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domingo, 3 de marzo de 2013

El secuestro


Pedro Caviedes. EL NUEVO HERALD

Cada vez que veo cómo, para infringirle una puñalada al presidente Obama, el GOP le infringe otras tantas al país entero, me pregunto qué pasaría si a esas tandas de recortes amarraran un porcentaje de los salarios de los congresistas. Pero no, en el caso específico del Congreso, serán los aseadores del Capitolio los que verán una reducción en su pago, pues si algo caracteriza a esta nueva ola política que se ha tomado al Partido Republicano, es que sus dolorosas medidas nunca afectan a los de arriba, mientras sí, y siempre, a los de abajo. ¿Qué ha hecho la mayoría republicana por la clase media y baja desde que John Boehner es Speaker of the House? ¿Qué ha hecho el GOP desde que Barack Obama es presidente? Cuatros años de No rotundo, incluso en lo que antes han dicho estar de acuerdo, y de filibusterismo, más que oposición, ya parece sabotaje.


Entre techos de la deuda, secuestros, precipicios fiscales y falsas acusaciones que incluso rodaron en cínicos comerciales de campaña, han hecho todo lo posible por manchar la presidencia de Barack Obama. A sus supuestos principios que claman por la austeridad, valdría la pena que le aplicaran el espejo retrovisor, y saquen la cuenta de cuánto se gastó en la Guerra de Irak (buscando unas armas de destrucción masiva que nunca encontraron), cuánto en el embrollo del que todavía no se ha logrado salir en Afganistán, cuánto se perdió en esa crisis salvaje que a tantas familias estadounidenses dejó sin techo y sin trabajo, cuánto en el rescate a los bancos, y cómo borronearon en ocho años el superávit que había dejado el ex presidente Clinton. Deberían estar colaborando a rabiar por lograr que la gente recupere su vida, intentando resarcirse del desastre dejado por el anterior gobierno de su partido, en lugar de estar representando el brutal número que iniciaron desde el día de la primera posesión del presidente.

En la pasada crisis, la del precipicio fiscal, se logró que los temporales descuentos tributarios de la era Bush expiraran para los que ganan más de $400,000. Que expirara una medida temporal. Y a eso le llamaron aumento en los impuestos. Ahora que el presidente clama por una alternativa balanceada al ‘secuestro’, planteando parte de lo que el candidato elegido del GOP en las elecciones propuso, cerrar los vacíos legales (loopholes) en el sistema, ahora, mágicamente, eso va en contra de ese partido. Cuando Romney lo propone es una medida genial para no tener que aumentar los impuestos. Pero si lo propone Obama… es un aumento de impuestos.

¿Qué se dirá en los libros de historia? ¿Dirán que cuando el país iba en franca recuperación, el Congreso en su totalidad no supo actuar para detener unas medidas de recortes que frenaron el crecimiento? ¿O dirán que los republicanos del Congreso no quisieron negociar un acuerdo balanceado que salvara el crecimiento? Viendo cómo en la prensa se habla del Congreso en general, y no del partido que se opone a todo, a no ser que se ceda en todo lo que piden, creo que los libros de historia dirán lo primero. Y es por esto que siguen. Quizá en ese discurso, en el que se responsabiliza al Congreso en general del atasco, esté la clave de todo lo que han hecho, y no han hecho, hasta ahora. Si por igual se culpa a los congresistas demócratas que a ellos, terminan arrastrando al desprestigio a sus rivales, y no se ven afectados electoralmente.

Lo que más me impresiona es la capacidad que tienen para llevar la agenda por la senda que quieren. Mientras todos los economistas, incluido el presidente de la Fed, Ben Bernanke, han dicho que no es hora de reducir el gasto, porque esto afectará hondamente a la economía, y en últimas afectará incluso ¡la reducción del déficit!, los congresistas del GOP han conseguido que este sea el tema de discusión. Hace unos meses, cuando la elección, el tema era el desempleo. Pero como para acabar con éste se necesitan programas de estímulo y de paso quitarles el trato extremadamente preferencial a las corporaciones y los súper ricos, entonces se enfocan en el déficit, sin importarles que la economía del país se venga abajo, o que tanta gente de bajos recursos, y hasta los soldados que arriesgan su vida por esta patria, lo pasen muy mal y sufran.

Ni en la más pesimista de las ficciones me habría creído posible un escenario tal.

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