaticano de 120 católicos "martirizados en China", lo cual representa un intento de distorsionar y tergiversar la historia.
La propuesta canonización está programada para el primero de octubre, que es el Día Nacional de China, fecha que simboliza la liberación completa del pueblo chino de la agresión y pillaje imperialistas y colonialistas, indicó la declaración, y la canonización en esa fecha es un insulto y un desafío al pueblo chino y a la iglesia católica de China, "lo que nunca podremos tolerar ni aceptar".

En abril de 2007 murió el obispo oficialista  Fu Tieshan a quien la prensa oficial denominó como “el obispo más prestigioso del país”. Fu era presidente de la Asociación de Católicos Patriotas de China (ACPCh), presidente ejecutivo de la Conferencia de Obispos de la Iglesia Católica de China (COICCh) y obispo de la Diócesis Católica de Beijing. Liu Bainian, Vicepresidente de la Asociación Patriótica Católica China, declaró: "El obispo era una persona de gran virtud y prestigio. Cumplió sus deberes con honor y dedicó su vida al predicado del evangelio en China con un corazón patriótico".


El 25 de julio de 2007, el Papa Benedicto XVI optó por no hacer comentarios ante la sorpresiva invitación del Vicepresidente de la Asociación Patriótica Católica China, Liu Bainian, para que visitara su país. Según informó ese día el diario la Reppublica de Italia, el Papa eligió “no comentar el asunto con los periodistas debido a su complejidad”.
 
 
Buena parte de las 138 diócesis de China unidas a Roma carecen de obispo y todo son obstáculos para la práctica de la fe y de la liturgia, mientras que la iglesia patriótica tiene sus pastores y dispone de catedrales e iglesias abiertas. A veces, los obispos fieles a Roma ordenan secretamente a nuevos obispos, a fin de asegurar el ministerio de los presbíteros y la vida de las comunidades. Benedicto XVI manifestaba el 24 de diciembre de 2009 su profundo disgusto por la situación, y denunció esa “grave violación de la libertad religiosa”, advirtiendo que “ahora considera necesario dar voz al sufrimiento de la comunidad católica en China”, que sufre la persecución más cruel desde la de Stalin contra la Iglesia católica de Ucrania.

Según la página Web oficial de la Asociación de Fraternidades del Laicado Trinitario de España-Sur, hay unos 46 obispos “clandestinos”, que han pasado toda su vida en la cárcel, en campos de trabajo, en arresto domiciliario o bajo estrecha vigilancia. Entre los 7 obispos encarcelados en la actualidad hay octogenarios como el de Xiwanzi, Yao Liang, y enfermos graves como el de Wenzhou, Lin Xili. Entre los diez prelados bajo arresto domiciliario hay un paralítico, Lin Guandong, obispo de Jisian, y uno desterrado en una montaña, el obispo de Tianjín, Li Side.

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