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lunes, 4 de abril de 2016

LA OPORTUNIDAD DEL REFERENDO


Ha llegado el momento. Por años la disidencia cubana ha solicitado la realización de un referendo nacional, para que sea el pueblo quien decida bajo qué sistema de gobierno quiere vivir. Algunas organizaciones bien intencionadas, pero con gran candidez política, creen que solo con la recogida de miles de firmas en apoyo a un proyecto de referendo, presentadas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el régimen va a acceder a llevarlo a cabo. ¡Ah, es que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones! Confían que se puede llegar a la Ley a partir de la Ley. ¡Incautos! Las leyes del Estado cubano son siempre susceptibles de enmiendas según los intereses de su cúpula gobernante.

Desde su instauración en el poder, el castrismo ha buscado su legitimidad en el apoyo de las masas, de las turbas. Las masas siempre han sido la herramienta de contención de esas mismas masas por el régimen. Si el gobierno usurpador es condenado en un foro internacional cualquiera, convoca a la movilización masiva en su apoyo y, así, poder alegar: “El pueblo está unido al Partido”.

Havel lo dijo, las masas son siempre víctimas y sostén de la tiranía. La sociología ha demostrado que la mentalidad del hombre cediendo su individualidad al influjo de la masa es la de un idiota.

Pero las masas pueden volverse en contra de quienes les manipulan y volcar de un solo golpe al poder ilegítimo. Sí, en las masas está el poder y al mismo tiempo, valga el oxímoron, la debilidad de los regímenes totalitarios.

El próximo Primero de mayo lo convoca el castrismo con un solo y único propósito disimulado bajo la consigna de exigir la devolución de la Base Naval de Guantánamo y el Levantamiento del Embargo, el transmitir la impresión que el discurso pronunciado en La Habana por Barack Obama no caló en la conciencia del pueblo y que el pueblo está firme en su apoyo a la dictadura. El castrismo quiere presentar el primero de mayo como un referendo a su favor, y ciertamente podrá blasonar de ello si la concurrencia al desfile resulta masiva y grandiosa.

Para la oposición, el desfile del primero de mayo que se está organizando puede ser la oportunidad tan esperada del referendo que le diga NO a la dictadura castrista. La consigna de la oposición interna del momento no es gritar “¡Abajo los Castro!”; la consigna que ahora se debe divulgar es: “¡Nadie al desfile del primero de mayo!”; es llamar al pueblo con la consigna: “¡Somos el cambio! ¡No desfilar el primero de mayo!”

El exilio debe unirse en el mismo reclamo. Divulgar por todos los medios, por las páginas sociales Facebook y Twitter y por Radio Martí, la consigna de no al desfile del primero de mayo. Ahí tiene una gran oportunidad #Todos marchamos, para impulsar el no a la farsa del primero de mayo. Hay que convertir el primero de mayo en la primera gran derrota de la dictadura, en el mensaje decidido de no apoyo a la tiranía; el mensaje de que el pueblo no quiere más de lo mismo, que quiere verdaderas reformas y cambios verdaderos.


Por su parte, a no dudarlo, el castrismo reforzará en todo el mes de abril la represión para infundir temor; para intentar disuadir al pueblo de cualquier intento de resistencia. Este, como diría José Martí, es el momento de los hornos.

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