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miércoles, 4 de junio de 2014

Alianza Santos-Petro


María Clara Ospina. EL NUEVO HERALD


¡Más claro no canta un gallo! Por fin se destapó la alianza de Juan Manuel Santos, candidato-Presidente y Gustavo Petro, alcalde destituido y restituido por el mismo Presidente Santos. (¡Qué cantidad de engaños y mentiras los que hemos visto!).
Una alianza que venía de tiempo atrás, siempre lo dije. Camuflada hasta hoy, como muchas actitudes de Santos, personaje astuto en las artes de la doble faz, como el mejor actor de una comedia china de máscaras; hoy tiene una máscara, mañana otra, la que convenga al papel que juega.
Así vemos a Santos hecho una miel con Petro, para cautivar sus votos en Bogotá. Petro, a su vez, ordena a parte de su equipo a incorporarse inmediatamente a la campaña de Santos y pone a su disposición todo su poder como alcalde, inclusive televisión y radio. Como si el candidato-Presidente no tuviera suficientes medios incondicionales a su servicio. Así, el astuto Petro pretende quedarse con la Presidencia del país dentro de cuatro años. ¡Adiós, Vargas Lleras! ¡Adiós, Simón Gaviria!
Esta alianza entrega a Colombia en bandeja de plata al castro-chavismo duro, recalcitrante, el que no recula y tiene acabada a Venezuela; sufriendo la peor inflación del mundo, la escasez de comida y productos básicos más angustiosa y una inseguridad nunca vivida en nuestro hermano país.
Bienvenida la represión, tal como se vive en Cuba y Venezuela, bienvenidos jueces y Cortes manipulados por el gobierno. ¡Adiós libertad de prensa! ¡Adiós libertad de expresión!
Ya veremos asesores cubanos pavoneándose por las calles de Bogotá, como lo hacen en Caracas. Médicos y maestros cubanos ocupando los puestos de los colombianos en clínicas, hospitales, escuelas y colegios. Peor aún, asesores militares espiando y controlando cada movida de nuestro ejército. Tal y como sucede en Venezuela. No nos equivoquemos. Así será. Lo mismo que hoy sucede en Venezuela, sucederá en Colombia, si esta alianza gana.
Qué ironía, el exguerrillero del M19, cortejando a un Santos, hijo de la más pura y recalcitrante oligarquía de Bogotá y del país. ¡Ver para creer! ¿Quién engaña a quién? Será interesante ver quien lleva el “puñal” mas afilado detrás de su espalda. “Dios los cría y ellos se juntan”. Este dicho es perfecto para este par.
Petro, quien fuera el mejor amigo de Hugo Chávez cuando este vivía, tanto que era en su casa donde pernoctaba cuando venía a Colombia, y Santos, quien en una de sus primeras intervenciones hace cuatro años, como presidente recién electo, llamó a Chávez “su nuevo mejor amigo”, han destapado sus cartas y hacen causa común. Su propósito inmediato: firmar una paz con la impunidad más aberrante, elevar a los jefes narcoguerrilleros de las Farc al congreso, concederles el perdón, sin que lo hayan pedido, ni resarcir a las víctimas, sin una sola muestra de arrepentimiento.
Tal como ocurrió con los asesinos del M19, quienes se tomaron el Palacio de Justicia en 1985, con el único propósito de destruir los expedientes de los narcotraficantes. Y todos sabemos cómo termino eso.
Ojo a todos. Esto es serio. No vamos a permitir que nos conviertan en otra Venezuela, en otra Cuba.



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