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viernes, 14 de abril de 2017

LA BOMBA MADRE SOBRE AFGANISTAN. LO POSITIVO Y LO NEGATIVO

Algunos comentarios que expresara en Facebook y otros datos

Mario J. Viera



Bueno, ¿qué decir? Esta bomba, la GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast (MOAB), lanzada sobre áreas del distrito de Achin, en la provincia de Nangarhar, muy cerca de la frontera con Pakistán, ocupadas por las fuerzas del Estado Islámico en Afganistán, posee un poder aterrador. Es capaz de destruir totalmente complejos de cavernas y túneles excavados, donde tanto las fuerzas talibanas como las de Estado Islámico encuentran refugio. La población del distrito de Achín ─ una fortaleza de los muyahidines durante la ocupación soviética de Afganistán ─ es totalmente de etnia Pastún la que, según Wikipedia, ganó “la atención del mundo durante el crecimiento y posterior caída del talibán, dado que eran el principal grupo étnico del movimiento”. El distrito de Achin en Nangarhar constituía un "importante refugio" para los combatientes del EI en Afganistán y "un gran número de miembros clave del EI" han muerto en la operación de las fuerzas armadas estadounidenses, informó a Efe Attaullah Khogyanai, el portavoz del gobernador de Nangarhar. La provincia de Nangarhar es muy escarpada y una de las zonas donde se sospechaba que pudo haberse escondido Osama bin Laden.

De acuerdo con un reporte de EFE, el Gobierno afgano afirmó que estaba en contacto con Estados Unidos e informado del lanzamiento en Nangarhar del gran artefacto militar.

El Estado Islámico, esas bandas de asesinos y terroristas fanáticos “notorio por su actividad en Siria e Irak, comenzó en años recientes a expandirse por Afganistán, donde logró atraer a numerosos seguidores de los grupos Talibanes en la región, así como islamistas de origen uzbeko”. Sus crímenes son espantosos por la crueldad con que acometen las ejecuciones de cientos de personas que consideran infieles. Si la “madre de las bombas” los convierten en cenizas, no tengo por qué condenar su lanzamiento en Afganistán. Los yihadistas, del talibán de Al Qaeda y del Estado Islámico deben ser eliminados, destruidos y convertidos en cenizas. Y aunque fuentes de la OTAN estiman que a inicios del 2016 el EI entrenaba unos 3,000 combatientes en Afganistán, en tanto que en los momentos actuales ese número parece haber disminuido a un nivel entre 600 y 800 hombres en armas, esos elementos terroristas deben ser finalmente liquidados. En este caso, tal vez algunos me lo tomen a mal, no tengo por qué condenar esta acción violenta y estremecedora ordenada por D.T.  

Siempre he estado en contra de Donald Trump, porque le considero un cáncer político; nunca le daré mi apoyo, pero lanzar una tan terrible bomba sobre los talibanes, esas bestias sedientas de sangre, llenos de odio por todos los valores humanos y enemigos de la paz, de la convivencia, de la tolerancia, no lo tengo a mal. Los terroristas del Estado Islámico deben ser borrados definitivamente de la faz de la tierra.

Es cierto que, en el fondo y en el propósito del lanzamiento de tan terrible artefacto de guerra está la intención de D.T. de una demostración de fuerza, contra Corea del Norte y quizá contra Irán. Una demostración de fuerzas tal y como la del presidente demócrata Harry S. Truman cuando arrojara el 6 de agosto de 1945 su primera bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y tres días después la segunda el 9 de agosto sobre Nagasaki, con el pretexto de que Japón resistiría hasta su último hombre sin aceptar la rendición incondicional. Con estos horrorosos ataques Truman estaba dando una demostración del poderío militar de Estados Unidos a la Unión Soviética. Detesto a D.T. y a su política neofascista, pero más detesto a los terroristas del Estado Islámico y aunque la intención sea torcida, no condeno un ataque poderoso y destructivo contra el Estado Islámico y los talibanes que hubiera sido lanzado con iguales propósitos por Georg W. Bush, Barack Obama o por el payaso de Donald Trump.


