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lunes, 22 de febrero de 2021

ERRORES DE CONCEPTO

 Mario J. Viera

 


Cuando un movimiento opositor es colocado en la ilegalidad por una dictadura, su respuesta, en rechazo, debiera ser alcanzar la unidad dentro de los sectores opositores, captar voluntades, captar aliados; y saber distinguir quien es, en realidad, el enemigo. El enemigo principal, esencial, es el poder dictatorial. La línea a seguir, en el enfrentamiento a la dictadura, es la de restarle acceso a sus fuentes de poder.

 

Una de las principales fuentes de poder, no solo de las dictaduras, sino de cualquier gobierno, son, como lo destaca Gene Sharp en su “De la Dictadura a la Democracia”, los recursos humanos con que cuente; es decir: “la cantidad e importancia de las personas y grupos que obedecen a los gobernantes, cooperan con ellos o los apoyan”, lo que, en mi opinión, haciendo abstracción de las otras fuentes de poder de las dictaduras, es el recurso principal que hay que arrebatarle a las dictaduras. Esto es algo, que, por lo general, obvian las organizaciones opuestas al régimen implantado por el Partido Comunista de Cuba (PCC), para depositar todas sus esperanzas en elementos externos promotores de sanciones económicas como factor clave en el debilitamiento de las fuentes del poder de la dictadura cubana.

 

Sharp se refiere a este tema, diciendo: “las presiones internacionales pueden ser muy útiles cuando apoyan un poderoso movimiento de resistencia interna”, con la aplicación de medidas tales como, el boicot económico internacional, los embargos comerciales y de armas, la ruptura de relaciones diplomáticas, la expulsión del gobierno de organizaciones internacionales, y la condena del mismo por alguno de los cuerpos de las Naciones Unidas. Pero, advierte Gene Sharp. “si no existe un fuerte movimiento de resistencia interna, tales acciones por parte de otros es poco probable que se den”. Las acciones internacionales pueden debilitar a las dictaduras; no obstante, la continuación de las dictaduras “depende primordialmente de factores internos”.   

 

He aquí donde debe entrar en juego la inteligencia y la sagacidad de la oposición democrática: modificar los factores internos que les permiten a la dictadura sostenerse pese a embargos comerciales y a sanciones económicas.

 

La oposición democrática debe presentarse, no como una opción revanchista, sino de concordia y acuerdo con los componentes de los recursos humanos sobre los cuales se apoya la dictadura. No condenar como a enemigos a determinados sectores de la sociedad, sino considerarles como posibles aliados estratégicos. Estrictas barreras ideológicas conducen al aislamiento y al tribalismo.

 

A menudo escucho o leo expresiones formuladas por opositores, al interior de Cuba o en el exilio, reclamando una República, tal como la imaginó José Martí, de “con todos y para el bien de todos”, en tanto, reproducen la misma intransigencia del régimen demandando pureza ideológica. Volviendo a Sharp, este considera que, en el camino más adecuado para organizar una victoriosa resistencia popular noviolenta, lo primero a ejecutar por la oposición es negarle a la dictadura “la cooperación popular e institucional”, y ganarla para sí, “lo cual disminuye y puede anular el acceso a las fuentes de poder de las que dependen los gobernantes. Sin acceso a tales recursos, el poder de los gobernantes se debilita, y finalmente se disuelve”.

 

Se requiere hacer labor sistemática de captación, entre los sectores laborales, el estudiantado, el campesinado; captar simpatías dentro de los cuadros jóvenes de mando de las fuerzas armadas y entre los militantes simples del PCC y de la Juventud Comunista (UJC), llevándoles el mensaje de que la oposición democrática no les ve como enemigos, que el enemigo son los jerarcas del PCC y los altos mandos de las fuerzas armadas; por otra parte hay que captar a los sectores de la intelectualidad y de los artistas. Sectores de gran importancia desde el punto de vista de la estrategia política de la resistencia.

 

El tratamiento que se les dé a estos dos sectores, debe ser, inteligente y especial; captarles representa un factor de gran importancia en el debilitamiento de los recursos humanos e ideológicos que sostienen a la dictadura, y, en especial a una como la que dirige el PCC. Hay que evitar cualquier rechazo por sus actitudes anteriores de debilidad y veleidades que antes asumieran frente a la dictadura. Esto viene a propósito con el escándalo que ha originado la edición de un tema musical de estilo rap, convertido de inmediato en una reproducción viral, “Patria y Vida” interpretado por los cantantes Alexander Delgado y Randy Malcom (Gente de Zona), Yotuel Romero, Descemer Bueno, Maykel Castillo (Osorbo) y Eliecer Márquez (El Funky). Este rechazo a estos cantantes, por parte de un sector de la comunidad cubana en Miami, que los ve como arribistas, constituye un verdadero error de conceptos. El despliegue de ataques y menosprecio a estos intérpretes, principalmente dirigidos al dúo de Gente de Zona, podría generar que, muchos intelectuales y artistas cubanos. se abstuvieran de dar su apoyo al movimiento opositor por miedo a ser crucificados públicamente por la condescendencia y la actitud contemplativa que hubieran mantenido hacia la dictadura.

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