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domingo, 3 de febrero de 2019

¿Y por qué no? Algunas ideas sobre lucha noviolenta oposición cubana





Es importante, como elemento de la puesta en práctica de la resistencia no violenta, considerar quiénes dentro de la sociedad cubana pueden ser considerados tanto como amigos o como posibles aliados. El enemigo se conoce, es la cúpula dirigente del Partido Comunista y sus dirigentes en sus instancias provinciales y hasta municipales. Son aquellos que dirigen la organización de delatores (los CDR) en sus niveles de dirección superior y medios; son también aquellos que han traicionado a sus bases sociales como son las directivas de la Asociación de Agricultores Pequeños y de las organizaciones sindicales en todos sus niveles, desde la denominada Central de Trabajadores de Cuba hasta las directivas nacionales y provinciales de los sindicatos amarillos. El enemigo se encuentra además dentro de los altos mandos de las fuerzas armadas, en las direcciones del aparato policiaco y en todo el aparato represivo de la Seguridad del Estado y sus esbirros.

Hay que tener en consideración que, dentro de los organismos de base del Partido Comunista, sus núcleos, no todos sus militantes son firmes defensores del régimen castrista. La mayoría sufre las mismas escaseces y privaciones que sufre el resto de la población, Algunos ya se encuentran en la fase de conflicto ideológico, muchos hay que se sienten descontento con su militancia comunista que, por una u otra razón, principalmente de supervivencia y acomodamiento, aunada al sentimiento del temor, no se deciden a romper con su militancia. No podemos ni debemos considerarles en conjunto como enemigos del movimiento opositor y si verles a algunos como aliados de conveniencias y a otros como posibles simpatizantes. Si no hacemos distinción entre enemigos y amigos, esos militantes ya titubeantes no se decidirán a favor de la oposición anticastrista.  Todos los miembros de esa masa de militantes del Partido Comunista son conocidos, Habitan en los mismos barrios que los opositores, compran en las mismas tiendas minoristas, viajan en los mismos atestados ómnibus que el resto de la población común.

Entonces ¿por qué no hacer un acercamiento a esos militantes? ¿Por qué no podemos hacerles entender que ellos no son nuestros enemigos, que los enemigos son los delatores, y la alta dirección del Partido Comunista y del Gobierno? ¿Por qué no hacer trabajo de captación entre ellos? Sin importar que siempre entre los captados pueda haber algunos dispuestos para actuar como informantes de los órganos represivos. Lo principal es hacer propaganda directa y labor de proselitismo. La Real Academia Española define al activista como “militante de un movimiento social, de una organización sindical o de un partido político que interviene activamente en la propaganda y el proselitismo de sus ideas”. El activismo por tanto no consiste en hacer demostraciones públicas, no es solo gritar “¡Abajo Raúl!” o “¡Abajo Díaz-Canel!”, no es solo hacer denuncias de violaciones de derechos humanos, no es solo elaborar proyectos sustanciosos para solo el interés mediático, llámese Varela, Emilia, Plataforma Otro 18, o Todos Marchamos, es hacer todo esto, pero dando prioridad a la propaganda directa, a la labor directa de convencimiento y al proselitismo.

Cuando se estudia la historia de los movimientos sindicales podemos ver, en primer lugar, todo el trabajo de penetración sindical por parte de anarquistas, trotskistas y muy en especial por los comunistas. Controlar el movimiento sindical es un medio para alcanzar objetivos políticos por intermedio de la lucha social de los trabajadores. ¿Por qué la oposición cubana no puede actuar dentro de las secciones sindicales? ¿Qué principio ético lo impide? Dentro de los centros laborales, existen líderes en perspectivas, trabajadores que rechazan el sistema totalitario. Esos trabajadores pueden se captados por la oposición para que actúen sin mucho destaque, pero que pueden, por sus actitudes ser electos para participar como dirigentes dentro de las secciones sindicales controladas por el Partido Comunista. ¡Labor de proselitismo!

Hay que captar a la intelectualidad, profesores, catedráticos, escritores, poetas, músicos y pintores y escultores. La intelectualidad puede ser un importantísimo sector de alianza. Pero hay que ser cauto para promover el proselitismo intelectual. No exigirles nada que no sean capaces de hacer por propia motivación. En su momento la intelectualidad constituirá un muy valioso sector opositor al sistema que oprime la libre expresión de la creación intelectual y artística. Y la labor de acercamiento a los intelectuales debe hacerse con activistas bien preparados para ello y contando con un nivel cultural apropiado. Que los intelectuales reciban las propuestas elaboradas por la disidencia.

