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jueves, 28 de abril de 2022

Cuba-Resistencia Noviolenta, Capítulo VIII.

 

Adiestramiento y disciplina.



Estos dos términos son reiterativos en este volumen; son condiciones imprescindibles para organizar y alcanzar la victoria en una lucha de confrontación entre la noviolencia de los activistas y la violencia ejercida por los órganos represivos, como ha quedado demostrado en muchas de las campañas exitosas que se han producido en diferentes partes del mundo.

Como ha indicado Gene Sharp[1], [La acción no violenta] “A veces se ha practicado espontáneamente, a veces más bien por intuición, o parcialmente basándose en la memoria de un caso conocido de antemano. Generalmente se ha utilizado bajo condiciones muy adversas y por participantes y aún líderes sin experiencia. En la mayoría de los casos no ha habido ni preparación ni entrenamiento previo, muy poca o ninguna planificación y ninguna o muy limitada consideración de estrategia, tácticas y posibles métodos. La gente que la usó no sabía mucho ni de la naturaleza de la técnica que escogió ni de su historia. No había estudios de estrategia y tácticas para consultar, ni manuales de cómo organizar a las “tropas,” conducir la lucha y mantener la disciplina

En todo movimiento de resistencia se requiere establecer, aunque de modo empírico, diferentes etapas para su consolidación; primero, organizarse para captar partidarios; a continuación, integrar todo el movimiento bajo un mismo sistema de disciplina, buscar información y materiales de estudio sobre el tipo de acciones que se pretendan llevar a cabo. y realizar el debido entrenamiento de sus participantes. Si se busca el éxito del movimiento, se deben satisfacerse todas estas etapas y muy en especial, el entrenamiento para el tipo de lucha que se escoja. No es buscar la experiencia sobre la marcha; es asimilar los conocimientos de los expertos en la materia.

Durante su exilio en México, Fidel Castro siguió rigurosamente estas etapas. Desde la algarada del asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, ya había captado un número de adeptos, que le seguían disciplinadamente. En el DF, Castro adquirió un libro sobre la guerra de guerrilla, que había sido publicado bajo el título de “150 preguntas a un guerrillero”, cuyo autor era el general español, experto en el tema de la guerra irregular, Alberto Bayo Giroud ─ una especie de Gene Sharp de la resistencia armada ─. Castro logró ganarse la confianza de Bayo, y este de inmediato se dio la tarea de instruir al grupo de castristas en las técnicas de la guerra de guerrillas; además el grupo necesitaba entrenarse en el uso de las armas y en las prácticas de puntería, lo cual estuvo a cargo de un cubano residente en México, Miguel Sánchez, “el Coreano” que había participado en la guerra de Corea; como complemento del estudio teórico se requirió el entrenamiento físico, necesario para un guerrillero. Esta tarea quedó a cargo de un pugilista mexicano de lucha libre, Arsacio, el Kid, Venegas, quien los preparó en técnicas de defensa personal y los sometió a un estricto y agotador entrenamiento físico.

Esta alusión a los preparativos de lucha armada de Castro, la presento, como ejemplo de las etapas de adiestramiento propias para el desarrollo de una insurrección armada, partiendo de un hecho histórico que ya es conocido en Cuba.  

En los procedimientos de una lucha noviolenta, el cumplimiento de las etapas preparatorias tiene una mayor importancia y complejidad, que aquellas organizadas para la acción armada. En países bajo gobiernos autoritarios o autocráticos, es posible contar con el asesoramiento de instructores extranjeros en las técnicas de la lucha noviolenta. En Cuba, esa posibilidad es cero.  

Se requiere, por tanto, que los organizadores, dediquen un tiempo para el estudio de las teorías de la lucha noviolenta, se requiere también analizar las experiencias en otros países, donde se han impulsado campañas de noviolencia y no han podido lograr sus objetivos. De nuestros enemigos ideológicos podemos tomar sus experiencias dentro de la noviolencia; sobre este tema en específico Vladimir I. Lenin comentó en su libro ¿Qué Hacer?: “… el movimiento incipiente en un país joven sólo puede desarrollarse con éxito a condición de que aplique la experiencia de otros países. Y para ello no basta conocer simplemente esta experiencia (…)  para ello es necesario saber enfocar de modo crítico esta experiencia y comprobarla uno mismo”.

Si deben estudiarse los 198 métodos de acción noviolenta enumerados por Gene Sharp, siempre de manera analítica, sin copia mecanicista de los mismos, sino considerar cuáles de ellos son posibles de aplicación práctica en Cuba, pero, al mismo tiempo, conservando los principios de su sistema. Es importante, quizá mejor decir, es extremadamente importante que los organizadores se reúnan varias veces para la realización de seminarios[2] de estudio y análisis, de la teoría, analizando situaciones, considerando alternativas, desarrollando estrategias de campaña, y planear, preparar y evaluar acciones o campañas. En esa “experiencia educativa participativa”, fundada en el debate e intercambio de opiniones, ellos mismos pueden convertirse en entrenadores para los activistas. El entrenamiento noviolento puede fortalecer un grupo, desarrollando un lazo comunitario, mientras la gente aprende a trabajar junta y clarifica sus intenciones (Manual para campañas noviolentas). Se requiere el conocimiento de la teoría para aplicarla inteligentemente.