Lo torcido de D.T. en el lanzamiento de esta gran bomba contra los talibanes es el mensaje oculto de malas intenciones que contiene. Quiere imponer el miedo en todo el mundo, quiere retar al loco de Corea del Norte, intimidar a China y eso sí es altamente peligroso. Contra los yihadistas está bien, pero de ahí a pasar a una fase de provocación a países con capacidad de respuesta nuclear ya es otra cosa ¡Cuidado Donald Trump! Cuidado no comprometa a Estados Unidos en una devastadora guerra con Corea del Norte, con China, con Irán y con Rusia eso sería el gran holocausto de la humanidad si antes no lo sacan de la Casa Blanca a donde nunca debió llegar.

viernes, 7 de abril de 2017

La represalia de Estados Unidos contra el régimen de Bashar al-Assad

Mario J. Viera


Tal como dijera D.T., en Siria se habían traspasado todas las líneas de contención. La liberación de gases tóxicos mezclados con cloro y sarín sobre la población de Jan Sheijun ya ha sido la gota que colmara el vaso de la indignación. El acto no debería quedar en la impunidad, requería que el mundo civilizado diera una firme respuesta al régimen de Assad. Cualquier enérgica respuesta que se diera al acto criminal de la agresión genocida sería bien recibida con aplausos. Y se produjo la represalia cuando, de manera unilateral, Estados Unidos lanzara un ataque de misiles Tomahawk sobre la base aérea siria de Shayrat, la segunda más importante de las fuerzas gubernamentales sirias, en la madrugada del 7 de abril. Trump, inesperadamente impartió la orden del ataque en acto de represalia, que, a todas luces, parece ser acto de justicia.

El gobierno sirio había rechazado las denuncias que se levantaban en su contra por el ataque químico que provocara la muerte de 87 civiles entre ellos 31 niños, alegando que su fuerza aérea había bombardeado bases abandonadas de Al-Qaeda donde se almacenaban armamentos químicos, que incidentalmente sus gases se liberaron y fueran llevados por el viento hacia la ciudad de Jan Sheijun. Sin embargo, las evidencias y los antecedentes de las acciones criminales del régimen de Al-Assad en contra de la población civil, le incriminaban. Nadie dudaba, salvo Rusia, que había sido una acción premeditada de ese régimen; no obstante, según voceros del gobierno de Putin, el apoyo ruso a Al-Assad no era incondicional. Y, consecuentemente, actuó Trump, luego de comunicarle al presidente chino Xi Jinping durante el encuentro de ambos en Mar – a – Lago de que lanzaría el ataque contra Siria, en un movimiento que según El Nuevo Herald podría “indicar a China que el nuevo presidente no teme los pasos militares unilaterales, incluso si países clave como China se interponen en el camino”. Al mismo tiempo el gobierno de Trump notificó a Inglaterra que lanzaría el ataque contra una base aérea siria; por otra parte, el portavoz del Pentágono, Jeff Davis declaró que los rusos fueron puestos en aviso a través de la línea de comunicación especial establecida entre Washington y Moscú para evitar incidentes en Siria, según informara El Nuevo Herald.

Apropiada, este es el calificativo que en general se le ha dado al acto de represalia que Estados Unidos lanzara contra una de las principales bases aéreas del gobierno de Al-Assad. Apropiado creo que así todos podemos denominarle y hasta justo. Sentimos la empatía hacia los civiles sirios que han sufrido ya demasiado con los desafueros de Bashar al-Assad. La pasión nos impulsa; la pasión a favor de las víctimas civiles de   nos invita a batir palmas. Acción muy apropiada ha calificado el gobierno británico al acto inusitado de Donald Trump; lo dice el ministro de Defensa de gran Bretaña, Michael Fallon: “Ha sido una acción muy apropiada y enfocada a atacar la base aérea, los aviones y el equipo que Estados Unidos cree que estuvo involucrado en el bombardeo con armas químicas para disuadir al régimen de próximos ataques futuros y, por tanto, salvar vidas en el futuro”. Para Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el ataque fue “apropiado y justo”. Ryan expuso: “Estos ataques aéreos tácticos demuestran al régimen de Assad que no puede contar con la inacción estadounidense cuando comete atrocidades contra el pueblo sirio”. Por el lado de los demócratas el senador Chuck Schumer vio el acto de represalia como “algo bueno”. El diario español El País anota que el ataque a Siria constituye la “primera victoria política” de D.T.

