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miércoles, 27 de marzo de 2024

EL METODO CIENTIFICO DE LAS PROTESTAS

 

PARTE  PRIMERA

Mario J. Viera

 


Existe una destacada paradoja entre lo que el régimen del PCC alega ser su base ideológica, el marxismo-leninismo y ese mismo marxismo-leninismo. Una paradoja que se pone de manifiesto en todos los actos de protestas populares que vienen produciéndose en Cuba desde las manifestaciones del 11 de julio de 2021.

Para los marxistas debe existir armonía entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción; es decir entre los medios y procedimientos laborales de que se vale el hombre (trabajadores y medios de producción) para producir, así como la división del trabajo y su racionalización, y las relaciones sociales dentro de las cuales se desarrollan las fuerzas productivas, de modo tal que esas relaciones no frenen el desarrollo de las fuerzas productivas. Las relaciones sociales ─ siguiendo el concepto marxista ─ existentes en Cuba, concentración de la propiedad productiva o de servicios en poder del Estado y la planificación centralizada de la producción han conducido a un freno al desarrollo de las fuerzas productivas y, como consecuencia, a un agudo estado de desabastecimiento de los bienes, servicios y alimentación de todo el pueblo.

Esta situación conduce a una, como lo definiera Vladimir I. Lenin, “situación revolucionaria” y en términos generales sus síntomas distintivos que clasifica en tres: 1) La imposibilidad para las clases dominantes (en el caso cubano, los jerarcas del PCC) de mantener inmutable su dominación; tal o cual crisis de las “alturas”, una crisis en la política de la clase dominante que abre una grieta por la que irrumpe el descontento y la indignación de las clases oprimidas (o lo que pudiera leerse como “de todo el pueblo”) 2) Una agravación, fuera de lo común, de la miseria y de los sufrimientos de las (masas) oprimidas; y 3) Una intensificación considerable (…) de la actividad de las masas, que en tiempos de “paz” se dejan expoliar tranquilamente, pero que en épocas turbulentas son empujadas, tanto por toda la situación de crisis, como por los mismos “de arriba”, a una acción histórica independiente. Estos elementos son, para Lenin “los cambios objetivos que definen la “situación revolucionaria”.  

Dados estos elementos, podemos cotejar que, en Cuba, el marxismo-leninismo se convierte en negación de su propia negación, y, al mismo tiempo, partiendo de ese pensamiento marxista-leninista entender la causa y razón de las manifestaciones públicas de descontento, disidencia aparte, que se vienen manifestando en Cuba desde el 2021. Se ha producido una grieta dentro del que hasta ahora se mostraba como un régimen monolítico y sin contradicciones internas.

Ahora bien, agrega Lenin en La Bancarrota de la II Internacional, que sin esos “cambios objetivos” la revolución (el cambio de régimen) es, por regla general, imposible. De este modo consideró que “no toda situación revolucionaria origina una revolución”, según él se precisa algo más, “un cambio subjetivo” o lo que es lo mismo, la capacidad de la clase revolucionaria de llevar a cabo acciones revolucionarias de masas lo suficientemente fuertes para romper (o quebrantar) el viejo gobierno, que nunca, ni siquiera en las épocas de crisis, “caerá” si no se le “hace caer”. Al respecto debo hacer las siguientes acotaciones: Lenin solo considera como “clase revolucionaria” al proletariado y a los que en otro de sus escritos calificará como “revolucionarios profesionales” a los activistas del Partido Bolchevique y cuando se refiere a acciones revolucionarias se refiere a los actos violentos para producir el cambio de sistema, y aquí me referiré a su última conclusión de que el viejo gobierno nunca caerá si no se le hace caer, esto totalmente cierto.

El régimen del PCC jamás caerá por evolución espontánea, ni por solicitudes de reformas cívicas, ni siquiera por estallidos de protestas más o menos espontáneas que ahora y luego se produzcan aisladamente. Se requiere hacerle caer aplicando adecuadamente los métodos apropiados de resistencia popular, instrumentalizados inteligentemente bajo un plan estratégico de lucha que puede asumir solo tres formas, la resistencia violenta, la resistencia noviolenta o una mezcla de ambos tipos de resistencia popular. Para ello, se requiere, en primer lugar, organización.

