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miércoles, 3 de octubre de 2012

Se va el viejo


Saúl Godoy Gómez. ABC DE LA SEMANA

Ya era tiempo, estuvo demasiado tiempo en el poder prometiendo cambios que nunca logró, diciendo unas cosas y haciendo otras, imponiendo su socialismo periclitado y falso, haciéndose el gracioso ante las penurias del país en cadena nacional… que se vaya a lamerse las heridas de su inmensa derrota, a escribir sus memorias, a ponderar sus catastróficos errores, porque nada en él fue pequeño ni sencillo, todo lo que pensaba y hacía tenía consecuencias de cataclismo, afectando a mucha gente, conmoviendo al país entero, lo que se le ocurría lo convertían sus cómplices en políticas públicas, sin que mediaran estudios, discusiones o críticas, todo, absolutamente todo giraba en su entorno y con el gusto de la venganza, estampaba su rúbrica en rojo para los “ejecútese”.

Él era la democracia pues se creía el sumun del pueblo, él era la independencia pues era un libertador, él era la soberanía porque hacía lo que le daba la gana y tenía las armas; en el socialismo que mostraba como una gran revolución, jamás conoció oposición ni controles a sus designios, excepto lo que la gente valiente de mi patria le planteó en las marchas multitudinarias, en las elecciones donde le dijeron “No” y se ganaban trincheras, en la resistencia valiente de periodistas y medios que jamás se doblegaron, en mártires que pagaron con sus vidas y encarcelamiento el fruto divino de la libertad, con partidos políticos que lograron concretar lo que parecía un imposible, la unidad.

Trece años después, como Atila el Huno, deja al país arrasado, alumbrándonos con velas y lámpara de kerosene, comprando comida a otros países para poder alimentarnos, las ciudades destrozadas y en ruinas, el hampa asechando en los caminos, las epidemias desatadas, el agua envenenada…

Se va el viejo, se va como vino, insultando y amenazando, prometiendo la violencia de los suyos que parecen no enterarse de sus imperdonables crímenes, se va el viejo de Barinas, creyendo que dormirá al lado de la tumba de Simón Bolívar, que sus gracias sobre nuestros símbolos patrios perdurarán en la eternidad, que sus colonias de chinos, iraníes y cubanos harán de nuestro país la nueva Masada en contra de los gringos.

Por fin pudimos derrotar al hegemón que quería perpetuarse en el poder, que nos impuso la tesis absurda de que todo era de todos, que por si no han caído en cuenta, se trata de hacer de los bienes y actividades de la sociedad, un bien público, y como el bien público se sustenta en que allá afuera existe un ente colectivo, unitario, desasistido, sin cuerpo, por lo tanto incapaz, que explica porque necesita estar en manos de un pequeño grupo de burócratas que reclama para sí las riquezas del país en su nombre.  Tal ente colectivo no existe, la palabra “público” se utiliza para designar a un grupo de individuos reunidos, con derechos y deberes propios, con personalidad jurídica en reunión, se trata de la suma de ciudadanos que hacen sus propias decisiones, que es variado, plural y el hecho de estar juntos no los convierte en otra cosa, lo que es “público” son los espacios que todos compartimos porque pagamos por ellos con nuestros impuestos, porque decidimos que espacios iban a tener esa naturaleza, cuya forma y uso fueron ejecutados por funcionarios a nuestro servicio.

El viejo era un comunista por lo que todas estas fantasías colectivistas las impuso al país para expropiar, nacionalizar, o simplemente quitar a los ciudadanos de sus industrias y bienes, para luego entregarlos como regalos a un grupo afecto a su ideología para que hiciesen con ellos lo que quisieran, y destruirlos fue lo que hicieron, y como si fuera una plaga de langostas, estos revolucionarios enfermos de la cabeza con estas ideas, se dieron a la tarea de saquear el país, llamando a esto, socialismo bolivariano.

Pero allí están estos revolucionarios, sus jefes y líderes, con apartamentos lujosos en Miami, con castillos y viñedos en la Toscana, con posadas de lujo en Argentina, preciosos pisitos en Madrid y Río diseñados por decoradores de interiores muy pero muy “chic”, no le sobra a algunos yates en las marinas de Puerto La Cruz, hoteles en Margarita, aviones en Panamá, haciendas equipadas y con animales importados, para ellos nada faltó gracias a que medraron de lo público hasta reventar, ¿no es esa la idea de ser un fiel comunista con su líder y con el partido?  Para esto, tuvieron que montarse encima de los hombros de muchísima gente, engañarlos, traicionarlos, no importa, atrás quedó el reguero de miseria y de niños con hambre, ellos estarán muy lejos, apartados del mundanal ruido, bebiendo y comiendo bien, por lo menos eso es lo que creen… ¿Saben lo que es triste?, pasar la vejez en medio de demandas y pleitos judiciales, perseguido, señalado, vivir esos años con miedo e inquieto, en vez de disfrutar el merecido descanso con los nietos, en paz… podrán decirnos cínicamente que nadie podrá quitarles lo “bailao”… pero de que pagan, pagan.

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