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domingo, 1 de septiembre de 2013

Dialogando con los integristas


Mario J. Viera

Cuando uso el sustantivo integrismo no estoy refiriéndome a la definición que le da la Real Academia Española; integristas en la Cuba del Siglo XIX eran los peninsulares y cubanos ─ que los había ─ que se aferraban al integracionismo, a mantener a Cuba sujeta a la corona española, bien en su estatus de colonia o bien como provincia autónoma, y es con este significado que denomino a estas honorables personas que suspiran por las alpargatas y los pantalones de pana.

Aunque pienso como afirmara José Martí en su artículo “El remedio anexionista” que “no inspira respeto ciertamente, sino coraje, el hábito de servidumbre en algunos hombres tan arraigado que les quita toda confianza en sí, y, aliado a la soberbia, llévales basta suponer en los demás la impotencia que en sí propios reconocen”, vale la pena abrir un diálogo con los neo anexionistas, neo autonomistas, que desde una emigración acomodada proponen devolver Cuba a España.

Es pensar con mente de sietemesinos que la pequeñez territorial de una nación le hace incompetente para alcanzar altos niveles de desarrollo y requiera indefectiblemente de la tutela, de la protección de algún país de mayor extensión. Cuba es pequeña, pero no tanto como alguno con mente simple pueda pensar.

En cuanto a extensión Cuba ocupa el puesto 106, superando en extensión territorial a Austria, Bélgica, Dinamarca,  Israel, Holanda, Hungría, Portugal y Suiza.

Cuba es mayor en extensión territorial que Holanda y Suiza juntas y mayor que todo el territorio de Israel y Bélgica.

La preguntaré a Adalberto Ranssell-Levis, unido a la misma propuesta de Fernando Núñez, si Israel, un país mucho menor en extensión geográfica que Cuba, rodeado de enemigos, requerirá para su seguridad, existencia y desarrollo social-económico-tecnológico unirse a la Unión Europea o estar tutelado por algún país europeo. ¿Qué decir de Taiwán, una islita dentro del Mar de China Oriental y China Meridional, teniendo enfrente a la poderosa China comunista? Sin formar parte de ninguna potencia como Estado Autónomo, sin formar parte prácticamente de ninguna organización internacional y asediada por la China continental, Taiwán ha alcanzado un alto grado de desarrollo y goza de un buen nivel democrático.

El propósito de la “de-construcción de la historia real”, el deshacer “toda la narrativa heroica mística que ha desnaturalizado la historia de la hispanidad”  de estos integristas, Ferrán y Ranssell-Levis se funda en la opinión de otros, quienes a su vez se basan en lo afirmado por otros ─ entre ellos el comunista Emilio Roig de Leuchsenring ─, y sin hacer, per se, un debido cotejo de los documentos y archivos históricos para lanzar sus tesis y solo haciendo uso de las interpretaciones históricas de otros, entre ellos algunos españoles que todavía lloran por la herida del 98, pretenden hablar ex cathedra, dando opiniones cargadas de falacias aunque muy bien presentadas literariamente. Es que ambos son hombres cultos.

De todos modos, ya que son adictos a la lectura  de historiadores no cubanos sobre Cuba, les recomiendo la lectura del libro de Willis Fletcher Johnson, The History of Cuba, Volume 4 y recorran las páginas del Capítulo IV (47-64), creo les será de provecho.

Ferrán dice: “Revisar la Historia no es peligroso porque los hechos pasados son incontrovertibles”. Plenamente de acuerdo con esta opinión, lo peligroso es tergiversar la historia sobre tesis ajenas que pueden tener validez, con la misma validez que puede tener la que Ferrán denomina historia oficial de los ideólogos de la República Mambisa. Si para la interpretación de esa historia “oficial” pueden caber dudas, también pueden inspirar dudas las versiones que se le oponen.

