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sábado, 5 de septiembre de 2015

La peligrosa curiosidad del CERN


Mario J. Viera

¡Oh, Dios Todopoderoso, pon alas a mis palabras! Que ellas lleguen a todas las conciencias, que encuentre a quienes las traduzcan a todos los idiomas. Porque el hombre en su irresponsable curiosidad osa invadir lo que solo a Dios corresponde. Están jugando, por su curiosidad insana, con fuerzas que desconocen. Fuerzas que formaron el universo por la voluntad del que Es y Siempre Ha Sido.

Desatar la energía de lo ignoto es osadía irresponsable. Hasta donde llegará la insaciable curiosidad humana, solo Dios lo sabe. El 23 de septiembre, los sabios de la tierra quieren retar la sabiduría del Divino. Pero el Divino no acepta retos, ni permiten que traspasen los umbrales de aquello que solo es de su incumbencia.

¿Qué buscan los sabios que manejan el Gran Colisionador de Hadrones? Descubrieron el bosón de Higgs; ¿no les basta? Han descubierto las partículas subatómicas, los cuarks y los leptones, que dan estructura a neutrones, protones y electrones; ¿quieren más? Han determinado las cuatro fuerzas fundamentales: La interacción nuclear fuerte, la interacción nuclear débil, la interacción electromagnética y la interacción gravitatoria; ¿no se conforman?

¿Qué pretenden ahora? Hacer colisionar a velocidades extraordinarias dos haces de protones en sentidos opuestos que generarían enormes niveles de energía próximos a los alcanzados en el Big Bang, la gran expansión de la materia que por voluntad de la Suprema Inteligencia se produjo. Dicen que en este intento no hay peligro, que matemáticamente no cabe peligro. Pero los cálculos matemáticos no están confeccionados para prever un error accidental, una equivocación, un desperfecto inesperado en la enorme maraña del gigantesco Colisionador. Si esto ocurriera dentro de una fracción de segundo y se liberara una energía incontrolable por el ser humano ¿Qué pasaría con la humanidad, cuál sería el peligro que correría todo el planeta?

Ahora buscan crear microagujeros negros. ¡No hay peligro en ello!, aseguran. Y alegan que si se creara un agujero negro sería, “tan infinitamente pequeño que podría atravesar la Tierra sin tocar ni un solo átomo, ya que el 95% de estos son espacios vacíos”. ¿Quién lo puede asegurar con ningún grado de incertidumbre que esto sea así? ¿Las matemáticas? Las matemáticas siempre son exactas, solo y siempre que las variables que se utilicen no sean erróneamente seleccionadas.

Y ahora pretenden “entrar en una nueva dimensión” en la búsqueda de una hipotética supersimetría, un camino hacia el encuentro con la materia oscura, elemento importante en la formación de estructuras y evolución de las galaxias. Pensemos en un volumen de materia oscura sobre la superficie del planeta, solo esto, ¿a qué conclusiones podemos llegar?

Es muy interesante el símbolo que el CERN ha utilizado para representarle: La imagen de Shivá, el dios hindú conocido como El Destructor.

En el 2008, dos científicos, Walter L. Wagner y Luis Sancho interpusieron una demanda contra el CERN en una corte federal de Hawái alegando que con el Gran Colisionador se podría provocar la formación agujeros negros y materia extraña que destruiría la Tierra. Esta demanda fue desestimada, pues la comunidad científica se colocó a favor del CERN.

La Tierra es nuestro hogar común y todos tenemos opinión sobre lo que se debe hacer o no en el planeta. Todos tenemos derecho a hacernos escuchar en el tema del calentamiento global. No es asusto exclusivo de los políticos, es problema que a todos nos atañe. En muchos países se han dictado leyes prohibiendo la clonación humana, un tema esencialmente ético y muchos estamos a favor de esas leyes, también por razones éticas. En muchos países existe un gran debate sobre la legalización o no del aborto, tema ético y de derecho individual y a la vez tema de conciencia.

En estos asuntos, clonación y aborto, no existe un hipotético peligro para la raza humana ni para la Tierra como planeta.

Sin embargo, sí existen peligros, que aunque tengan carácter de hipótesis no demostrada, es un tema de interés de toda la humanidad, los experimentos que se realizan y los que se pretenden realizar con el Gran Colisionador de Hadrones. Existe un peligro potencial de extinción de toda la humanidad si se produce un error que dé lugar a la formación de un agujero negro estable. Y siempre esa posibilidad de error humano está presente en cualquier experimento sobre cualquier tema que se ejecute.

En newscientist.com se hace una interesante conclusión:

Muchos sostienen que el trabajo científico debe ser debatido sólo por científicos. Que la objeción está bien, cuando se trata de una disputa puramente académica, pero la cuestión de si el LHC es seguro no es académica, es una cuestión que pone al mundo real con las apuestas lo más alto posible. La valoración de la ciencia desde una perspectiva del mundo real, y el entendimiento que el trabajo científico puede ser una empresa humana y como tal falible, no sólo es de justicia, es esencial”.

¿Quién es tan irresponsable que permita en su propio hogar que alguien realice algún ensayo, algún experimento potencialmente riesgoso, que ponga en peligro la casa y a sus ocupantes? Nadie permitiría a alguien a estar experimentando con explosivos dentro de su casa.

Todos tenemos el derecho a ser tomados en cuenta. La ciencia debe ponerse al servicio de la humanidad, sin margen para la posibilidad de un desastre. En última instancia, ¿podemos vivir sin conocer las estructuras de los cuarks y de los leptones, y sin probar la existencia de la supersimetría? Ciertamente sí. Esos millones invertidos en los experimentos que se llevan a cabo con el supercostosísimo Colisionador de Hadrones, tendrían más utilidad si se emplearan para buscar vacunas contra enfermedades como el HIV o el Ebola.

Tenemos derecho a ser escuchados. Debemos hacernos escuchar. Podemos detener la locura y el despilfarro de grandes sumas de dinero que sale de los bolsillos de los contribuyentes. Hay que decir: ¡No más, no estamos seguros de estar a salvos; no estamos seguros de que los científicos no divinos del CERN no se equivoquen y cometan un desastroso e irreparable error!

Debemos manifestarnos. Debemos denunciar. Debemos levantar un poderoso movimiento para no ser jamás desconocidos.


No obstante, creo firmemente que Dios estorbará todos los esfuerzos de aquellos científicos y físicos cuánticos que se creen son un bosón de la Sabiduría de la Gran Inteligencia, de Dios. 

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