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viernes, 10 de mayo de 2013

Espacio Laical: del lado equivocado en Cuba


Jaime Suchlicki. EL NUEVO HERALD

La revista Espacio Laical, publicación en Cuba que refleja puntos de vista de la Iglesia Católica, criticó abiertamente en su más reciente edición a los opositores que abogan por mantener las sanciones económicas contra la isla.

Espacio Laical insiste que esta posición tiene como objetivo desestabilizar al gobierno cubano. ¡Qué gran contraste con la posición de la Iglesia Católica de Polonia durante la era comunista en Europa! Esa Iglesia fue un bastión de libertad y una fuente de protección y de oposición a las autoridades comunistas. Activistas recibieron protección y refugio en iglesias en Polonia. Como resultado, la Iglesia creció en fuerza e influencia y emergió de la era comunista como la más alta autoridad moral y como la institución más poderosa de la nación.

En ningún momento la Iglesia polaca criticó a los opositores. Reservó sus críticas para el gobierno comunista. En ninguna ocasión la Iglesia Católica pidió a otros países que ayudaran económicamente a la dictadura comunista en Polonia.

La Iglesia en Cuba parece olvidar que el embargo estadounidense no es la causa de la situación económica en la isla y se hace eco de la propaganda castrista. La causa de la pobreza en Cuba es un sistema que no funciona, ni produce. Al igual que ocurrió en Polonia, el desastre económico fue el resultado del sistema comunista.

La Iglesia cubana enfrenta un dilema tanto moral como práctico. Continuar en el presente curso de colaboración con el régimen corre el riesgo de antagonizar a los fieles en la isla. Así mismo, no logrará aumentar su popularidad con los negros, que son los que más sufren y representan la mayor etnia. La Iglesia puede volverse irrelevante en la lucha inevitable que se acerca entre el gobierno y la oposición.

Naturalmente desafiar el sistema también conlleva sus riesgos: la Iglesia puede perder sus privilegios limitados, invitar la furia del aparato de seguridad de Cuba, regresando a los días oscuros del comienzo de la revolución, cuando había pocos sacerdotes y poca influencia.

A pesar de esto la lección de Polonia es clara. Una Iglesia que luchó al lado del pueblo surgió como una institución fuerte y respetada. El precio que pagará la Iglesia Católica cubana por su colaboración será alto. Los cubanos abandonados y reprimidos por la dictadura comunista por más de medio siglo, desean la ayuda de la Iglesia. El momento de estar del lado correcto de la historia es ahora.

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