El senador Schumer hizo una aclaración con respecto al acto precipitado de Donald Trump recomendando: “La administración Trump debe adoptar una estrategia y consultar al Congreso ante de aplicarla”. En igual sentido se manifestó el senador republicano Rand Paul, uno de los halcones del republicanismo, al decir: “Aunque condenamos las atrocidades en Siria, Estados Unidos no ha sido atacado. El presidente debe obtener una autorización del Congreso para llevar a cabo toda acción militar, como estipula la Constitución”; también dio su opinión el  senador Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones exteriores del Senado, cuando al mismo tiempo que consideraba “apropiado” el ataque contra Siria ordenado por Trump, opinó que sería “importante para la administración comprometerse con el Congreso y comunicar claramente  su completa estrategia al pueblo de los Estados Unidos”. Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres teme que el ataque a Siria pueda provocar una escalada y advierte: "Consciente del riesgo de una escalada, pido contención para evitar cualquier acto que pueda profundizar el sufrimiento de los sirios". Ante todo el aplaudir de entusiasmo a favor del ataque de Estados Unidos, el senador demócrata Chris Coona fue la nota discordante poniendo sobre la mesa una duda lógica al estimar que “las acciones decididas por el presidente levantan más preguntas en lugar de dar respuestas”. El giro de 180 grados de la política que había defendido D.T. con respecto a Siria y a Bashar al-Assad de no intervención en Siria ha sido imprevisible, como imprevisible es todo su propio carácter, es ahora visto por algunos como “un golpe de precisión que tensa la relación con Moscú y lanza una clara advertencia a Irán y Corea del Norte”, como lo ha expresado El País.

En un artículo anterior yo había expresado que la triste noticia del ataque premeditado o casual del régimen sirio con gases químicos contra civiles le vino a Trump (...) como anillo al dedo. Y Trump ha sabido sacarles partido a aquellos acontecimientos. Ciertamente como expresara el senador Coona hay más preguntas que tenemos que formularnos y pocas respuestas. Primero el ataque contra la base siria de Shayrat ¿respondía a un plan estratégico debidamente formulado, o se trató simplemente de un acto precipitado decidido a última hora con una intención de propaganda política? Segundo ¿quién o qué ha obtenido las mayores ventajas con el ataque desplegado? ¿Quién ha perdido más? ¿Esta ofensiva, en qué medida resquebrajará el poder de Assad? El ataque de la base de Shayrat se concentró en la destrucción de sus hangares, sus almacenes de combustibles, silos de municiones y sus sistemas de defensa aéreos y de radares, evitándose los depósitos de gas, como señaló una fuente militar citada por El País diciendo: “La meta era acabar con la capacidad de desplazar armas químicas, no con ellas, eso podría haber causado una matanza”; ¿se pretendía no cometer el mismo error reconocido por las autoridades de Siria que afirmaban que sus fuerzas habían bombardeado depósitos de armamentos químicos en campamentos de Al-Qaeda y otros grupos terroristas no muy distantes de la ciudad Jan Sheijun? Moscú, advertido previamente del ataque, puso a salvo al personal ruso que servía en Shayrat y no es de dudar que haya puesto sobre aviso al gobierno sirio para salvar gran parte de los aviones de aquella base, el Kremlin reportó que solo seis aviones fueron destruidos.