No obstante, no se trata de seguir los procedimientos del marxismo-leninismo, el cual se fundamenta en dos definidas falacias, la de la lucha de clases como motor impulsor de las transformaciones históricas y del determinismo histórico.

El marxismo se autodenomina “científico” para la construcción del “poder del proletariado”, al estilo de la Comuna de París, como “Dictadura del Proletariado”, otra de sus principales falacias, por la imposibilidad de gestar un gobierno “desde abajo” por medio de las decisiones de los sindicatos. Lenin organizó el “asalto al cielo” bajo la conducción de un partido revolucionario para crear esa dictadura del proletariado y terminó en la construcción de un único partido que implantó no una dictadura del proletariado, sino una dictadura sobre el proletariado y sobre todas las clases de la sociedad y la formación de una clase parasitaria, la élitecracia de los altos funcionarios del Partido Comunista, la cual goza de todos los privilegios políticos y económicos que no se reconocen para todos los ciudadanos. Si en la Constitución de 1901 en su Art. 11 y en la Constitución de 1940 en su Art. 20 se estableció que, “La República no reconoce fueros ni privilegios” en el actual texto constitucional redactado por el Buró Político del PCC se eludió este precepto.

Ahora bien, ¿qué es Ciencia? Para el filósofo y sociológico argentino Ander Egg (1993), citado en Karina Batthyány y Mariana Cabrera “Metodología de la investigación en Ciencias Sociales”, la ciencia es “un conjunto de conocimientos racionales, ciertos o probables, que obtenidos de manera metódica y verificados en su contrastación con la realidad, se sistematizan orgánicamente haciendo referencia a objetos de una misma naturaleza y cuyos conocimientos son susceptibles de ser transmitidos”. Por otra parte, la Doctora en Astronomía (Universidad Nacional de La Plata) Beatriz García, en relación con los métodos científicos expone que en ellos “implica el diseño de técnicas de ensayo y verificación” y cuyas etapas son, “la observación sistemática, el planteo de hipótesis o teorías basadas en la observación, la medición, la experimentación y obtención de datos experimentales, el análisis, la comprobación de su reproducibilidad y repetibilidad, y la posibilidad de predicción de sucesos futuros en base a dichas hipótesis”. Ahora bien, esta autora considera que en las ciencias sociales, y el tema este de la revolución o la resistencia frente a regímenes opresores es de estudio dentro de las ciencias sociales, “la experimentación no puede desarrollarse al momento de la elaboración de la teoría por cuanto los fenómenos no se pueden repetir controladamente”.

El modelo del marxismo solo tuvo una única experiencia para la elaboración de su teoría del nuevo Estado o “dictadura del proletariado”, la Comuna de París y no la observación sistemática de otros hechos similares que permitieran comprobar su repetibilidad y reproducibilidad y sin tener en consideración que aquella fue un proyecto fracasado. Pero en la lucha contra las dictaduras sí existen métodos científicos que han conducido a la elaboración de una hipótesis o teoría de la resistencia o lucha noviolenta que ha podido comprobarse como métodos que pueden ser reproducidos, repetibles y exitosos.

viernes, 22 de marzo de 2024

SALIR DE RON DE (SANTORO-DESASTRE) DESANTIS PARA ENCONTRAR A SARAH (MENTIRA) HUCKABEE SANDERS, NO HAY GANANCIA ALGUNA

 

Mario J. Viera

 

Sarah

Ron

Así parece que es mi cruel destino. Dejé Florida para venir a vivir a Arkansas, más que la distancia geográfica es como dejar en cero el espacio, no hay, no existe cambio alguno, es lo mismo con lo mismo, es dejar detrás lo peor para también llegar a lo peor. Sí, es posible un cambio, el de las apariencias; es el cambio del atildado Ron DeSantis a la desaliñada Sarah Sanders; apariencias personales, pero, ambos están cortados por la misma tijera, y son como las dos caras de una idéntica moneda falsa, y  marionetas del mismo titiritero, Donald Trump.

