Algo que produce asombro por lo excepcional ocurrió en Las Tunas en días recientes. ¡Quién iba a imaginarlo, un policía que no aceptó un soborno de cinco mil pesos (alrededor de 230 dólares), algo que no ocurre todo los días!
Como el hecho es inusitado entre los “gloriosos” combatientes del Ministerio del Interior, el joven sub oficial recibió un Reconocimiento que sostenía muy orgulloso entre sus manos cuando el suceso fuera comentado por el Granma.
Según el gacetillero del gubernamentalísimo diario Granma a Michel García Pérez, el incorruptible, le envolvían “aplausos, expresiones de admiración y de respeto”, tal vez debió agregar “y de asombro, de inimaginable asombro”, mientras él “firme como un roble”, todo un machazo, “sumido en su modesto silencio”, manifiesta la confianza de que “hizo lo correcto, lo que se espera de cualquier miembro del Ministerio del Interior” y muy pocas veces se consigue.
Destacar en el principal diario de Cuba el reconocimiento que se le otorga a un sub oficial de policía por no aceptar un soborno demuestra que estos casos no son corrientes y se necesita destacarlo, presentarlo como ejemplo de moral revolucionaria, como hecho de dignidad a toda prueba.
Nada heroico hizo el sub oficial García Pérez, no se enfrentó a peligrosos delincuentes exponiendo su vida, simplemente hizo lo que cualquier agente del orden está obligado a cumplir ¿Por qué tanto asombro? ¿Por qué premiar el hacer lo que es una obligación propia del trabajo asumido? Sencillamente, porque todo el Ministerio del Interior, desde el Ministro, hasta el más oscuro de sus agentes está corroído hasta la médula por la corrupción.
Me imagino que cuando recibía el Reconocimiento por su “hazaña” algún que otro compañero de labor estaría mascullando “¡qué clase de verraco es este Michel!”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario