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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Entre el caos y el fanatismo


Alejandro Armengol

Hay una diferencia fundamental entre una protesta, espontánea, violenta y errónea, y una conspiración.

Tras los ataques a varias de las embajadas de Estados Unidos en el mundo árabe, y la muerte de cuatro estadounidenses, uno de ellos embajador ante el nuevo gobierno de Libia, hay una definida intención: no sólo incrementar el odio, la intolerancia y las divisiones religiosas en la zona, sino incluso trastocar las elecciones presidenciales en este país.

Una manifestación de odio, impulsada por el fanatismo, siempre es repudiable. Pero cuando detrás de los hechos está el objetivo de descarriar un frágil proceso, que de alguna manera intenta superar la era de dictaduras militares y establecer una relación entre Estados Unidos y el país en cuestión que no esté definida por el simple hecho de que el tirano de turno es un aliado a sueldo, se impone una acción y un análisis más serio que la simple fanfarronería.

En primer lugar se debe aclarar que no se trata de una cuestión de creencias religiosas, diferencias de ideología y mucho menos libertad de expresión y valores culturales o democráticos. Otros ejemplos anteriores que se han mencionado, como lo ocurrido a Theo van Gogh, el cineasta holandés asesinado en el 2004 por un islamita, no vienen al caso.

La película que ha causado tanto furor entre los musulmanes no la ha visto casi nadie, al punto que se llegó a afirmar que no existía. La única referencia es que supuestamente los productores organizaron dos proyecciones de la cinta en el Vine Theater, un vetusto cine independiente en Hollywood, el 30 de junio. Al menos eso es lo que dice un panfleto de promoción del evento, donde aparece una foto de Osama bin Laden.

Una productora desconocida convocó en el 2011 un casting para una película de aventuras de bajo presupuesto, con el título de Guerrero del desierto, “un filme de aventuras localizado en el desierto de Arabia”. Nada más se supo de Guerrero del desierto hasta este mismo verano. Un usuario de la red de vídeos de You Tube publicó en ella un tráiler bautizado como Tráiler de la película de Mahoma, de 14 minutos de duración.

Entre las personas que participaron en su producción se halla Steve Klein, un activista cristiano que dijo el miércoles pasado que el director fue Sam Bacile, de acuerdo a una información aparecida en el diario español El País.

En una entrevista telefónica con el Wall Street Journal el pasado martes, alguien que se identificó como Bacile había dicho que era un urbanizador de 52 años residente en California. El periódico añadió que se trataba de la persona que había colocado el avance de la película en You Tube.

Sin embargo, luego se supo que Bacile no existía. El jueves las autoridades confirmaron a Associated Press que detrás de la película se encuentra Nakoula Basseley Nakoula: un copto californiano que fue condenado hace dos años por un fraude bancario y mantiene lazos con líderes antimusulmanes de la Costa Oeste.

El nombre de Nakoula Basseley aparece en documentos judiciales de un tribunal del distrito californiano, en el que se especifican diferentes alias que ha adoptado, como Mark Basseley, Nicola Bacily y Malid Ahlawi.

Esos documentos judiciales muestran que Nakoula fue condenado a 21 meses de prisión o el pago de una multa por valor de 790,000 dólares por un fraude bancario con cuentas falsas y números de Seguridad Social falsos.

Guerrero del desierto, ahora con el título de Inocencia de los musulmanes, una parodia soez del profeta Mahoma, es un bodrio con un burdo montaje sonoro superpuesto con una intención claramente ofensiva. Ya los actores que trabajaron en la cinta han denunciado que fueron engañados y en ningún momento se apareció la palabra Mahoma durante la filmación.

Lo que se buscaba no era calidad cinematográfica, sino ofender a cualquier costo. Con ese mensaje contrario al credo musulmán el pastor Terry Jones de Florida, el mismo que amenazó con la quema pública del Corán en el 2010, se ha dedicado a promover el video.

Mientras que desde el primer momento otros políticos republicanos expresaron pesar por la pérdida de vidas estadounidenses, y han demostrado unidad por el espíritu nacional más allá de las diferencias partidistas, Mitt Romney se ha empeñado en lanzar ataques contra del presidente Obama a partir de los hechos, y a tratar de sacar provecho para su campaña por lo ocurrido.

“Pedir perdón por los valores de América nunca es el camino adecuado”, declaró Romney. ¿Y cuáles son los valores de América para Romney? ¿Un video sin calidad alguna, que supuestamente ha realizado un estafador y promociona un fanático religioso?

Hay que imaginar por un momento una presidencia bajo Romney, donde cualquier aprovechado o falto de conciencia es capaz de encender la chispa para un conflicto bélico.

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