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miércoles, 2 de octubre de 2013

Crisis de la verdad acomodada


Guillermo Descalzi. EL NUEVO HERALD

Ted Cruz y Boehner (Daily Kos) 
 

Entre un megalómano, Cruz, y un incapaz, Boehner, nos están llevando al abismo más profundo del mar de la iniquidad política.

Vamos de lo ridículo a lo patético, de crisis en crisis, y si no hay crisis el Congreso no se mueve. Esta es una crisis republicana que quieren presentar como carga demócrata. Eso no va a funcionar. Todo el mundo sabe donde está la intransigencia, cuál es el partido del no, quién es la madre del cordero.

Recuerdo cuando los fundadores del Noticiero Nacional SIN, la hoy Univisión, llegamos a Washington. Fue el día de la inauguración de Ronald Reagan. Llegamos con camisetas negras de SIN, la Spanish International Network. Decían SIN ON THE HILL, pecado en la colina, la del Capitolio. Estaba vivo el recuerdo de Wilbur Mills, poderoso chairman del House Ways and Means Committee, que se metió con ropa y todo a la laguna del monumento a Jefferson tras una stripper argentina conocida como Fanne Fox, Zorra Divertida. Fue ridículo. Nuestras camisetas de ‘Sin on the Hill’ volaron. Hoy llevaríamos camisetitas con ‘El Inca en la Colina’, donde el Inca es John Boehner, “speaker” de la Cámara de Representantes, Inca por incapaz y “speaker” entre comillas porque por su boca no habla él. Es patético. Hemos ido de lo ridículo a lo patético. ¿Y lo digno? Sorry, esto no es lo bueno, lo malo y lo feo. Aquí hay solo lo malo y lo feo.

Del sumo sacerdote de Tonatiuh, Sol Azteca, se decía que “por su boca habla el espíritu”. ¿Qué espíritu habla por la de Boehner? Hoy por hoy es el de la megalomanía en Ted Cruz, ídolo de jour de la derecha folklórica y nativa, colorida y simple, lo cual estaría bien si Ted estuviese para entretenerla, pero está para absorberla. Absorbe su espíritu de conservadorismo digno y lo suelta en torrentes de rechazo por boca de nuestro speaker, el Inca Boehner.

Este era, fue, el país de la democracia que funciona. Lo volverá a ser. Esto es cíclico, pero por el momento y en algún momento, es difícil precisar cuándo pasamos a ser un país donde la democracia dejó de funcionar. Ganase quien ganara, éramos americanos y quienes no ganaban apoyaban al ganador. El concepto de la oposición leal iba más allá de lo teórico. Era una oposición funcional, constructiva, que en lo más duro arrimaba el hombro.

La ley del Obamacare ganó, pasó, y fue validada por la Corte Suprema. Cruz incita a romper la ley, esa ley, ya aprobada, dirimida y juzgada. ¿Puede alguien decir que Cruz, con el torrente que lanza por boca de Boehner, sea leal y constructivo, funcional en su oposición?

Quienes me conocen saben que no soy fanático. Hay mucho que critico en Obama, pero soy constructivo y leal en mi crítica, no a él, a nuestro sistema de gobierno, leal a nuestra constitución, al país, a nuestra sociedad y valores.

Torcer la verdad es patético. Hay que ser leales a partido y causa, sí, leales al movimiento y principios con los que uno se identifique, sí, pero primero hay que ser leales a la verdad y la decencia. En un llamado de atención al entonces senador Joseph McCarthy, le preguntaron: “ Have you no sense of decency?” ¿No tiene sentido de decencia? Los que hoy siguen a Cruz necesitan preguntarle lo mismo. Su decencia debiese condicionar el apoyo que le den.

La verdad no puede, ni debe, ser defendida con medios y palabras indecentes. La mentira es indecente, pero quienes la manejan en esta crisis pretenden que es ‘verdad acomodada’, y que no son ‘ellos’ quienes la acomodan, que son los ‘otros’. Sacarles una verdad simple, sin acomodos, es una tarea titánica, por no decir misión imposible. La verdad no se acomoda, y sería llevadera por todos sin tan solo se manejase con decencia, pero la verdad del momento, acomodada por Cruz y compañía, es usada como amenaza de caos económico para matar el Obamacare. En esta crisis de la verdad acomodada están creando una burbuja similar a del ‘reverendo’ Jim Jones, con odio maquinado y veneno refinado para sus seguidores en Jonestown, Guyana. La de ahora conduce a un Cruztown económico, maquinado en el Capitolio con veneno disfrazado de verdad acomodada. Vengan, tomen su kool aide. Es bueno.

El megalómano lleva al incapaz, y entre los dos llevan y estimulan a los exaltados. Han tratado de derogar el Obamacare más de 40 veces. No lo han logrado. Obama ha sido reelecto. Es tiempo de que acepten la realidad y se den cuenta que su exaltación destruye, y que Dios los bendiga porque son hijos de Dios. Que el Altísimo permita que consideren a los demás en este asunto de la misma manera como nosotros los consideramos a ellos, hijos de Dios.

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