Raúl
Castro Ruz saluda al Coronel General chino Fang Fenghui
Carlos
Alberto Montaner
Un
grupo de prominentes ciudadanos norteamericanos ─ entre los que se encuentran
varios notables empresarios de origen cubano ─, le ha escrito una carta pública
al presidente Barack Obama solicitándole que suavice las medidas encaminadas a
agravar la difícil situación económica de la dictadura comunista de los
hermanos Castro.
La
carta no es el resultado de una oscura maniobra de La Habana, aunque el régimen
y sus servicios de inteligencia la vean con deleite porque coincide con sus
intereses, sino la consecuencia de una indiscutible verdad: nadie sabe cómo
acelerar desde fuera el fin de una dictadura como la cubana o la de Corea del
Norte. Sus autores están convencidos de que la antigua estrategia
norteamericana está equivocada.
Es
un viejo debate. Quienes redactaron la carta ─ presumiblemente los empresarios
cubanoamericanos ─ piensan que la estrategia de abrazar al enemigo e intentar
fortalecer a la sociedad civil redundará en el debilitamiento de la tiranía.
¿Logrará
su propósito esa carta? No lo creo. No debiera por las siguientes siete
razones:
1-
La incoherencia tiene sus límites, más allá de los cuales hay que hablar de
esquizofrenia. Washington acaba de declarar oficialmente que el gobierno cubano
es terrorista y Raúl Castro le ha dado la razón enviándole a Corea del Norte
armas de guerra camufladas bajo toneladas de sacos de azúcar. ¿Por qué abrazar
a un régimen terrorista cuando se aprueban sanciones contra Rusia o Venezuela
por comportamientos antidemocráticos?
2-
En el momento en que se divulgaba la carta de marras, el coronel Alejandro Castro
Espín, hijo del dictador Raúl Castro, firmaba un acuerdo de cooperación en
Moscú con los servicios de inteligencia de Putin. Luego pasó por La Habana el
Jefe del Estado Mayor del ejército chino, presumiblemente a formalizar una
gestión parecida. En el pasado, Fidel Castro, en Teherán, había advertido que
todos juntos podían poner de rodillas al enemigo imperialista.
3-
Según afirma Raúl Castro, una y otra vez, y reiteran sus más altos
funcionarios, las “reformas” económicas, tienen como fin perfeccionar la
dictadura comunista de partido único. ¿Por qué Estados Unidos debe cooperar con
una vieja y fallida tiranía que intenta superar las dificultades y consolidarse
en su peor momento económico y psicológico, cuando toda la estructura de poder
en la Isla sabe que el marxismo-leninismo es un fracaso?
4-
El régimen cubano es un enemigo tenaz y permanente de Estados Unidos. Sus
líderes están convencidos de que todo lo malo que sucede en el planeta es culpa
de Washington. No se cansan de decirlo. En el pasado, La Habana pactó con la
URSS y hasta pidió el bombardeo atómico preventivo durante la Crisis de los
Misiles. Hoy Cuba se pone de acuerdo con Irán, Corea del Norte, Rusia y los
países del llamado Socialismo del Siglo XXI para perjudicar a sus vecinos. ¿Tiene
sentido un trato benevolente con semejante gobierno?
5-
Existe, también, el ángulo ético. Durante todo el siglo XX, con razón, Estados
Unidos fue acusado de indiferencia moral por el buen trato que le daba a
dictaduras como la de Trujillo, los Somoza, Batista o Stroessner. Ahora está en
el lado correcto de la historia. En Cuba se violan los derechos humanos
brutalmente. El año pasado se duplicaron las detenciones a los disidentes. Los
cubanos no tienen acceso a Internet. A las tres horas de haber aparecido 14ymedio, el diario digital de Yoani
Sánchez, bloquearon la señal dentro de Cuba. Estados Unidos no debe volver a la
indiferencia moral que tanto afectó la buena imagen del país.
6-
Hay que tomar en cuenta la razón electoral. La Casa Blanca debe escuchar a los
legisladores cubanoamericanos y no necesariamente a los empresarios. De alguna
manera, expresan el sentir mayoritario de los cubanos radicados en USA. El
importante senador demócrata Bob Menéndez, los senadores republicanos Marco
Rubio y Ted Cruz, los congresistas demócratas Albio Sires y Joe García, y los
congresistas republicanos Ileana Ros y Mario Díaz Balart, discrepan en muchas
cosas, pero están de acuerdo en mantener una política de firmeza frente a la
dictadura.
7-
El objetivo de Estados Unidos debe ser que en Cuba se instaure una democracia
plural y próspera que deje de expulsar a sus ciudadanos hacia el vecino del
norte, con la cual desarrollar unas relaciones respetuosas y normales. El
sentido común indica que eso no se logra ayudando a la tiranía de Raúl Castro
en medio de una crisis.
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