¿Se pretendía anular la capacidad aérea de Siria? Seis aviones son fácilmente reemplazables por Rusia. Siria posee alrededor de 15 bases aéreas en estado operativo, aunque con aviones de combate obsoletos provenientes en su mayor parte de la extinguida Unión Soviética. Los ataques de los rebeldes sirios y de grupos de ISIS, contra los aeropuertos de la Fuerza Aérea Árabe Siria, no han podido neutralizar la capacidad aérea del régimen de Al-Assad. ¿Por qué Rusia no activó sus sistemas de defensa antiaérea desplegados en Siria para derribar los misiles Tomahawk? Aunque se considera que los misiles Tomahawks “son difíciles de interceptar, debido a su pequeño tamaño, su reducida sección transversal de radar y su vuelo a baja altitud operativa” esto no quiere decir absolutamente que los sistemas de defensa antiaérea rusa no fueran capaces de detectarles y más aún cuando los rusos estaban advertidos previamente de este ataque. La respuesta que a esta interrogante dan los especialistas rusos, de acuerdo con RT, no es del todo convincente, "porque hubiera comenzado ‘un conflicto nuclear’ entre dos potencias con ese tipo de armamento ‘en el territorio de un tercer país’"; además de esto, el analista militar ruso Vladislav Shuryguin, reporta RT, detalla que, en realidad, los sistemas rusos de defensa antiaérea desplegados en Siria defienden los intereses de Rusia y solo están subordinados al mando militar de este país; por lo tanto, cuando Israel o Turquía "bombardean Siria de manera periódica, protegemos nuestra base aérea y sus instalaciones" para concluir considerando que los rusos tomaron una decisión 'política', porque el derribo de los misiles norteamericanos habría desembocado en un conflicto entre Rusia y EE.UU.   

Donald Trump es un empresario oportunista y carente de escrúpulos que sabe aprovecharse de cualquier oportunidad que se le presente para obtener buenos réditos y esto lo aplica también en la esfera política. El momento era propicio: una situación dramática y estremecedora que conmovía a toda la opinión pública y que podría aprovecharse para obtener un arriesgado e imprescindible triunfo político. Un estado de conmoción emocional, no tan intenso como el que se produjo cuando el atentado terrorismo del 11 de septiembre en New York, pero si lo suficiente como para motivar las simpatías hacia una acción que pudiera ser considerada como justiciera. El S-11 le aseguró a Bush la reelección presidencial. Casi todos creímos lo que se decía sobre las armas de exterminio masivo que supuestamente se encontraban en los arsenales de Sadam Husein, casi todos aplaudimos la guerra lanzada contra Irak para vengar el atentado terrorista contra las torres gemelas.

Trump, por iniciativa propia o tal vez por sugerencia ofrecida por su principal asesor político Steve Bannon, sin consulta previa con el Congreso, lanzó el golpe. Cuatro objetivos estaban claros y definidos en su decisión:

Primero: Trump acosado por las sospechas de los vínculos de sus principales colaboradores y de él mismo con el gobierno de Vladimir Putin, requería desesperadamente hacer algo que fuera como una cortina de humo para desviar la atención sobre este tema. Con el ataque contra Siria, Trump podría mostrarse como un estadista independiente de la influencia rusa.

Segundo: Las encuestas le eran totalmente desfavorables con un alto por ciento de rechazo a su gestión. Una actuación dramática que capitalizara la conmoción del ataque químico en Siria contra la población civil, y le fuera favorable para mejorar su imagen.

Tercero: Podría mostrarse como un hombre fuerte capaz de enfrentar cualquier oposición exterior ya fuera de China o de Rusia.

Cuarto: Podría con su acto de fuerza demostrar que Barack Obama había sido débil en el caso sirio a diferencia suya.


Me molesta tener que aceptar la lógica contenida en las palabras pronunciadas por el Ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergéi Lavrov, cuando dijo: “Esto recuerda a la situación de 2003 cuando Estados Unidos y el Reino Unido, con sus aliados, invadieron Irak sin autorización del Consejo de Seguridad y contra la ley internacional”.

miércoles, 5 de abril de 2017

El culpable es Obama – dice Donald Trump, sin embargo...