¡Claro que son marionetas del trumpismo y fieles al líder supremo de toda esa parte turbia del republicanismo! No importa que Desastre, perdón DeSantis, haya osado discutirle a Trump la primacía en las primarias republicanas, luego que antes le había lamido el orto al magnate neoyorkino para ganar su apoyo en las elecciones para gobernador de Florida. Un error de cálculo, ¡cualquiera lo comete!, pensó que podía disputarle a Trump la supremacía republicana, si es que bien pudiera ser la misma cara de Trump pero un poco más amable y de este modo ganar el apoyo de cierto sector del republicanismo que no se traga al expresidente, quizá pensaba tener una misión de Dios para la presidencia. Se equivocó, no tuvo presente ese candor fanático de las turbas de supremacistas blancos, de esos ortodoxistas evangélicos, de esa piara de nacionalistas tontos que adoran a Trump como un día, según la Biblia los hebreos invasores en Canaan adoraron al bisonte de oro. Pero como quedó expresado en CNN, DeSantis “parecía tenerlo todo: dinero e impulso detrás de él, una trayectoria convincente, un argumento generacional y una historia de éxito que compartir. Algunas de las primeras encuestas le daban ventaja sobre Trump”; pero todo resultó equivocado, no llegaría a convertirse en la otra cara del trumpismo. De fracaso en fracaso decidió abandonar las primarias, y es de suponer, inclinarse ante el toro rojo y decir: "Para mí está claro que la mayoría de los votantes de las primarias republicanas quieren darle otra oportunidad a Donald Trump". Ni tardo ni perezoso anunció su total apoyo a la candidatura de Trump y soltó alguna diatriba disimulada en contra de la única precandidata que retaba a Trump en las primarias, la testaruda Nikki Haley. Quizá ahora DeSantis siga pensando que cumple misión divina para llegar a ser presidente de Estados Unidos, pero tratando ahora de congraciarse con el germano-americano, por si este llega a ganar las elecciones en noviembre.

La otra cara de la moneda es esa figura mal presentada que ganó la gobernatura de Arkansas, con el apoyo de Trump, la que fuera secretaria de prensa durante un tiempo en la administración Trump, Sarah Huckabee Sanders, tan conservadora, esto una manera suave para referirse a los reaccionarios en política. ¿Quién no la recuerda de sus apariciones ante la prensa retocando las barbaridades lingüísticas y las salidas absurdas de Trump?, que como alguien anotara daba entre risa y asco escuchar sus malabarismos para justificar todas las mentiras del Donald. Mentiras tras mentira.

DeSantis acaso es menos mentiroso que la Sanders, aunque nunca de él no han dejado de existir alguna que otra mentira de politicastro, pero ¡Hay tantos politicastros en Estados Unidos! Casi todos dicen mentiras tras mentiras.

Sanders y DeSantis tienen mucho en común, aparte de sus mentalidades reaccionarias, el desprecio hacia los diferentes, sean estos inmigrantes o miembros de la comunidad LGBTQ y su hipocresía provida. El uno y el otro son muy piadosos, tanto que no sienten resquemor ante la separación de los hijos de sus padres inmigrantes indocumentados, sin importar que un periodista le espetara a la Sanders cuando era secretaria de prensa de Donald Trump: "¿No tienes empatía? Vamos, Sarah, eres madre. No sientes empatía por lo que esta gente está pasando". Claro que no, ella cree en Dios y en la misión que a cada cual le ha asignado, como decidir que Trump alcanzaría la presidencia en 2016. Así le dijo a David Brody y Jennifer Wishon de CBN: "Creo que Dios nos llama a todos para desempeñar diferentes roles en diferentes momentos y creo que Él quiso que Donald Trump se convirtiera en presidente y por eso está allí”. Entonces Dios, si tal cosa hubo deseado habría que considerarlo como un sacrosanto imbécil.

