Mario
J, Viera
Convocar
marchas y caravanas de reclamos dentro de una democracia no conlleva contratiempos,
acosos policiales o cargas violentas contra los participantes; no hay peligro
de que sean encarcelados, sometidos a juicios parcializados que les condenen a largos
años de prisión bajo la acusación de sedición. En Cuba, su pueblo no puede, o
al menos se le tiene prohibido manifestarse públicamente en reclamos al gobierno.
Carlos
Lazo, el “gran activista” a favor de los interese de la dictadura pececista
hace un llamamiento a cualquier cubano, dondequiera que esté, a cualquier
persona amante de la paz y que sienta como suyo el sufrimiento del pueblo de la
isla, “sometido al cruel e inhumano bloqueo”, un “bloqueo” que le permite al
régimen de La Habana surtirse de sal, de arroz, de carne de pollo y de muchos
otros importantes ítems de la canasta familiar.
Las
sanciones económicas unilaterales impuestas por Estados Unidos contra la casta
política de Cuba, quizá pueda causar algún daño reflejo dentro del pueblo cubano.
Sí, puede ser. Buscar empatía hacia el sufrimiento del pueblo de la isla, es un
acto digno. Si todos se unieran en una marcha o en una caravana sintiendo como
suyo el sufrimiento de un pueblo sometido, no a embargos comerciales, sino al
cruel e inhumano poder de una dictadura, como la que en Cuba rige bajo los
designios del Partido Comunista de Cuba, esto sí sería el acto más digno para
conmemorar el 171 natalicio de José Martí. Tomar el nombre de José Martí en
defensa de la mentira, en defensa de una tiranía, es una ofensa al gran mentor
e indigno de llamarse cubano.
Propone
Lazo con aurea de liderazgo: “Salga a la calle, saque una bandera, envíe un
mensaje en redes sociales, haga sentir su voz”, no en Cuba, ¡Dios le libre!, en
Estados Unidos, y no a favor de la libertad en Cuba, sino a favor de la dictadura
comunista.
Y cita el puentero mayor una frase de apóstol de nuestras libertades: “"los hombres van en dos bandos: los que aman y fundan, los que odian y deshacen", y se atreve Lazo a decir que “nosotros, los puenteros, somos del primer grupo”. Dicho así, simplemente es totalmente falso asumir para sí una categoría como “los que aman y funden”. Los falsarios, los hipócritas, los demagogos, los que sirven de puentes para darle calzada ancha a una dictadura jamás pueden ser considerados como los que aman y fundan.
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