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sábado, 13 de julio de 2013

¿Intolerable o risible?


Mario J. Viera

Creo haberlo dicho antes, que en ocasiones esa parte muy interna mía de masoquismo intelectual me impulsa a leer la página web del súper oficialista diario Granma. Hoy, tengo que confesarlo, sentí curiosidad por saber de qué hablan por estos días tan cargados de noticias internacionales, esos que se denominan periodistas. ¡Nada nuevo y  muy poco de interés! A poco de deambular por la aburrida página me topé con un titular de una sola palabra: “Intolerable”.

Me llamó la atención el tal título, muy sugestivo por cierto. Hay tantas cosas intolerables en la Cuba de ahora mismo… Cuando terminé de leer los dos parrafitos de la nota periodística me entraron tremendas ganas de echarme a reír.

Voy a obsequiarles con la reproducción del primer párrafo de lo intolerable, veamos:

Los culeros desechables se agotaron temprano ayer en la tienda La Época, de Galiano y Neptuno. Sin embargo, personas inescrupulosas se apropiaron de ellos por cantidades y lucraban en las afueras del inmueble con este artículo de tanta sensibilidad para la población, revendiéndolos al doble del precio”.

A la caza de culeros desechables. Foto del Granma
Lo que el gacetillero oficial consideró intolerable no es la incapacidad de satisfacer la demanda de un artículo “de tanta sensibilidad para la población” sino que hubiera gente inescrupulosa, pescadores en ríos revueltos, revendiendo los culeros desechables al doble del precio, es decir lo intolerable no es la causa sino el efecto. Claro que en el segundo parrafito el muy indignado cronista oficial del Granma deja muy bien sentado que aquello que resulta intolerable son “estas manifestaciones de indisciplina e ilegalidad de las que estamos llamados a combatir mediante la acción concertada de todos los factores sociales”; de paso se anota un tanto a su favor siguiendo la nueva letra y música que ahora interpreta Castro el Pequeño con la crítica a la pérdida de valores morales.

Ese patético reporte da ganas de reír por lo ampuloso del lenguaje empleado, digno de mejores objetivos. Da pena también que alguien, que tal vez se graduó en la Escuela de Periodismo, no enfile sus cañones retóricos hacia el blanco real de lo verdaderamente intolerable y no se atreva a hurgar como periodista las razones que permiten la actuación de acaparadores que se mueven por el afán de lucro. ¿Qué es lo primario? Si no existe la ocasión no existe la oportunidad.

El periodista que emite una opinión ─ la nota susodicha más que noticia es editorialista ─ debe ir más allá de lo aparente, de lo superficial. Veamos: Lo primero que hay que deducir es por qué en la tienda La Época se agotaron temprano las existencias del producto. No basta con decir que muchos escrupulosos se hicieron con una gran parte de la existencia para luego revenderla a precios mayores. De aquí se deduce que lo primario es la oferta insuficiente para un producto de primera necesidad, esto es: desabastecimiento. Segundo, el producto deficitario se ofrece en moneda fuerte ─ CUC como sustitutivo del USA dólar ─ a la que no todos tienen acceso y no en moneda nacional. Tercero, ¿la oferta del producto se hace solo en una tienda? Cuarto, habría que preguntarse por qué la industria nacional no produce el artículo en cantidades que puedan cubrir su demanda sin necesidad de recurrir a su importación. Quinto, ¿la oferta es tan pobre que solo puede satisfacer a una parte de la demanda con poder adquisitivo? Todo esto, realmente, es lo intolerable.

Si observamos el comportamiento del mercado minoritario en cualquier parte del mundo no veremos ningún producto de gran demanda que desaparezca del mercado porque del mismo se aprovechen acaparadores para su reventa a precios mayores. Si se buscan culeros desechables se encontrarán en cualquier tienda en grandes cantidades y numerosas marcas comerciales, unos más caros, otros más baratos. Ud puede ir a cualquier mercado buscando un galón de leche. No hay acaparadores porque la oferta satisface a la demanda. Está buscando papel toilette, salvo si Ud. vive en Venezuela o en Cuba, lo encontrará de todas las calidades y de precios diferentes en cualquier tienda; a nadie se le ocurrirá acaparar el producto para lucrar con su reventa.

¿Por qué ayer en la tienda La Época, de Galiano y Neptuno se agotaron temprano los culeros desechables? Sencillamente porque la dirección estatal de la economía en Cuba bajo los dogmas del socialismo real es incompetente para satisfacer “las demandas crecientes de la población”

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