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martes, 26 de octubre de 2010

Participar… OK, pero ¿Con quién?

Mario J. Viera

Tras leer la nota informativa de la periodista independiente Ana Aguililla en la que da a conocer la creación de una llamada Fundación para el Cambio Participativo, me he quedado con muchas preguntas en el magín.
La primera pregunta que me viene a la mente es la siguiente: ¿Se trata de una organización disidente o de una ONG como otras tantas que existen en Cuba bajo la mirada complaciente del gobierno como pudieran ser la Fundación Para la Naturaleza Antonio Núñez Jiménez, el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, el Centro Félix Varela, la Fundación Fernando Ortíz y otras de igual estilo? Digo esto por aquello que nos informa la periodista independiente de que se trata de “un paso de acercamiento a las autoridades”.
Segunda pregunta: ¿Cuál es la “táctica” que se pretende cambiar? Porque se dice que es “una propuesta participativa que constituye (…) un cambio de táctica”. ¿Será que se propone sustituir la labor contestataria por una táctica de acercarse a los jerarcas del régimen? Esta es la tercera pregunta.
La pregunta número cuatro es la siguiente: ¿En qué momento la ciudadanía en Cuba tuvo participación en el espacio político oficial? No puedo recordar cuando los ciudadanos, a no ser los denominados revolucionarios, antiguos guerrilleros, fidelistas y comunistas, tuvieron participación en el espacio político oficial. El espacio político oficial, según lo que conozco de Cuba, está conformado por las estructuras del Partido Comunista, principalmente  su Buró Político, la Unión de Jóvenes Comunistas, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asamblea del Poder Popular y el Consejo de Estado. No conozco otro espacio político “oficial” en Cuba. Entonces, ¿cómo la Fundación para el Cambio Participativo propone retomar lo que nunca estuvo tomado?
La sexta pregunta: ¿Con qué fuerza popular cuenta la Fundación para impulsar la participación de la ciudadanía con el gobierno para “defender la viabilidad de la pequeña y mediana propiedad privada y promover los cambios necesarios en las partes (por partes creo entender que la Fundación comprende a la sociedad civil y al gobierno) para unas elecciones democráticas”?
Vayamos despacio. Para contar con una fuerza movilizadora, la Fundación tiene que hacer que sus propuestas sean conocidas por la población, obtener luego su aprobación y tener capacidad suficiente para poner en movimiento a un numeroso grupo de suscriptores, y cuando digo numeroso, quiero decir contar con miles, con cientos de miles de ciudadanos que se decidan a respaldar la promoción de los cambios necesarios para unas elecciones democráticas. Dudo mucho que la Fundación para el Cambio Participativo pueda lograr tal cosa cuando en su reunión constitutiva solo pudieron participar el 30% de los integrantes de su directiva, en tanto el 70% de la misma fue anulada por los operativos policiales.
Cuando se entenderá que en Cuba no existen resquicios legales para impulsar proyectos participativos. Cuándo seremos tan maduros como para actuar con los pies sobre la tierra y sin la cabeza entre las nubes y darnos cuenta que queda mucho por hacer en Cuba y comprender como cierto lo que Gerardo Machado afirmara al decir que con papelitos a él no lo tumbaban. No se trata de hacer pantomimas para buscar el aplauso de la galería.
El régimen castrista es monolítico. Con propuestas de acercamiento, de participación en el espacio político oficial solo se estará perdiendo el tiempo y lo más terrible, hacerle perder el tiempo a los que buscan cambios por la vía contestaría.
La Constitución de 1976 reformada en 1992 deja bien claro en su artículo cinco que el Partido Comunista “es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, y el artículo 7 establece con precisión: “El Estado socialista cubano reconoce y estimula a las organizaciones de masas y sociales, surgidas en el proceso histórico de las luchas de nuestro pueblo, que agrupan en su seno a distintos sectores de la población, representan sus intereses específicos y los incorporan a las tareas de la edificación, consolidación y defensa de la sociedad socialista”.
Fuera del partido no queda espacio para ninguna otra organización política y solo se reconocen las organizaciones de masas y sociales las únicas participativas en la edificación, consolidación y defensa de la sociedad socialista. Mi última pregunta, ¿es este el tipo de participación de acercamiento a las autoridades la que pretende la Fundación para el Cambio Participativo?
Quisiera tener respuestas para todas mis preguntas. Es muy bueno participar en proyectos sociales, la cuestión es saber con quién se participa.

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