Mario
J. Viera
Cuba,
un país sometido a una dictadura totalitaria; ¿quién no conoce tal aserto? Los
rasgos de tal condición están presentes en todas sus estructuras estatales: 1)
Dictadura de un partido político único; 2) Confusión dentro de una misma unidad
de todos los poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); 3) Confusión
pueblo, nación y estado como una sola identidad, el partido único; 4) la
soberanía nacional depositada y ejercida solo por un órgano de poder del
partido dominante; 5) Ilegalización de todo partido u organización opositora;
6) Criminalización del disenso (supresión de la libre expresión de pensamiento,
de manifestación y de reclamo); 7) Presencia del caudillaje como referencia al
Führerprinzip; 8) Existencia del enemigo objeto.
Paradigma
de estados totalitarios: el fascismo italiano, el fascismo nacional-socialista,
y el comunismo. ¿Semejanzas con el régimen de poder en Cuba? Para dar respuesta
a esta interrogante hay que partir de cuál es la esencia fundamental del
régimen de poder existente en Cuba. Para ello, no basta con la categorización
de “ultraizquierdista” o “comunista”. Hay que ir más a lo profundo. En
apariencias. Lo que se pone a la vista: un estado de formación
marxista-leninista dentro de un sistema socialista; una aparente dictadura
comunista. Me explicaré.
Realmente
en Cuba rige un estado totalitario; pero un régimen totalitario en
descomposición ─ nótese que uso la palabra “descomposición” ─, lo que de
ninguna manera quiere decir que se encuentre en fase terminal o a las puertas
de una transición democrática’ para ello todavía se necesita que transcurra el
tiempo o que por dinámica social se acelere ese tiempo.
Los
acontecimientos de la Primavera Negra del 2003 y de las recientes
manifestaciones masivas de carácter espontáneo del 11 de julio, y la
movilización de fuerzas policiales y militares para abortar la iniciativa del
15 de noviembre ponen al descubierto la verdadera esencia del actual régimen
totalitario como consecuencia de una transición en los medios de poder
producida en 1990 tras la caída del bloque soviético en Europa. Todos estos
acontecimientos han dado como presencia e identificación del régimen impuesto
en Cuba la formación de uno de carácter híbrido: el sistema fascio-estalinista
que representa un retorno a las fuentes originales del poder castrista.
A
partir de 1959, dentro de las estructuras del poder se van produciendo
transformaciones a lo largo de varias etapas. Primera: 1959 – 1961, la
conformación de un Estado Corporativo ─ bajo las apariencias de un gobierno de
carácter democrático liberal ─, caracterizado por un crecimiento del populismo
y de la exaltación nacionalista propia de un sistema fascista tardío de
tendencia de izquierda. Segunda: 1961 – 1962, alianza con la URSS y la
declaración del carácter “socialista” del régimen. Tercera: 1962 – 1968,
enfriamiento de las relaciones políticas con la URSS, tras los acontecimientos
de la Crisis de los misiles. Cuarta: Sometimiento total al imperialismo
soviético a partir del reconocimiento de la “doctrina Brezhnev” en 1968; su
consolidación en 1974 tras la visita a Cuba de Leonid Brezhnev; su desarrollo a
partir del primer congreso del Partido Comunista de Cuba (1975), y de la
promulgación de la Constitución política del Estado elaborada a hechura de la
Constitución soviética (1976), para concluir en 1990. Quinta. Reordenamiento
del régimen totalitario, y su retorno a los principios básicos del fascismo
tardío. Vigencia del Código Penal con marcado acento fascista, desde 1989.
Purga dentro del Ministerio del Interior en 1989, tras el juicio contra el
general Arnaldo Ochoa y de Tony de la Guardia. Creación de instrumentos de
represión al estilo de las SA alemanas, como las denominadas Brigadas de
Respuesta Rápida en 1991. Masacre del remolcador Trece de Marzo (1994).
Represión contra el intento de coalición de la oposición interna, Concilio
Cubano y el derribo de dos avionetas no artilladas de Hermanos al Rescate sobre
aguas internacionales (1996). Promulgación de la Ley 88 de Protección a la
Independencia Nacional y la Economía de Cuba, en 1999. Conformación del híbrido
totalitario fascismo-estalinismo con la condena a largas penas de prisión a 75
activista, disidentes y periodistas independiente, en 2003, y reafirmado en el
presente año con la represión y condena a prisión de cientos de los
participantes en las manifestaciones del 11 de julio y a los promotores de la
marcha cívica de 15 de noviembre.
Caracterización
del régimen totalitario actual.
Estado
policiaco altamente militarizado. El poder real descansa en los altos mandos de
las fuerzas armadas que controlan al gobierno monigote de Miguel Díaz-Canel y a
las altas instancias del Partido Comunista de Cuba. Existencia del capitalismo
de estado y alianza con capital privado extranjero en el sector primario de la
economía especialmente en la industria extractiva, en el sector de los
servicios principalmente en la industria del turismo y hotelería. Elevada
depreciación de la moneda nacional. Incapacidad para mantener un mercado
nacional estable y abastecido. Altos índices de inflación. Ruina del principal
renglón productivo del país, la industria azucarera. Incremento de los índices
de pobreza.
El actual Estado cubano ha devenido en su propia negación, acercándose cada vez más a las estructuras de cualquier dictadura de extrema derecha, como las que predominaron durante el pasado siglo en América Latina. Está totalmente estancado. Si hubo algo que, en el pasado, pudo haberse considerado progresista, hoy nada de eso existe. Su carácter es esencialmente reaccionario y decadente.