De todos modos, los honorables integristas, debieran aclararnos a qué historia oficial se refieren, si a la que desde 1902 hasta 1959 era la vigente o si se trata de la historia relatada al estilo castrista. Si es esta última no se requiere hacer muchos esfuerzos intelectuales para “de-construirla”

Para justificar la asimilación de Cuba a su antigua metrópolis, Ranssell-Levis  plantea una falacia post hoc que expone en su artículo “Cuba entre Cibeles y la Estatua de la Libertad”: “Ya una mayoría de los países de la Europa del Este ven con agrado la desarticulación de sus fronteras para convivir como Estados Asociados de la Unión Europea, esa adhesión no ha hecho menos polaco a los polacos, ni menos europeos a los portugueses, ni menos libres a más hombres”. La falsa premisa consiste en si esto es así la consecuencia será que Cuba unida a España no hará menos cubanos a los cubanos.

Pero la premisa es falsa. La mayoría, como dice, de los países  de la Europa del Este no se han convertido en Estados Asociados de un Supra Estado o de un Estado Federal. Se han aliado a una comunidad como estados independientes y no como estados asociados, como pudiera ser el caso de Puerto Rico que es un Estado Asociado a la Federación americana; como sería Cuba si se asociara al Reino de España como comunidad autónoma.

En el fondo de toda la retórica de hispanidad de estos honorables integristas se encuentra el desprecio, sino el odio, que sienten por los Estados Unidos de América, influencia recibida de sus raíces del “anti imperialismo” castrista.

Si hay algo que debemos reconocer en el “retro movimiento integrista” es que hablan una misma lengua retórica y hasta unos y otros se plagian sus escritos y se aplauden entre sí con una férrea disciplina que recuerda la de los partidos leninistas o los partidos fascistas.

Tienen la misma pasión hispánica que tuvo el gran caudillo, Francisco Franco, uno que ellos no han calificado de bandido, en tanto denigran toda la historia republican de Cuba desde 1902 hasta 1959 y olvidan que España, desde antes de 1898 era una sentina política que transcurrió hasta 1975.

Si Franco no hubiera nacido en 1892 y no hubiera llegado al poder a la edad de 47 años y no haberse antojado morir en 1975 cuando tenía 83 años de edad, todavía en España existiría el franquismo y lo más probable es que España no habría formado parte de la Unión Europea. Al llegar al poder, Franco lanzó una furiosa represión en contra de sus opositores (con unos 60.000 ejecutados sólo entre 1939 y 1945, continuando las ejecuciones políticas hasta 1975). A su lado Fidel Castro es un buena gente. El gallego Franco, al igual que Castro ─ pichón de gallego ─ impuso una ideología intolerante que, en más o en menos, era parte del modo de ser de los españoles. El caudillo, además, tal como hiciera Fidel Castro, llevó a su país a una total miseria, tanta que hasta el papel valía más que la peseta.

La corrupción en España ha sido endémica, lo sigue siendo. Los distinguidos integristas quieren exorcizar  nuestros demonios de origen hispánico uniéndonos a la hispanidad, a inclinarnos ante un rey extranjero, a convivir con la corrupción de los partidos políticos de España ya sea el PSOE o el PP o IU o contagiarnos con todos los conflictos que existen en todas las comunidades de España y hacernos estado asociado autónomo de una nación donde ya soplan aires de fronda y de secesión. 

Así tengo que decirles: ¡Qué va compadres, solavaya! A mí que me dejen con mi islita, que si no hubiera sido por el gallego fascista de Fidel Castro, hoy, sépanlo bien, hoy, tendría niveles de desarrollo económico y social muy superior al que pudiera esperar tener el Reino de España. Si no me creen, vean lo que la comunidad cubana logró en un territorio que solo era una playa, un enorme naranjal y un gran pantano y le convirtió en una gran ciudad: Miami, a ver cuál ciudad de España puede competir con Miami y qué empresario español pueda igualarse a un empresario cubano.

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