Cuando se carece de los rudimentos de las técnicas de lucha noviolenta y no existe un entrenamiento adecuado, tal como lo expone Sharp, “no es sorprendente que haya habido frecuentes derrotas o solamente victorias parciales, y que en algunos casos se hubiera desatado la violencia, que (…) contribuye a la derrota”. Esta situación se ha producido en la lucha del pueblo birmano en contra del golpe de estado dado por el ejército, junto a la resistencia noviolenta se han presentado acciones de acción armada en contra de la dictadura.

A partir de todas estas consideraciones, los organizadores podrán establecer las directrices y los principios de la noviolencia alentados por el movimiento de resistencia, como acuerdos sobre el modo de comportamiento de los participantes en una acción.

Los organizadore deben tener muy claros los objetivos que se persiguen, y los riesgos y las posibilidades de triunfo. Hay experiencias en el accionar de la oposición cubana, de larga data, que es necesario recoger. Se debe analizar los procedimientos de la seguridad del Estado en contra del disenso; procedimientos que han constituido un mismo patrón de conducta; qué modos son los apropiados para burlar la vigilancia de los represores; qué medidas de contención se deben aplicar para anular las acciones de las bandas de colaboradores del régimen organizadas dentro de las brigadas de respuesta rápida; cómo se puede garantizar el anonimato de los principales organizadores dentro del movimiento de resistencia; “es importante difundir conocimientos sobre la lucha noviolenta lo más ampliamente posible. Entre más gente conozca y entienda la técnica noviolenta, será más difícil para los oponentes tratar de dejar acéfalo el movimiento encarcelando o matando a los líderes (Sharp, 2014)” [esta es una labor que puede impulsarse por conducto del Comité de Apoyo Cívico]; tener previsto que el gobierno reaccionar ante el desafío y que se producirán muchas detenciones, que muchos de los participantes irán a la cárcel; ¿qué hacer en ese caso?; ¿conviene replegarse para después emprender nuevas marchas y acciones noviolentas de protestas? ¿Se cuenta con el número de personas necesario para ello?; debe considerarse cuáles son las campañas que deben ser priorizadas; cómo organizarlas; como garantizar la disciplina interna; dónde es mejor comenzar una campaña, etc.,

¿Existe un punto donde se evidencia la fuerza potencial del movimiento de resistencia en el cual queda evidenciada la principal debilidad del régimen? Existe, y está en el despertar de las masas populares, puesto en evidencia en los sucesos espontáneos de las marchas de protestas del 11 de julio del 2021, lo cual es una muestra de donde se encuentra el principal punto débil del régimen. ¿Dónde radica el principal punto débil del movimiento opositor? En la falta de voluntad para el impulso de una seria decisión de alcanzar apoyos efectivos dentro de la población; y en la carencia de iniciativa de los dirigentes de los grupos opositores.

Recuérdese que la resistencia no violenta no es solo empirismo, es un accionar científico y es un acto metódico, que prevé resultados y contingencias. Requiere tiempo y constancia.

Lenin acuñó la frase:Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario”, como teoría, él se refería a la teoría del marxismo basada en concepciones del centralismo vertical y no en los criterios del descentralismo fundado en el liderazgo horizontal. Sin embargo. la frase puede ser reconsiderada diciendo: “Sin el conocimiento de una teoría de acción y sin la elaboración de una plataforma de objetivos democráticos y una bien elaborada estrategia de lucha que tenga en cuenta las iniciativas, tampoco puede haber movimiento de lucha noviolenta”.

En todo núcleo social se requiere determinadas normas de disciplina para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de un cuerpo. Cuando se organizan acciones que requieren una participación masiva se requiere, no precisamente una subordinación a un mando superior, sino la capacidad de controlar los impulsos, y para ello se establecen las acordadas directrices noviolentas.

La disciplina consciente de los activistas y manifestantes, debe dirigirse a la puesta en práctica de los principios y métodos básicos de la acción no violenta, los cuales dejan en claro lo que se espera en los actos de protestas, de desobediencia civil y de intervención noviolenta. Se debe hacer entender, que los actos noviolentos comportan peligros, agresiones de la policía, detenciones masivas y encarcelamiento de activistas.

Cada célula de acción, cada parte de la organización puede impulsar iniciativas propias, de acuerdo a los condicionamientos del lugar donde operen, y siempre, ajustadas a los lineamientos generales y a la disciplina de la noviolencia.

Aunque el nivel de compromiso de los organizadores con los principios de la noviolencia sea muy fuerte, y aunque la estrategia de la campaña esté muy bien organizada, es crucial que los participantes en las manifestaciones y las acciones de desobediencia civil reflejen los principios de la noviolencia para que sea una campaña noviolenta efectiva[3].

 

 



[1] Gene Sharp y col. Caridad Inda. Cómo funciona la Lucha Noviolenta. Institución Albert Einstein. 2014

 

[2] Estos seminarios de estudio no tienen que ser necesariamente presenciales, pudiéndose buscar para su realización alguna otra alternativa que resulte más favorable.

[3] Manual Para Campañas Noviolentas. Op. Cit

 

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