Si DeSantis deporta a los inmigrantes indocumentados hacia diferentes estados de gobiernos demócratas, la Sanders el año pasado envió tropas de la Guardia Nacional a la frontera de Texas con México, y se comprometió en volverlo a hacer si fuera necesario en apoyo a las medidas anti inmigrantes del gobernador de Texas Greg Abbott, como el Senate Bill 4 (SB4), Ley por la cual se le otorga potestad a los jueces para dictar sentencia de privación de la libertad o deportación a México. Para esta Ley el ingreso y la permanencia sin la documentación debida en el estado será considerada como crimen y su violación podría acarrear penas de prisión de hasta seis meses por la primera vez y hasta un máximo de 10 a 20 años por reincidencia.

Abbot es un baldado físico, y tal vez, un poco mentalmente, que se cree a sí mismo como capaz de retar al mismísimo Heracles haciendo caso nulo de que, el gobierno federal es el único facultado con la potestad para dictar leyes de inmigración y “decidir cómo y en qué situaciones expulsar personas extranjeras sin ciudadanía por violar las leyes de inmigración” como lo ha hecho claro el vocero de la Casa Blanca Ángelo Fernández Hernández,

Claro está que la Sarah no tiene esa angustiosa preocupación que sufre Abbot con tanta gente no blanca cruzando por la frontera texana, Arkansas no es un punto de interés para los inmigrantes que buscan encontrar un mejor lugar donde poder vivir y tener esperanzas. Claro está que ni Abbot, ni Sanders, ni DeSantis lo que los mueve no es asegurar las fronteras, para ellos lo malo está en eso que piensan es contaminante de la cultura blanca, de la cultura del cristianismo nacionalista, la de la gente del KKK, los neofascistas, los Proud Boys, los del Qanon, la misma retórica de Trump cuando en New Hampshire dijo que los indocumentados “envenenan la sangre de Estados Unidos”, no es defenderse ellos mismos, porque ¿de qué enemigos tienen que defenderse ante la supuestamente deliberada falta de acción del Gobierno de Joe Biden? ¿Enemigos, esa gente desesperada por la falta de oportunidades en sus países de origen, por la miseria, que huyen del poder de las bandas del crimen organizado que sus gobernantes no han sido capaces de erradicar? ¿Enemigos, una multitud que viene con sus hijos pequeños, dispuestos a hacer los trabajos más humildes y mal remunerados, que, por lo general, rechazan los ciudadanos estadounidenses? ¿Enemigos? No son bandas de narcotraficantes que intentan incrementar sus negocios en Estados Unidos; esos los narcos, no se las juegan cruzando las fronteras como indocumentados, ellos tienen sus propios medios, que no pueden detener ni alambradas de púas colocadas sobre las aguas del Rio Bravo, ni de monumentales muros trumperos. Quizá los verdaderos enemigos de Estados Unidos sean internos, los de cuello blanco, muchos de los que ocupan curules parlamentarios y asientos de gobernaturas; esos que se pasan por sus partes púdicas no solo la letra sino también el espíritu de la Constitución estadounidense.

Habló Biden en su discurso sobre el estado de la Unión. "Mi predecesor (no le dedicó una mención al nombre de Trump) incumplió el deber más básico que cualquier presidente le debe al pueblo estadounidense: el deber de preocuparse", cuando trató con descuido la pandemia de COVID. “Eso es imperdonable”, remarcó, luego volvió contra Trump nuevamente: “Algunas otras personas de mi edad ven una historia diferente: una historia estadounidense de resentimiento, venganza y retribución”, si porque Trump no es un mozalbete, es un anciano algunos pocos años menor que Biden, de hecho, cinco años. No se detuvo y puso en claro: “Heredé una economía que estaba al borde del abismo”; ¿de quién heredó esa economía? Pues de quien más sino de Trump, para recalcar luego: “Ahora nuestra economía es la envidia del mundo”.

Pero hubo una réplica republicana al discurso del estado de la Unión de Biden. ¿A quién designó la Dirección Nacional republicana para tal tarea? Pue a la mismísima Sarah (liar) Huckabee Sanders.

