Mario
J. Viera
La
pésima gestión económica del régimen del PCC ha sido el detonante de las
manifestaciones populares en la antigua provincia de Oriente; Al grito de “Patria
y vida” de clamores exigiendo “libertad” y los reclamos de “No hay comida, no
hay corriente”, la cúpula gubernamental comienza a temblar; pensaban que
las elevadas sanciones de prisión que les impusieron a cientos de los
participantes en la manifestaciones del 11J servirían de contén para las
protestas; pero se equivocaron…el pueblo ya está en las calles, el temor se van
perdiendo, la gente quiere algo más, libertad y comida.
El
régimen se obstina, el Secretario General del PCC y Presidente del Gobierno de
Cuba solo atina a acusar a los Estados Unidos y a los supuestos "enemigos
de la revolución" y los “terroristas radicados en EEUU” como los
instigadores de las protestas, y a continuación declarar, expresando el mismo
contrasentido de siempre: “Toda la disposición del Partido Comunista de Cuba,
el Gobierno y las instituciones para dialogar con la población, explicar,
convocar, para unir, trabajar y seguir buscando con talento propio cómo superar
la situación actual”.
Las
protestas asustan al régimen y se prepara para imponer la represión. Pero la
gente sencilla se mantiene firme en sus protestas, pero se requiere algo más,
algo en parte con lo expresado por el boxeador cubano Yordenis Ugás, “necesitamos
15 días de 11 de julio a nivel nacional. Es la única manera de poder tener un
cambio y de que millones que viven en la miseria, en la deshonra y sin ningún
tipo de esperanza puedan tener un cambio y una mejor vida y sobre todo digna”.
Se
requieren quince días de manifestaciones constantes como las masivas del 11 de
julio de 2021; pero para alcanzar esos quince días de protestas masivas se requiere,
en primer lugar, liderazgo y se requiere organización, un plan de acción y un
proyecto de nación; solo de esta manera el régimen se derrumbará; se requiere
movilizar a miles de ciudadanos siguiendo una línea de disciplina de la acción
no violenta.
Es
ahora cuando la oposición interna debe asumir el liderazgo del descontento
nacional, de organizar células de acción no violenta en todos los municipios
del país, La oposición debe ser imaginativa para buscar los métodos más
adecuados para acometer estas tareas, No se puede descartar que los principales
líderes de las organizaciones disidentes/opositoras estarán sometidos a un fuerte
escrutinio por parte de los órganos represivos. El trabajo movilizativo ha de
hacerse a la callada y siempre habrá riesgos; pero hay que acometerlo.
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