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domingo, 3 de marzo de 2013

El fantasma secuestrado


Mario J. Viera

Ciertamente Hugo Chávez ha devenido una figura fantasmal. Un ser que al mismo tiempo está ausente y presente. Nada se conoce en realidad sobre su estado de salud. Nadie, más allá de su círculo estrecho le ha visto y lleva ya más de 80 días sin que se le haya visto públicamente o en la privacidad de su cuarto de convaleciente.

Nicolás Maduro, el vicepresidente-presidente de facto asegura que el mandatario participa en reuniones de hasta cinco horas con sus colaboradores dando instrucciones y ejerciendo su cargo; entonces, si puede someterse a una labor tan agotadora cabe hacerse una pregunta: ¿Por qué no se le muestra en plenas funciones aunque solo sea en breves imágenes de vídeo?

¿Dónde está Hugo Chávez? Se dice que se encuentra recluido en el Hospital Militar o quizá, según el diario español ABC en la residencia presidencial de la isla de La Orchila. ¿Cuál es la verdad?

Nicolás Maduro dijo recientemente: “Los tratamientos que está recibiendo el comandante Chávez son duros, pero él tiene ahorita una fortaleza superior a los tratamientos que está recibiendo y se encuentra en buen estado de ánimo". Buen estado de ánimo. ¿Será verdad? Al menos, el gobernador del Estado Miranda, Enrique Capriles no cree lo que asegura el que de hecho asume la cabeza del Ejecutivo venezolano.

Maduro ha mentido sobre la salud del Presidente, es mentira que estuvo 5 horas reunido con él, en los próximos días el país conocerá la verdad”, aseguró Capriles y agregó: “Maduro ha engañado reiteradamente a los seguidores del Presidente y a los venezolanos sobre la real situación del Presidente

Sin embargo Maduro fanfarronea diciendo cual matón de barrio: “No dejemos que nadie toque al presidente. Métanse con nosotros, que estamos en la calle, y con el pueblo batallando”. Una pregunta: ¿Quién o quienes están tocando al Presidente? Exigir que se diga la verdad sobre la salud del mandatario, que se divulgue un parte médico confiable, que se le muestre, no es ser ofensivo hacia la primera personalidad pública de Venezuela es un imperativo nacional. La estabilidad política de Venezuela requiere una respuesta contundente que no dé lugar a dudas o a suspicacias.

No basta con decir, como ha dicho Maduro, que Chávez está enfermo, porque trabajó a favor del pueblo: “El líder de esta revolución ─ apuntó el vicepresidente en oratoria propia del culto a la personalidad ─ enfrenta una condición delicada de salud sencillamente porque trabajó sin descanso, sin reposo por el pueblo. Pasó muchas noches sin dormir pensando cómo mejorar las viviendas, los servicios, y la calidad de vida en general de los venezolanos”.

Pero esto no es lo que se plantea. Lo sustancial es saber ¿está enfermo y en proceso de rápida recuperación?, o ¿está enfermo y sin posibilidades de pronta recuperación hasta el punto de ser declarado incapacitado para ejercer el gobierno? Esto es lo esencial, no si se enfermó por una supuesta agobiante preocupación del caudillo a favor del pueblo que ve cómo empeoran sus viviendas, sus servicios, su calidad de vida, cómo se incrementa la actividad delictiva y la violencia.

El supuestamente nombrado por Chávez para la cartera de las Relaciones Exteriores, Elías Jaua justificando la falta de precisa información que la cúpula chavista mantiene sobre la salud del enfermo Presidente recién dijo: “Los que quieren que Chávez no se recupere son los que tienen un chantaje y una presión criminal, una presión miserable, ante la cual no vamos a ceder y pedimos a todo el pueblo noble de Venezuela que nos acompañe a acompañar a Chávez en su proceso de recuperación”. ¿Demagogia? ¿O  tal vez una contundente estupidez?

Simple y categóricamente los chavistas trepados sobre el poder no ceden no se proponen ceder a develar la verdad, la única existente en todo este atípico proceso político: El secuestro del fantasma de Chávez por parte de los que debieran ser sus más fieles colaboradores.

Probablemente están esperando las condiciones favorables para informar que en privado, muy en privado, sin evidencia de imágenes se le tomó el juramento a Chávez en el Hospital Militar y hacer oficial el nombramiento de Nicolás Maduro como jefe del gobierno aunque se viole la Constitución, que al fin y al cabo se puede violar con el acatamiento dócil del Tribunal Supremo de Justicia.

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