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domingo, 12 de diciembre de 2010

Unión de Jóvenes Comunista, Juventud Hitleriana y Guardias Rojos de Mao, una misma cosa; un mismo objetivo.

Mario J. Viera

Todos los sistemas totalitarios, sean fascistas o comunistas, han contado siempre con un despreciable sector de la juventud. Marionetas del poder, esos jóvenes se han prestado para los actos más despreciables o violentos a que hayan sido convocados por los gerifaltes del poder. La dictadura castrista no ha carecido de ese mismo instrumento con los que, en su momento contara Hitler con sus Juventudes Hitlerianas, o Mao Zedong con sus Guardias Rojos durante la Revolución Cultural.

Tratando de hacer creer que la juventud respalda decididamente a la tiranía castrista los estrategas de la represión han lanzado a la calle a sus turbas de jóvenes comunistas, principalmente los que están matriculados en la Universidad, para agredir y hostigar a los disidentes. Este fue el caso del último incidente de agresión en contra de las Damas de Blanco el pasado 9 de diciembre, cuando unos cien estudiantes y supuestos estudiantes rodearon a las valerosas mujeres lanzándoles los epítetos de “gusanas” y vociferando reclamos de que “la calle es de Fidel”.

Si se indagara un poco sobre quiénes son esos supuestos “airados jóvenes” defensores del castrismo se encontraría que en gran parte son hijitos de papá, vástagos de algún miembro de la nomenklatura o de algún oficial del Ministerio del Interior, sin descartar a aquellos que, por simple oportunismo militan en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y que, por indigna cobardía, aceptan jugar el papel de mercenarios del poder. No debemos olvidar que la UJC es la letrina en la que se reúne el oportunismo, el ansia de poder de algún sector de la juventud cubana y el medio más proclive para los ascensos políticos.

Esta fuerza de choque ha sido empleada en diferentes ocasiones por la Seguridad del Estado para boicotear algún acto anunciado de la oposición y a la vez presentarles como “provocadores contrarrevolucionarios”

El libelo panfletario Juventud Rebelde (que mejor debiera nombrarse Juventud Sumisa) acaba de reseñar un supuesto acto de celebración en el parque Villalón por el Día Internacional de los Derechos Humanos “con topes deportivos, ruedas de casino y conciertos musicales”. Según la reportera que cubrió el divertimento hipócrita allí se encontraban “decenas de estudiantes de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, el Instituto Superior de Cultura Física Comandante Manuel Fajardo y de la Universidad de La Habana” celebrando el supuesto derecho a una educación gratuita que garantiza el régimen cubano.

Sólo decenas de estudiantes, nada representativo del estudiantado universitario en su totalidad, pero suficiente para hacer grupo y boicotear la propuesta del Dr. Darsi Ferrer hecha pública desde el 7 de diciembre para celebrar la fecha del 10 de diciembre marchando pacíficamente en el parque Villalón “en silencio, sin consignas ni carteles y con la total disposición de no responder a ninguna provocación de las autoridades”

La represión impidió que ese propósito por parte de los opositores pudiera realizarse.


El Parque Villalón se abre en un importante sector del barrio capitalino del Vedado en la calle Calzada entre las calles D y E y frente al edificio que ocupa la Oficina Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe. Un lugar significativo y al que había que impedir su acceso por los opositores ocupándolo con lo peor de la juventud cubana que ni siquiera se ha leído uno solo de los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La reportera recoge las palabras de unos pocos de los concurrentes, entre ellos los de la bella Suleynni López que consideró oportuno el día para recordar a todos los que murieron por “defender lo que hoy tenemos” y a los que todavía defienden el carcelario sistema castrista como los cinco mercenarios presos por espionaje en Estados Unidos que, ¡No faltaba más! Ella denominó cinco héroes. Lo que parece desconocer Suleynni es que, si se refiere a los que cayeron luchando contra la dictadura de Batista, ninguno era comunista, como José Antonio Echeverría, Joe Westbrook, Carbó Serviá, Menelao Mora, Frank País y muchos más que jamás se plantearon erigir una sangrienta dictadura totalitaria en lugar de la cuartelaría de Batista. Todos ellos fueron traicionados por Fidel Castro y su banda de forajidos serranos.

Esta no es la primera vez que el régimen recurre al estudiantado para acosar a los opositores y disidentes. Recuérdese los actos de repudio contra los que querían emigrar a los Estados Unidos en el año negro de 1980. Ni es la primera ocasión que utiliza al estudiantado como barrera viva para sabotear alguna actividad pública de la oposición.

El 10 de noviembre de 1999 a pocos días anteriores a la celebración en La Habana de  la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el gobierno lanzó un operativo para impedir que en el Parque de Dolores de la barriada de Lawton se concentrara un grupo de opositores que, liderados por Oscar Elías Biscet, pretendían iniciar desde ese lugar una marcha pacífica hasta el Parque Buttari a unas seis cuadras de aquel sitio.

Para presentar a los opositores como provocadores, el gobierno organizó un “acto político-cultural en el Parque Dolores supuestamente convocado por la Unión de Jóvenes Comunistas y la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media. Un grupo de opositores fue detenido en el intento y bandas de Respuesta Rápida entremezclada entre los estudiantes de la enseñanza media agredieron físicamente incluso a los reporteros extranjeros que pretendía cubrir el acto opositor.

En una conferencia de prensa televisada que Castro ofreció a las agencias de prensa extranjeras se presentó a un grupo de estudiantes como testigos oficiales de los incidentes. En esa ocasión escribí un artículo en el que planteaba:

De acuerdo con la versión ofrecida por los estudiantes presentados por el gobierno, que las autoridades rápidamente identificaron dentro del anonimato propio de una multitud y luego localizaron para su comparecencia ante el panel de periodistas, ellos se encontraban en el parque realizando una festividad bailable en "apoyo a la Cumbre Iberoamericana, la conmemoración del 480 de la fundación de la ciudad (de La Habana) y celebrar el día del estudiante". Ninguno de ellos -dijeron- tenía conocimiento de que la disidencia se proponía realizar una marcha ese mismo día partiendo del parque de Dolores, y avanzar seis cuadras hasta el Parque Buttari en la avenida de Porvenir”.


Siempre se trata de una celebración de los estudiantes que sospechosamente se realiza en el lugar que ya antes había sido dado a conocer por los opositores como punto de concentración o desfile. Extraña casualidad.


Hitler tenía a sus Juventudes Hitlerianas para acosar a los judíos y en la quema de libros. Mao tuvo a los Guardias Rojos para abatir a sus opositores dentro del Comité Central del Partido Comunista Chino y de paso destruir importantes patrimonios de la cultura china. El castrismo tiene a su Unión de Jóvenes Comunistas para perseguir, amparados en el número, y acosar a los opositores. Si no desprecio, lástima inspiran esos jóvenes estandartes del totalitarismo. ¡Que Dios los perdone, porque la justicia, en una Cuba liberada del castrismo, no los olvidará!

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