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domingo, 20 de marzo de 2022

TODO TIENE UN LIMITE

Mario J. Viera



Todo, en verdad, tiene un límite, a partir del cual, no existe un “más allá”; un límite que no se puede traspasar. Todo tiene un límite, y hay que hacer todo lo posible para no llegar a ese límite del “non plus ultra”. La criminal guerra que sufre Ucrania bajo las botas, las orugas y los misiles rusos tiene un límite inadmisible: La claudicación de Ucrania ante el avance de las tropas rusas. ¡Hasta ahí no se puede llegar!

Toda Ucrania se ha alzado en defensa de su soberanía ofreciendo una, que puede calificarse de, heroica resistencia frente a los invasores.

Putin ha accedido a realizar conversaciones ruso-ucranianas sin hacer un alto al fuego. Con esa decisión el dictador ruso pretende dar la imagen de estar abierto al diálogo, cuando en realidad lo que busca es, tal como lo definió el analista político y editor Winfried Schneider-Deters y lo ratificó la ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, levantar un “cortina de humo” para ganar tiempo y para reagrupar tropas con las que acometer una mayor ofensiva.

En la sexta ronda de conversaciones, el régimen putinista ha presentado un proyecto de reclamos humillantes para Ucrania. Impone como condicionante para alcanzar una imaginaria paz, primero, la renuncia de Ucrania a integrarse como miembro de la OTAN; segundo, reconocer la anexión de Crimea por parte de Rusia; tercero, reconocer la independencia de las “repúblicas populares” de Donetsk y Lugansk; cuarto desarme de Ucrania; declararse Ucrania neutral al estilo de Suecia y Austria.

Ante estos reclamos de Putin, el presidente Zelensky ha dejado en claro cual es la posición de Ucrania: “Mis prioridades en las negociaciones son absolutamente claras: el fin de la guerra, las garantías de seguridad, la soberanía, la restauración de la integridad territorial, las garantías reales para nuestro país, la protección real para nuestro país”.

Esto deja bien en claro lo que sufriría la soberanía de Ucrania, si Putin logra doblegar la resistencia que está enfrentando. Ucrania, no puede rendirse; no puede caer bajo la esfera rusa. Para alcanzar este propósito el compromiso de Occidente con Ucrania debe ser contundente, decidido, firme. Hay que hacerle ver a Putin que Occidente no esté dispuesto llegar a ese límite del no retorno, del no más allá.

Y ese límite ya lo ha impuesto la encarnizada guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. ¿Conversaciones? ¿Hasta cuándo hay que continuar conversando con Putin? Todo tiene un límite. Como lo declaró el representante demócrata de Massachusetts, Stephen Lynch, durante una visita bipartidista de Estados Unidos en Polonia, que mientras Putin continúe con la agresión, “sólo hay una manera de responder a eso y es la fuerza militar”, El de ahora es un “momento crucial para el mundo”, como lo expuso el primer ministro británico Boris Johnson; es también el comienzo de “una nueva era de intimidación”, si Putin logra vencer en Ucrania. “Un Putin victorioso ─ consideró Johnson ─ no se detendrá en Ucrania. Y el fin de la libertad en Ucrania significará la extinción de toda esperanza de libertad en Georgia y después Moldavia, significará el comienzo de una nueva era de intimidación en toda Europa oriental, desde el Báltico hasta el mar Negro”.

Por el momento, como asegura Lynch. “La acción más urgente que podemos realizar es asegurarnos de que los combatientes ucranianos —esos valientes patriotas que luchan por su libertad — tengan todo el equipamiento, todos los suministros y todo el apoyo que podamos ofrecerles”. Por el momento, como lo dijo Zelensky el día 23 de la invasión: "Esta es la única oportunidad para que Rusia reduzca el daño de sus propios errores. Quiero que todo el mundo me escuche ahora, especialmente en Moscú. Es hora de reunirnos, es hora de hablar, es hora de restaurar la integridad territorial y la justicia para Ucrania. De lo contrario, las pérdidas de Rusia serán tales que necesitará varias generaciones para recuperarse. Hemos ofrecido diálogo, hemos ofrecido soluciones de paz”. Ya se ha llegado al límite y hay que imponer una línea roja.  Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, la Unión Europea y la OTAN tiene que imponerle un ultimátum a Putin para sacar sus tropas de Ucrania y respetar su integridad territorial. Si a Putin no se le enfrenta militarmente, no se detendrá.

Es importante, sí, como lo reconoce Volodymiyr Zelensky que. si solo hay un uno por ciento de posibilidades para detener la guerra, Ucrania debe aprovechas esa oportunidad. “Las fuerzas rusas ─ explicó Zelensky a la CNN ─ han venido a exterminarnos, matarnos. Y podemos demostrarlo con la dignidad de nuestro ejército que somos capaces de asestar un golpe poderoso. Somos capaces de devolver el golpe. Pero desafortunadamente, nuestra dignidad no va a preservar las vidas”. Es correcto, es útil que Ucrania utilice “en cualquier oportunidad para tener la posibilidad de negociar, la posibilidad de hablar con Putin”. Pero si todos estos diálogos, todas esas negociaciones, por culpa de Putin, fracasan, entonces, eso como lo avizora Zelensky, “significaría que esto es una tercera guerra mundial”.


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