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viernes, 31 de agosto de 2012

El 7 de octubre


Francisco Rivero Valera. EL UNIVERSAL

Todo parece indicar que el triunfo electoral de Capriles va en camino de ser irreversible. Y solo faltan 37 días.

 Eso quiere decir que el domingo 7 de octubre:

 -Se irá Chávez.

 -Será el fin del mundo chavista.

 -Los venezolanos despertaremos de esa pesadilla. Y volveremos a respirar con libertad. Como el 23 de Enero del 58, al terminar los 10 años de dictadura de Pérez Jiménez.

 -Nos daremos cuenta que hemos perdido muchas cosas. Sobre todo el miedo.

 -Surgirá un nuevo país, en Democracia.

 -Y haremos realidad nuestro sueño de reconstruir esta Venezuela destruida y arruinada. Con un nuevo Presidente electo por el pueblo para ser pensante  y líder de todos los habitantes de la nación. Orgullo de 28 millones de venezolanos. Digno representante de la patria y de nuestro gentilicio ante la comunidad internacional. Amante de la paz, de la reconciliación y del progreso. Fiel a la Constitución Nacional. Enemigo de la guerra y de interminables cadenas nacionales atiborradas de mentiras, de cinismo, de faltas de respeto, amenazas y ofensas a la dignidad de personas, instituciones y países.

 -Comenzará la cayapa de todos los venezolanos para salir de abajo y lograr la reconstrucción de este país que nos llevará muchos años. Sin presos políticos. Ni exiliados. Ni exclusión social. Ni represión de la disidencia o de los medios de comunicación social.

 -Retornará el derecho al trabajo para todos los venezolanos, sin listas Tascón, como el mejor camino contra el desempleo y la delincuencia.

 -Volverá el respeto a la dignidad del trabajador y de su familia para que nadie sea coaccionado impunemente en beneficio político al ser obligado a usar franela roja o gorra roja, asistir a contra-marchas o pintar propaganda del gobierno, bajo amenazas de perder su trabajo.

 -Y los edificios públicos no serán pintados solo de rojo ni se llamarán Patria, Socialismo o Muerte sino de cualquier color y con su nombre de registro público. Y los poderes públicos del Estado serán independientes en esa  resurrección de la democracia.

 -Y el pueblo volverá  a creer en sus Fuerzas Armadas, en Pdvsa, en la Asamblea Nacional, en el Consejo Nacional Electoral, en el Tribunal Supremo de Justicia, en la Fiscalía y en la Procuraduría General de la República, en la Defensoría del Pueblo, creados para defender la vida y los derechos de todos los venezolanos y extranjeros. Sin miedo e incertidumbre ante amenazas de expropiaciones e intervenciones, al retornar la seguridad jurídica.

 -Se irá el gas del bueno y los perdigones en las marchas, y volverá la práctica democrática de la concertación y del diálogo, y la educación primaria, secundaria y universitaria como símbolo de progreso y no como recurso político de implantación de un sistema foráneo de gobierno totalitario y fracasado del siglo XIX.

 -Cuando Chávez se haya marchado nos daremos cuenta del tiempo perdido. De nuestros valores morales destruidos. De los recursos económicos despilfarrados. De la profundidad de nuestro atraso y de la gran oportunidad perdida de haber alcanzado la mayor suma de felicidad posible en 14 años funestos.

 -Y recordaremos nuevamente a miles de familiares, amigos y compatriotas que murieron en manos de  la inseguridad  y la delincuencia.

 -Pero, cuando Chávez desaparezca nos daremos cuenta que nada perdura para siempre, salvo Dios, y que, gracias a Dios, recuperamos la Venezuela que siempre soñamos: libre, democrática y pluralista.

 Y gritaremos: Gracias a Dios. Viva Venezuela.

 Que así sea.

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