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miércoles, 29 de marzo de 2023

24.08% DE ABSTENCION (DATO OFICIAL) ENSEÑANZA

Mario J. Viera

 


Aunque las cifras ofrecidas por el Consejo Nacional Electoral pudieran ser puestas en dudas, dado que, en su escrutinio, no existen observadores independientes que den fe de su precisión, son, sin embargo, una guía aproximada del alcance del rechazo popular a la gestión gubernamental expresado en el índice de abstencionismo electoral.

El estudio de los resultados electorales puede aportar numerosas enseñanzas para los grupos opositores o disidentes al interior del país; enseñanzas estas que pueden posibilitar la elaboración de las tácticas y métodos para su actividad política.

El porciento de abstencionismo electoral permite precisar, con poco margen de error estadístico, el número de posibles adherentes a una posición de solución de conflictos llevada a cabo mediante un planeamiento estratégico para el desarrollo de la actividad opositora frente a la dictadura. Esto es determinante para impulsar un movimiento de resistencia noviolenta exitoso, contar con un número de masa crítico para impulsar las campañas de persuasión y protestas, y de no colaboración con el régimen; una masa crítica que nunca debiera ser inferior al 5 por ciento del padrón electoral.

Para algunos el 24.08 % de abstencionismo alcanzado en estas “elecciones” constituye un natural voto pasivo de castigo ante la situación económica que vive el país, pero esta conclusión solo es válida en parte; más que una simple respuesta a condicionantes económico, este negarse a participar en un proceso electoral convocado por la dictadura expresa una decisión de no colaboración con el régimen y de toma de conciencia dentro de la población por el hastío ante lo mismo de siempre.

Una cifra expresada en tantos porcientos que no supere el 50% no llama mucho la atención, sin embargo, si ese índice se traduce en números reales y concretos ya el concepto se hace más abarcador. El 24.8 % del padrón electoral en Cuba dado en números concretos abarca el conjunto de todos los electores mayores de 16 años que no votaron, es decir un total de 1 955 313 electores, ya de por sí es un número considerable de ciudadanos con derecho al voto.  Muy cerca de dos millones de cubanos que optaron por la desobediencia civil y por la no colaboración.

Refiriéndose a estas cifras, voceros de las plataformas electoralistas independientes de Cuba. aduciendo hablar a nombre de toda la disidencia interna, según informó la AP (27 de marzo de 2023) “reconocieron que no todas las inasistencias eran de simpatizantes suyos” incluyendo, entre aquellos que se abstuvieron de votar, a los, por ellos denominados, “desinteresados”, es decir, un grupo de personas que se muestran apáticas ante la situación política del país. Esto no es del todo cierto. Esos desinteresados siempre los ha habido en Cuba desde 1976. El 15 de febrero de 1976 en un referendo constitucional, de un total de 5 717 266 electores, ejercieron el voto 5 602 973 para un 98% de asistencia a las urnas, el abstencionismo supuestamente fue de solo el dos por ciento, así más o menos estos niveles de abstencionismo entre los “desinteresados” se ha mantenido durante todos los procesos electorales impulsados por el PCC, en unos casos más que en otros.

Algo más, estos voceros incluyen entre las inasistencias “aquellos que emigraron, pero aún constan en el padrón electoral, pues la ley establece dos años de ausencia antes de retirarlos”. ¡Qué quiere decir esto! Un reconocimiento tácito de que el índice real de abstencionismo fue menor que el reportado oficialmente, pues entre los no asistentes se incluyen los que no están en el país, porque todavía están incluidos dentro de padrón electoral. Esto último también es incorrecto. Veamos qué dice la Ley 127 con respecto al registro electoral:

Artículo 76. 3: El Registro Electoral expide la Lista de Electores, documento público que contiene los datos de identidad y residencia electoral de los ciudadanos cubanos con derecho al sufragio activo para utilizar en los procesos electorales, referendos y plebiscitos.

Artículo 78. 2: El carácter permanente del Registro Electoral está determinado por la actualización sistemática de los datos que inscribe sobre los ciudadanos cubanos con derecho electoral, la atención que da a las solicitudes y reclamaciones que se presentan y las certificaciones que expide.

Artículo 79.1: El Registro Electoral se actualiza permanentemente con la información que tributan: a) El Registro del Estado Civil; b) las direcciones de Identificación, Inmigración y Extranjería y de establecimientos penitenciarios del Ministerio del Interior; c) los tribunales de justicia; d) las organizaciones de masas; y e) los organismos y otras instituciones que, por su naturaleza o por mandato legal, deben hacerlo.

¿Muchos de los que decidieron no concurrir a los colegios electorales no son simpatizante con la oposición y disidencia interna? No caben dudas al respecto. Existe el temor dentro de la población de que todas las organizaciones opositoras estén penetradas por la seguridad del estado, idea que el régimen ha sabido inculcar en la mente de muchos en Cuba. Pero también queda claro que la oposición interna no ha sido capaz de captar simpatizantes, que ha faltado el contacto organizaciones disidentes / pueblo en general. Esos no simpatizantes forman el sector sobre el cual la oposición está obligada a hacer un esfuerzo de proselitismo y de formación de conciencia. La oposición, si quiere tener éxitos políticos frente al poder del PCC, debe ir a la captación del movimiento obrero, penetrar las secciones sindicales y conducir los sindicatos hacia la acción noviolenta de huelgas y paros laborales; debe actuar dentro del movimiento estudiantil universitario y de la enseñanza secundaria; debe seguir profundizando la labor política dentro de los sectores intelectuales y artísticos que tuvieron como antecedentes el Movimiento San Isidro y la protesta noviolenta del 27 de noviembre de 2020. Ello requiere organización, disciplina y proyecto estratégico, requiere actuar prácticamente a las sombras, sutil y constantemente.

Como cuestión adicional, la disidencia interna debe tratar de obtener los resultados electorales en cada una de las provincias del país.

Existe un potencial humano que puede ser impulsado para fines más perentorios en ese 24.08 % de los que no votaron, en esos 383 448 que entregaron las boletas en blanco y en esos 215 767 que anularon las boletas electorales. Todos ellos constituyen una potencial fuerza política de 2 554 528 cubanos, o lo que es lo mismo: el 31.6% del padrón electoral. 

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