Mario J. Viera


El martes 4 de abril, en horas de la tarde, aviones no identificados, si fueran parte de la flota aérea rusa actuando sobre Siria, o aviones del régimen de Bashar al-Assad, descargaron un ataque químico, probablemente con gas sarín, sobre la ciudad de Jan Sheijun al sur de la gobernación de Idlib ocasionando numerosas víctimas civiles (unas 58 víctimas mortales). La ciudad de Jan Sheijun es una posición de las fuerzas opositores al régimen sirio que desde los acuerdos tomados en las Conversaciones de Ginebra se había acordado un alto al fuego. Tanto para Rusia como para Assad los rebeldes allí concentrados son calificados de “terroristas”. El gobierno de Assad negó las acusaciones en su contra alegando que su fuerza aérea solo bombardeó puestos rebeldes abandonados donde se elaboraban armas químicas pertenecientes al Estado Islámico y a grupos de Al-Qaeda, por lo que consideraba que algunos de los tóxicos liberados tras las explosiones llegaron y rodearon a Jan Sheijun situada a pocos kilómetros del lugar atacado. Esta versión es la misma sostenida por las autoridades rusas. Así se justificó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov diciendo que “la aviación siria llevó a cabo un bombardeo en los alrededores de Jan Sheijun contra un almacén de munición de los terroristas. Estas instalaciones contenían fábricas para producir proyectiles cargados con agentes tóxicos

La condena internacional no se hizo esperar aunando voces de Europa, Israel, Turquía y Estados Unidos. El gobernante de Estados Unidos se apresuró a emitir un comunicado por medio de la Oficina de la Secretaría de Prensa, declarando que aquel ataque químico contra personas inocentes era “reprensible” pero consecuencia, no solo de los actos criminales de Assad y sus aliados rusos e iraníes, sino principalmente como un resultado de la debilidad e irresolución de Barak Obama.




Trump consideró como “atroz” el ataque químico lanzado por el gobierno de Assad contra su propio pueblo y afirmara que ese acto “no puede ser ignorado por el mundo civilizado”, no pidió que el dictador renunciara o que debiera ser derrocado, en cambio justificó el acto genocida como “una consecuencia de la debilidad e irresolución de la pasada administración”. A su vez Sean Spicer ratificó la denuncia de D.T. diciendo: “El ataque químico de hoy contra el pueblo inocente de Siria, incluyendo mujeres y niños, es condenable y no puede ser ignorado por el mundo civilizado. Este acto bárbaro del régimen de Bashar al-Assad es una consecuencia de la debilidad de la pasada administración”. La permanencia del dictador en el poder no está en discusión y esto lo dejó bien claro Nikki Haley, la representante de Estados Unidos ante las Naciones Unidas: “Nuestra prioridad ya no es sentarnos y pensar en cómo sacar a al-Assad. ¿Creo que es un obstáculo? Si, lo creo. ¿Vamos a sentarnos y ver como lo sacamos? ¡No!” Pero esto es lo mismo que el flamante Secretario de Estado Rex Tillerson cuando recientemente dijera en Turquía: “La permanencia del presidente Assad será decidida por el pueblo sirio”. Para la camarilla de D.T. Bashar al-Assad es “una realidad política que hay que aceptar”.

