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lunes, 23 de mayo de 2011

¡Claro que sí, la propaganda la paga el pueblo!

Mario J. Viera. 
En alguna ocasión pregunté cuanto le costaría el castrismo a los cubanos. Haciendo abstracción de los dislates sobre la economía que el castrismo ha llevado hasta el extremo puedo repetir la misma pregunta con respecto a todo su aparato propagandístico, sus emisiones radiales y televisivas, sus periódicos impresos, sus páginas de internet; las concentraciones “populares” con cualquier pretexto, marchas del “pueblo combatiente”, concentraciones y desfiles por el primero de mayo, por la celebración del 26 de julio, por la celebración de congresos del partido y congresos de cualquier tipo y sin dejar de contar en lo que se gasta para mantener en todo el mundo los llamados grupos de apoyo a la revolución o los comités en defensa de los cincos sicarios presos en Estados Unidos, la cifra pudiera ser estratosférica.
Y esos millones de dólares que cuesta cualquier masiva concentración sale de las espaldas y el sudor del pueblo; no sale de los ingresos por concepto de cotizaciones de los militantes del partido comunista.
Estos regímenes necesitan hacer propaganda a todo costo por tal de hacer creer que cuentan con el apoyo popular y hacerse notar internacionalmente; hacerle creer a los tontos que tanto abundan en el mundo de que son fuertes, de que la nación no quiere otro tipo de gobierno que el que ellos representan.
Con todos los trastornos económicos que han puesto al país al borde del abismo, todo ese dinero podría haberse invertido en la estructura socio-económica, en mejorar el sistema de salud, crear viviendas populares, en garantizar la alimentación del pueblo.
Eso mismo sucede en Venezuela. Así lo ha planteado el diputado a la Asamblea Nacional, Carlos Eduardo Berrizbeitia al señalar que el programa favorito de Chávez, “Aló Presidente” ha devorado hasta marzo de 2011 la colosal cifra de 105 743 mil 200 millones de bolívares, que pudieron haberse invertido en la atención de problemas fundamentales para el país como seguridad, educación y salud, mediante programas sociales.
"En estos 12 años, ─ así lo aseguró Berrizbeitia ─ los venezolanos hemos visto al Presidente cantar, bailar, insultar, contar chistes, utilizar los recursos del Estado para impulsar al PSUV y su proyecto personal, y eso se llama malversación de fondos públicos, lo cual está penado por las leyes". Las críticas del diputado se hicieron con motivo del 12 aniversario del elefante blanco de la propaganda chavista, Aló Presidente.
Ya antes, Berrizbeitia, el 16 de octubre de 2007 había llamado la atención del costo que representó la trasmisión de Aló Presidente desde Cuba que se realizó el 14 de ese mismo mes. Según este directivo del Partido Proyecto Venezuela, cada hora de trasmisión representó una erogación de 400 millones de bolívares lo que equivalía al costo mensual de los insumos médicos que requiere la Unidad de Emergencia del hospital Los Magallanes de Catia. En esa ocasión el actual diputado indicó que en total el costo del viaje presidencial y su comitiva superó $1.250.000, lo que se traduce en más de 2.600 millones de bolívares. "Sólo la suite presidencial en un hotel 5 estrellas tiene un costo de 2.500 dólares diarios. Entre tanto, se anuncia en el país nuevas cargas impositivas y se reprime a los médicos que solicitan mejoras salariales e insumos para poder atender a los venezolanos que recurren a hospitales".
Indudablemente, los caudillos socialistas, ya sean los del socialismo estalinista del siglo XX como los socialistas mamarrachos del socialismo del siglo XXI son una carga muy pesada sobre las espaldas de sus pueblos. La propaganda, esa agobiante propaganda del socialismo quienes las pagan son sus pueblos sufridos y eso, en buen término legal quiere decir, más que despilfarro, malversación del tesoro público.

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