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martes, 20 de octubre de 2020

MI RESPUESTA A UN TRUMPISTA CONVENCIDO

 

Mario J. Viera

 


Recientemente, en muro ajeno, respondiendo a aquello que dice que todos los cubanos apoyan a Donald Trump, no pude contenerme y lancé el siguiente exabrupto “Todos los cubanos apoyan a Biden, todos los cubiches apoyan a Trump, esa es la diferencia”. No tuve que espera mucho para recibir una tajante respuesta de un amable trumpista que me espetó lo siguiente:

 

Mario Viera haces igual q los delmalgobierno de Cuba q llaman a los cubanos de Miami, gusanos, apátridas, mercenarios, excubanos etc etc

 

De momento consideré no responderle; pero me quedé picado y me decidí por darle esta respuesta:  

 

 

Te contesto, mi desconocido replicante (…); Es verdad que utilicé un término despectivo como este de "cubiche". No, no todos los que apoyan a Donald Trump son cubiches. Algunos hay que creen sinceramente todas las falacias que emplea el hasta ahora presidente de Estados Unidos; algunos creen sinceramente que Trump derrotará a la dictadura del PCC, cosa que no creo.

 

Ahora bien, ¿quiénes para mí son los cubiches? Son todos esos que vinieron de Cuba, "huyendo del comunismo", ante el cual nada decían cuando vivían allá, calladitos, calladitos para verse más bonitos, porque "¡Hombre, no hay que señalarse! ¡Vamos que otro ponga el muerto! ¡Qué va que los quiten quienes los pusieron!"

 

El exilio es un ente bastante abigarrado, hay de todo como en botica. Están aquellos que aman a Cuba y a su pueblo y detestan al régimen del PCC, están aquellos que se vieron obligados a acogerse al exilio debido a su lucha dentro de la isla enfrentando al régimen a cara descubierta, que sufrieron persecuciones, que conocieron las cárceles por motivos de conciencia; están también ─ quedan ya pocos ─ los que se alzaron en el Escambray en contra del castrismo, que fueron condenados a muchos años de prisión y luego tuvieron que exiliarse.

 

También están ─ahora quedan pocos de ellos ─ los que salieron en estampida, sin ofrecer resistencia al naciente régimen totalitario, confiados en que, en unos pocos días, entrarían los marines y todo se acabaría. Cubiches denomino a esos "redentores" que pretenden ahogar en la miseria a nuestro pueblo, creyendo, exigiendo que se impongan más restricciones económicas al régimen, que, para los usurpadores es cosa que pueden soportar, porque para eso cuentan con Rusia, con China, con Irán, y sin embargo esas medidas económicas quien las sufre es todo el pueblo.

 

 

Denomino cubiches a todos esos adoradores de un tipo tan patético como Otaola con su lista de excluibles, que gritan ¡Abajo el comunismo! en la seguridad de vivir en Estados Unidos y en el vecindario de un Walmart o de un Publix. ¡Qué no tuvieron lo que hay que tener para enfrentar a la dictadura estando en Cuba! Algunos hasta participaron en actos de repudio contra los opositores. que los vi cuando el 80, y supe que habían venido para acá.

 

 

Denomino cubiches a todos esos que cumplían con todas las reuniones del CDR y aquí dicen de los cubanos de allá, de Cuba, que son indolentes y cobardes, que no se rebelan contra el comunismo. cuando ellos fueron exactamente iguales; denomino cubiches a todos esos que creen que un totalitarismo puede derrotarse con otro totalitarismo.

 

 

Si tú estás en algunas de estas categorías, ¡Pues nada! Eres otro cubiche. Si tú te pusiste delante de los oficiales de la seguridad del estado, te enfrentaste al régimen formando parte de alguno de los grupos opositores de Cuba, si sufriste prisión por causa de tus ideas, pues no te sientas mal, no eres un cubiche, pero, si eres trumpero, lo siento, me das pena, no serás cubiche, pero darás pena por haber pisoteado lo que antes creía y te hacía un hombre vertical y libre. Sí porque entregarse a una causa democrática hace libre a los hombres, aunque vivan dentro de un calabozo.

 

 

Hasta ahí mi respuesta al trumpero. Sin embargo, me gustaría agregar algo que coloqué en el muro de un amigo:

 

 

Cuba no es una ideología; Cuba no es un sistema totalitario, Cuba no es un liderazgo; Cuba no es la caterva de mercenarios represores; Cuba no es solo una idea; Cuba es un sentimiento. Cuba es el pueblo, ese que convivió con nosotros en la cuadra, en el barrio; ese que vimos en los atestados autobuses; Cuba es ese pueblo que sufre penurias, ahogo; Cuba es su pueblo, el nuestro. Quien no ama a su pueblo no puede, o no debiera hablar de Cuba. Cuba es estremecimiento. Cuba no puede ser solo una nostalgia.

 

No podemos ser cómplices de los usurpadores pidiendo parones, rechazando el envío de remesas a los nuestros, a nuestros hermanos, a nuestros hijos, a nuestros padres quedados allá, en la isla. No debemos facilitarles coartada política a los usurpadores para poder seguir reprimiendo. Cuba, señores, es su pueblo; nuestro pueblo y tenemos que salir a defender ese pueblo, empleando todos los medios políticos y éticos, sin recurrir a métodos de carácter tan totalitarios como los que practican los usurpadores, apoltronados en sus asientos dentro del Buró Político del PCC. ¡Esos son nuestros enemigos! ¡Esos son los enemigos del pueblo!

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