El pasado 31 de marzo, la Casa Blanca declaró por boca de su secretario de prensa Sean Spicer: “Con respecto a Assad, hay una realidad política que debemos aceptar. Estados Unidos ─ agregó Spicer ─ tiene profundas prioridades en Siria e Iraq, y lo hemos hecho claro que el contraterrorismo, particularmente la derrota de ISIS, está en primer lugar entre todas estas prioridades”. Esto, de hecho, tal como lo viera el New York Times, como declarara la Casa Blanca, significaba que Trump abandonaba el objetivo de presionar a Bashar al-Assad para que abandonara el poder “marcando una aguda partida de la política sobre Oriente Medio que por más de cinco años guió la administración Obama. Esta decisión de ignorar al dictador sirio por parte del equipo de Donald Trump, fue criticada firmemente por el Senador republicano por Arizona John McCain, quien declaró: “Tratando de combatir a ISIS a la vez que se pretende que ignoremos la guerra civil siria, que ha sido su génesis y combustible hasta el presente, es una receta para más guerra, más terror, más refugiados y más inestabilidad”.

Hay más, en un tuit de 3 de septiembre de 2013, D.T. declaró: “What I am saying is stay out of Syria” (Lo que estoy diciendo es estar fuera de Siria). Dos días después exigiría en otro tuit redactado en letras mayúsculas como reafirmación: “AGAIN, TO OUR VERY FOOLISH LEADER, DO NOT ATTACK SYRIA – IF YOU DO MANY VERY BAD THINGS WILL HAPPEN & FROM THAT FIGHT THE U,S. GETS NOTHING!”  (“Otra vez, a nuestro muy idiota líder, no ataque a Siria – si lo haces muchas cosas muy malas sucederán y ¡Nada ganará Estados Unidos con esa pelea!”)

Trump no sabe medir sus palabras lanzadas impensadamente en función de sus propuestas políticas, como si todavía estuviera en campaña, y obviando que ya lleva cerca de cuatro meses en el gobierno. Acusa a Obama y se olvida que cuando el 31 de marzo su gobierno declarara que Assad era una realidad política que no podía obviarse y al mismo tiempo respaldaba las acciones aéreas rusas le estaba dando luz verde a Assad para irrespetar el alto al fuego acordado. Trump y todos sus ignorantes colaboradores no se han percatado que “este acto bárbaro del régimen de Bashar al-Assad es una consecuencia” de su propia incoherencia e irreflexionalidad. Pero estos hechos le han venido a Trump, como dice la trillada expresión, como anillo al dedo, ya que puede lanzar una cortina de humo que cubra el escándalo de las continuadas evidencias de los vínculos de sus colaboradores con el Kremlin. Aunque en su comunicado del 4 de abril no hizo alusión alguna a Rusia, ha permitido que Tillerson hiciera un llamado a Rusia e Irán “a ejercer su influencia sobre el régimen sirio y garantizar que este tipo de horrible ataque no vuelve a ocurrir jamás", y que reclamara diciendo: “Aquellos que lo defienden o apoyan, incluidos Rusia e Irán, no deberían engañarse sobre Al Asad o sus intenciones”.

En un aparente distanciamiento con Rusia, Nikki Haley, se dice que “fustigó” a Rusia en el Consejo de Seguridad diciendo: “¿Cuántos niños más tienen que morir antes de que Rusia actúe?” Todo esto evidentemente es solo retórica para la galería. Tanta preocupación expresada por la suerte de los niños sirios y sin embargo Trump, en la más polémica de sus órdenes ejecutivas, dictó la prohibición de entrada a Estados Unidos a siete países con mayoría musulmana entre los que se encuentra Siria y se ha negado a recibir a los refugiados sirios, una de sus banderas de combate durante toda su campaña electoral. Recuérdese lo que afirmara Trump en junio de 2916: "Debemos frenar el tremendo flujo de refugiados sirios a EE. UU. No sabemos quiénes son, no tienen documentación y no sabemos de dónde vienen".


Ante el acto (crimen de guerra” como lo calificó el Secretario General de la ONU), Rex Tillerson, declararía: “Cualquier persona que utiliza armas químicas para atacar a su propio pueblo muestra un desprecio fundamental para la dignidad humana y debe rendir cuentas” y consideró que tanto Rusia como Irán, tenían “una gran responsabilidad moral por estas muertes”, solo eso, cuando el acto criminal era en realidad una consecuencia del apoyo que le ofrecen ambos países al régimen sirio.