Sin la participación decidida y convencida de la juventud, no hay movimiento de resistencia que tenga posibilidad de triunfo, ya sea la resistencia armada como, y muy especialmente, la resistencia noviolenta. El relevo generacional es clave en todos los cambios progresivos de una sociedad. Las nuevas generaciones imponen su impronta. La oposición cubana debe valorizar lo que ha hecho o dejado de hacer para captar a esa enorme masa juvenil que no encuentra futuro dentro de los marcos del sistema totalitario. La juventud siempre es rebelde e iconoclasta, sin los causes apropiados para conducir esa rebeldía natural, el vacío existencial le impulsa al alcoholismo, las drogas, el sexo y hasta la ejecución de actos marcadamente antisociales. La juventud siempre necesita una esperanza, se ha dicho muchas veces que los jóvenes, en general, no aciertan a precisar qué es lo que quieren, pero saben muy bien lo que no quieren.  

La falta de perspectivas de progreso entre los estudiantes universitarios es patente. Hay que trabajar políticamente entre los estudiantes de nivel medio y superior, captar a los que se sienten frustrados, los que ven más rentable, por falta de otras oportunidades, buscar un puesto en la industria del turismo antes que ejercer la carrera universitaria que eligieron o les eligieron, y, en el peor de los casos, decidirse por la prostitución femenina o masculina, tal y como se manifiesta actualmente en Cuba. El gran aliado que más necesita captar la oposición castrista, y el más efectivo, está entre los jóvenes. La revolución húngara de 1956 comenzó con una poderosa protesta estudiantil que movilizó a miles de ciudadanos a darles apoyo. La revolución de la plaza de Tahrir en Egipto en contra del dictador Mubarak fueron acciones impulsadas principalmente por jóvenes, hasta tal punto que a esta se le denominó Revolución de los jóvenes. Fueron los estudiantes universitarios de Ucrania los que iniciaron las protestas del Maidán que concluyeron con el derrocamiento del presidente prorruso Víktor Yanukóvich, como también han sido los jóvenes los que con más fuerza y coraje se enfrentaron a los cuerpos represivos en Venezuela y Nicaragua.

Por otra parte, hay que dignificar a la mujer. Como lo hubo dicho José Martí:  "Las campañas de los pueblos solo son débiles, cuando en ella no se alista el corazón de la mujer; pero cuando se estremece y ayuda, cuando la mujer, tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño la obra es invencible". Cuando los hombres son cautos en condenar la injusticia, la mujer, de sí tierna y noble, ante la injusticia se revuelve y condena. Ella es fuerza porque, como las aves defienden su nido, la mujer defiende a los suyos, a sus hijos, primero, a su esposo después, con todas sus fuerzas, con uñas y con mordidas. La mujer es crítica poderosa, ella previene y busca. La mujer, la trabajadora, la ama de casa, es la que más padece por las carencias del hogar. Es la que administra la casa, la que sale a buscar en el mercado lo que la familia requiere. La mujer quiere para sus hijos adecuada alimentación, apropiada asistencia médica, buenas escuelas con maestros capacitados, vivienda decente y seguridad en la calle y, por supuesto, que la familia reciba un salario digno que permita la satisfacción de las necesidades básicas de vida.

La oposición debe enviar su mensaje a los campesinos: Agricultura libre sin imposiciones de cuanto producir o de qué plantar, comercialización libre de los productos agrícolas, de acuerdo con los intereses del campesinado, préstamos a bajo intereses para los insumos y las labores de cultivo y de cosecha; reconocer el derecho del campesino de optar si lo considera conveniente a formar cooperativas, sin imposiciones ni pérdida del dominio de su propiedad; respeto estricto de la propiedad rural y de su uso y disfrute.

¿Y por qué no? La oposición debe hacer un llamamiento a los mandos intermedios de las fuerzas armadas, y a los cuerpos policiacos, donde se les diga: “No somos enemigos de ustedes. Ustedes también son parte de nuestro pueblo, con las mismas necesidades y limitaciones que sufrimos todos. Solo les pedimos, que no actúen contra el pueblo haciéndoles el trabajo sucio a los esbirros de la Seguridad del Estado. Respetamos a los mandos medios de las fuerzas armadas; solo les reclamamos que no vuelvan sus armas contra el pueblo cuando se levanten las protestas contra el régimen. Ustedes on bienvenidos. Nuestros enemigos son esos altos oficiales que medran con el servicio de ustedes. La única ideología que debe existir entra las fuerzas armadas es la del acatamiento de la democracia y el respeto de la voluntad mayoritaria de la población expresada en consultas plebiscitarias libres y transparentes”.

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