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domingo, 26 de diciembre de 2021

Ir a la esencia para conocer el fenómeno

Mario J. Viera

 


Cuba, un país sometido a una dictadura totalitaria; ¿quién no conoce tal aserto? Los rasgos de tal condición están presentes en todas sus estructuras estatales: 1) Dictadura de un partido político único; 2) Confusión dentro de una misma unidad de todos los poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial); 3) Confusión pueblo, nación y estado como una sola identidad, el partido único; 4) la soberanía nacional depositada y ejercida solo por un órgano de poder del partido dominante; 5) Ilegalización de todo partido u organización opositora; 6) Criminalización del disenso (supresión de la libre expresión de pensamiento, de manifestación y de reclamo); 7) Presencia del caudillaje como referencia al Führerprinzip; 8) Existencia del enemigo objeto.

Paradigma de estados totalitarios: el fascismo italiano, el fascismo nacional-socialista, y el comunismo. ¿Semejanzas con el régimen de poder en Cuba? Para dar respuesta a esta interrogante hay que partir de cuál es la esencia fundamental del régimen de poder existente en Cuba. Para ello, no basta con la categorización de “ultraizquierdista” o “comunista”. Hay que ir más a lo profundo. En apariencias. Lo que se pone a la vista: un estado de formación marxista-leninista dentro de un sistema socialista; una aparente dictadura comunista. Me explicaré.

Realmente en Cuba rige un estado totalitario; pero un régimen totalitario en descomposición ─ nótese que uso la palabra “descomposición” ─, lo que de ninguna manera quiere decir que se encuentre en fase terminal o a las puertas de una transición democrática’ para ello todavía se necesita que transcurra el tiempo o que por dinámica social se acelere ese tiempo.

Los acontecimientos de la Primavera Negra del 2003 y de las recientes manifestaciones masivas de carácter espontáneo del 11 de julio, y la movilización de fuerzas policiales y militares para abortar la iniciativa del 15 de noviembre ponen al descubierto la verdadera esencia del actual régimen totalitario como consecuencia de una transición en los medios de poder producida en 1990 tras la caída del bloque soviético en Europa. Todos estos acontecimientos han dado como presencia e identificación del régimen impuesto en Cuba la formación de uno de carácter híbrido: el sistema fascio-estalinista que representa un retorno a las fuentes originales del poder castrista.

A partir de 1959, dentro de las estructuras del poder se van produciendo transformaciones a lo largo de varias etapas. Primera: 1959 – 1961, la conformación de un Estado Corporativo ─ bajo las apariencias de un gobierno de carácter democrático liberal ─, caracterizado por un crecimiento del populismo y de la exaltación nacionalista propia de un sistema fascista tardío de tendencia de izquierda. Segunda: 1961 – 1962, alianza con la URSS y la declaración del carácter “socialista” del régimen. Tercera: 1962 – 1968, enfriamiento de las relaciones políticas con la URSS, tras los acontecimientos de la Crisis de los misiles. Cuarta: Sometimiento total al imperialismo soviético a partir del reconocimiento de la “doctrina Brezhnev” en 1968; su consolidación en 1974 tras la visita a Cuba de Leonid Brezhnev; su desarrollo a partir del primer congreso del Partido Comunista de Cuba (1975), y de la promulgación de la Constitución política del Estado elaborada a hechura de la Constitución soviética (1976), para concluir en 1990. Quinta. Reordenamiento del régimen totalitario, y su retorno a los principios básicos del fascismo tardío. Vigencia del Código Penal con marcado acento fascista, desde 1989. Purga dentro del Ministerio del Interior en 1989, tras el juicio contra el general Arnaldo Ochoa y de Tony de la Guardia. Creación de instrumentos de represión al estilo de las SA alemanas, como las denominadas Brigadas de Respuesta Rápida en 1991. Masacre del remolcador Trece de Marzo (1994). Represión contra el intento de coalición de la oposición interna, Concilio Cubano y el derribo de dos avionetas no artilladas de Hermanos al Rescate sobre aguas internacionales (1996). Promulgación de la Ley 88 de Protección a la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, en 1999. Conformación del híbrido totalitario fascismo-estalinismo con la condena a largas penas de prisión a 75 activista, disidentes y periodistas independiente, en 2003, y reafirmado en el presente año con la represión y condena a prisión de cientos de los participantes en las manifestaciones del 11 de julio y a los promotores de la marcha cívica de 15 de noviembre.

Caracterización del régimen totalitario actual.

Estado policiaco altamente militarizado. El poder real descansa en los altos mandos de las fuerzas armadas que controlan al gobierno monigote de Miguel Díaz-Canel y a las altas instancias del Partido Comunista de Cuba. Existencia del capitalismo de estado y alianza con capital privado extranjero en el sector primario de la economía especialmente en la industria extractiva, en el sector de los servicios principalmente en la industria del turismo y hotelería. Elevada depreciación de la moneda nacional. Incapacidad para mantener un mercado nacional estable y abastecido. Altos índices de inflación. Ruina del principal renglón productivo del país, la industria azucarera. Incremento de los índices de pobreza.

El actual Estado cubano ha devenido en su propia negación, acercándose cada vez más a las estructuras de cualquier dictadura de extrema derecha, como las que predominaron durante el pasado siglo en América Latina. Está totalmente estancado. Si hubo algo que, en el pasado, pudo haberse considerado progresista, hoy nada de eso existe. Su carácter es esencialmente reaccionario y decadente. 

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