Pues la gober de Arkansas comenzó su diatriba en contra del discurso sobre la unión de Biden, diciendo y repitiendo siempre los mismos argumentos que desde la época del Tea Party, continúa sosteniendo la derecha radical del republicanismo. ¡Ah, pero también dijo dos verdades, dos verdades que no se ajustan a los principios del caucus denominado “de la Libertad” cuya trinchera se abre dentro de la Cámara de Representantes, compuesto por una excrecencia de lo más destacado de la ultraderecha y, evidentes putinistas!

Y esas dos verdades que se les escaparon a la Sanders fueron: “The America we love is in danger”, y “The dividing line in America is no longer between right or left; the choice is between normal or crazy”.

¡Grandes verdades, dichas por alguien que ha demostrado ser una antinomia, una contradicción de lo que ella y DeSantis, Abbott y muy principalmente Trump en verdad creen, porque la democracia en Estados Unidos evidentemente está en peligro si Donald Trump ─ ¿Por voluntad divina? ─ ganara las elecciones de noviembre. No caben dudas de que hoy por hoy, con las turbas trumpistas queda demostrado, que lo que divide a Estados Unidos no es la cordura, sino la locura de las turbas de supremacistas blancos y de neofascistas que siguen ciegamente a Trump.

Pues ¡Nada! Salir de Ron DeSantis para llegar a Sarah Huckabee Sanders, no hay nada ganado.     

martes, 19 de marzo de 2024

NO HAY QUE PEDIRLO…EL PUEBLO YA ESTA EN LAS CALLES

 

Mario J. Viera

 


La pésima gestión económica del régimen del PCC ha sido el detonante de las manifestaciones populares en la antigua provincia de Oriente; Al grito de “Patria y vida” de clamores exigiendo “libertad” y los reclamos de “No hay comida, no hay corriente, la cúpula gubernamental comienza a temblar; pensaban que las elevadas sanciones de prisión que les impusieron a cientos de los participantes en la manifestaciones del 11J servirían de contén para las protestas; pero se equivocaron…el pueblo ya está en las calles, el temor se van perdiendo, la gente quiere algo más, libertad y comida.

El régimen se obstina, el Secretario General del PCC y Presidente del Gobierno de Cuba solo atina a acusar a los Estados Unidos y a los supuestos "enemigos de la revolución" y los “terroristas radicados en EEUU” como los instigadores de las protestas, y a continuación declarar, expresando el mismo contrasentido de siempre: “Toda la disposición del Partido Comunista de Cuba, el Gobierno y las instituciones para dialogar con la población, explicar, convocar, para unir, trabajar y seguir buscando con talento propio cómo superar la situación actual”.

Las protestas asustan al régimen y se prepara para imponer la represión. Pero la gente sencilla se mantiene firme en sus protestas, pero se requiere algo más, algo en parte con lo expresado por el boxeador cubano Yordenis Ugás, “necesitamos 15 días de 11 de julio a nivel nacional. Es la única manera de poder tener un cambio y de que millones que viven en la miseria, en la deshonra y sin ningún tipo de esperanza puedan tener un cambio y una mejor vida y sobre todo digna”.

Se requieren quince días de manifestaciones constantes como las masivas del 11 de julio de 2021; pero para alcanzar esos quince días de protestas masivas se requiere, en primer lugar, liderazgo y se requiere organización, un plan de acción y un proyecto de nación; solo de esta manera el régimen se derrumbará; se requiere movilizar a miles de ciudadanos siguiendo una línea de disciplina de la acción no violenta.

Es ahora cuando la oposición interna debe asumir el liderazgo del descontento nacional, de organizar células de acción no violenta en todos los municipios del país, La oposición debe ser imaginativa para buscar los métodos más adecuados para acometer estas tareas, No se puede descartar que los principales líderes de las organizaciones disidentes/opositoras estarán sometidos a un fuerte escrutinio por parte de los órganos represivos. El trabajo movilizativo ha de hacerse a la callada y siempre habrá riesgos; pero hay que acometerlo.