Mario
J. Viera
En
Miami, las organizaciones de derecha radical del exilio, no paran de pedir más
y más sanciones económicas contra el régimen totalitario de Cuba. Agitan dentro
de la comunidad cubana para generar una conciencia de sanciones y lo logran.
Las organizaciones de derecha radical de Miami tienen un arma poderosa a su
disposición para poder influir sobre la política exterior de Estados Unidos: el
cabildeo. El ejercicio del voto de la comunidad cubana residente en Estados
Unidos; capacidad que se demuestra con su disposición a votar republicano.
Florida es el ejemplo mayor.
Sin
embargo..., En 1990 el régimen de La Habana sufrió el mayor de sus colapsos
económicos, al perder todos sus convenios comerciales con el bloque soviético,
estaba al borde de la quiebra; pero se mantuvo, el régimen no cayó. Su política
de “resistencia” la vertió sobre la población la cual tuvo que soportar los
rigores de una economía en decadencia y con el agravante del embargo
estadounidense.
Corea
del Norte, es el más totalitario de todos los regímenes totalitarios. Un
régimen, que ni es marxista-stalinista, ni marxista-maoista, sino un sistema
mixto entre estas dos tendencias junto con la teoría junche, elaborada
por Kim Il-sung y desarrollada por su hijo y heredero al trono totalitario, Kim
Jong-il. Una teoría que toma como fundamento la unidad, según afirmó Kim-
Jong-il ─ en charla con funcionarios directivos del Comité Central del Partido
del Trabajo de Corea, el 14 de noviembre de 1992 ─, “entre el Líder, el Partido
y las masas” compactando “a todo el pueblo alrededor del Partido y el Líder
acrecentando así sin cesar el poderío de la unidad monolítica entre el Líder,
el Partido y las masas”. Aunque, a decir de Kim-Jong-il, “el socialismo es la
vida para nuestro pueblo. La vida o la muerte de nuestro pueblo”, a finales de
la misma década donde explicaba el junche, la economía norcoreana se contrajo
de tal manera que, junto a los efectos destructivos de severas lluvias e
inundaciones, produjo una gran hambruna. Se calcula que la cifra de muertes por
esta causa alcanzó un total de entre 220 mil y 500 mil. Una situación esta, no
provocada por sanciones económicas impuestas sobre el régimen de Pyongyang.
Había hambruna, pero en 1994 Corea del Norte se empeñaba en desarrollar su
programa atómico, en Yongbyon.
Corea
del Norte, no se detiene; el 5 de julio del 2006, probó 7 misiles, uno de
ellos, el Taepodong, teóricamente considerado con capacidad de alcanzar
el territorio estadounidense. Estados Unidos reacciona imponiendo sanciones
económicas a Corea del Norte y logra en este acto el apoyo de Japón. Le
Monde Diplomatique, con fecha de octubre de 2006, recogió la opinión de Kim Dae-jung, arquitecto de la reconciliación con Corea
del Norte y ganador del Premio Nobel de la Paz en 2000, donde este dice: “Los
neoconservadores en Estados Unidos no quieren la paz en esta región. Están
impulsados por el dogma. No están defendiendo los intereses de Estados Unidos, como
lo hizo el presidente Clinton; apoyó los intentos de establecer un diálogo
pacífico, pero los neoconservadores están obsesionados con las sanciones, a
pesar de que las sanciones nunca funcionaron contra Cuba, Irak, Afganistán o
Irán”.
Corea del Norte es probablemente el país que más
sanciones económicas ha recibido por parte de la comunidad internacional. Desde
la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la ONU en 2006 por la cual se
establecía un Comité de Sanciones para la imposición
de un embargo de armas, la congelación de activos y la prohibición de viajar a
las personas que participen en el programa nuclear de la República Popular
Democrática de Corea, y la prohibición de una serie de importaciones y
exportaciones, a fin de impedir que la RPDC realice ensayos nucleares o lance
misiles balísticos.
Estas
medidas fueron secundadas por Estados Unidos y la Unión Europea que fueron
incrementándose en 2009, 2011. 2013, 2014, 2016 y 2017 con la prohibición total
en ese año contra las principales exportaciones de Corea del Norte de carbón,
hierro. mineral de hierro, productos pesqueros, y plomo y mineral de plomo; continuándose
en 2018; y, en 2021 con sanciones autónomas a personas y entidades; en 2022 se
añadieron a 8 personas y 4 entidades a la lista de sanciones implicadas en la
financiación del programa nuclear. Desde el 2006 Estados Unidos ha continuado
imponiendo sanciones económicas al régimen de la dinastía Kim, incrementándolas
cada vez con mayor rigor. Sin embargo, Corea del Norte permanece imperturbable,
mientras aumenta su capacidad en producción de misiles y desarrollando su programa
atómico ─ cuatro ensayos nucleares y cien misiles balísticos lanzados ─. Hasta
el nuevo líder, el Brillante Camarada hijo del Líder Amado, se
atreve a advertir que está dispuesto a usar sus armas nucleares en potenciales
conflictos militares con Estados Unidos y Corea del Sur, y fanfarronea sobre
las capacidades de su ejército: “Nuestras fuerzas armadas están
completamente preparadas para responder ante cualquier crisis, y los disuasores
de guerra nuclear de nuestro país también están listos para movilizar su poder
absoluto con diligencia, exactitud y rapidez, en conformidad con su misión”.
Todo marcha, sobre ruedas, los que sufren las sanciones económicas son los
simples y corrientes ciudadanos norcoreanos.
Birmania
tras el golpe militar que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, el
establecimiento de una junta de gobierno militar denominada como Consejo
Administrativo del Estado por los militares, y la criminal represión contra los
birmanos que se movilizaron en protesta contra el golpe. Estados Unidos, Canadá,
Gran Bretaña y la Unión Europea han impuestos severas sanciones contra el
Consejo Administrativo del Estado. Sin embargo, los militares continúan en el
poder, y Aung San Suu Kyi y varios miembros de su gobierno se mantienen en las
cárceles birmanas.
Nicaragua
ha recibido numerosas sanciones económicas por parte de Estados Unidos; pero
allí se mantiene a contrapecho la dictadura Ortega-Murillo, sin ninguna
preocupación por las 328 personas muertas y casi 2.000 heridos que la soldadesca
nica perpetró durante las manifestaciones de protesta del 2018.
Preguntémonos
por última vez: ¿Por qué las sanciones económicas no han funcionado en el
rescate de la democracia, en Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Birmania? No se
requiere recurrir a una elaborada retórica para dar respuesta a este
cuestionamiento. Las sanciones económicas impuestas a dictaduras totalitarias
fracasan en sus objetivos, sencillamente porque en esos países no se ha
concretado una poderosa y bien organizada resistencia estratégica basada en los
métodos de la lucha noviolencia. Porque frente a una dictadura totalitaria no
hay que mostrar las cartas, sino trabajar de manera subterránea organizando el
movimiento, la movilización de miles de ciudadanos exigiendo el mismo reclamo,
la caída del poder totalitario. Cuando esta situación se produzca con todo vigor
y persistencia, entonces sí, las sanciones serán un complemento útil y necesario
para el movimiento antitotalitario.