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martes, 20 de julio de 2021

LO QUE SI ME PREOCUPA


Mario J. Viera

 


¿Qué hay de nuevo sobre Cuba? Lo nuevo son las propuestas que se han filtrado de Joe Biden sobre las medidas que está analizando con respecto a Cuba. ¡Claro está, los duros del exilio cubano ya están expresando su inconformidad! ¡Quieren más!, diz que, los cubanos no están pidiendo comida, lo que piden es libertad. Aunque yo preferiría modificar ligeramente esas conclusiones. Sí, yo diría, los cubanos están pidiendo comida, exigiendo comida, porque sin comida no se puede vivir, y también piden y están exigiendo libertad, porque sin libertad no se merece vivir. En verdad ese apasionamiento de los duros, no me preocupa, que al fin de cuentas la comida y la libertad de y para Cuba, no hay que exigírsele al gobierno de Estados Unidos. Esos reclamos hay que hacerlos al gobierno de Cuba.

 

Tampoco me preocupa lo que diga la apasionada y estridente Alexandria Ocasio-Cortez pidiendo que ahora, en estos momentos, se levante el embargo a Cuba; y lo reclama Ocasio-Cortez porque ella comprende que “contribuye al sufrimiento del pueblo cubano”. Contribuir., ese es el verbo preciso para referirse al embargo estadounidense: “Ayudar y concurrir con otros al logro de algún fin”. El principal promotor del sufrimiento del pueblo cubano es el Partido Comunista de Cuba (PCC); es decir que, si se retira el embargo, como contribuyente, no por eso dejará de continuar el sufrimiento del pueblo cubano. ¿Una paradoja? ¿Quizá un oxímoron?

 

¿Qué Biden haya ordenado crear un grupo de trabajo para revisar la política federal de remesas? Es que quiere garantizar que, esas remesas, lleguen directamente a las manos de aquellos a quienes se les remitan en Cuba, y “sin que el régimen se lleve su tajada”. ¡Por supuesto que no me preocupa, si es que hasta lo aplaudiría! Sin embargo, no sé como tal cosa pueda conseguirse; en fin, no me preocupa. Lo que sí sé es que ya comenzaron a ponerle piedras en el zapato a Biden los que, de antemano, anunciaron que torpedearían cualquier iniciativa que impulsara la nueva administración. La venenosa María Elvira Salazar ya lanzó la primera piedra: "Presidente Biden, no necesitamos ningún grupo de estudio. Necesitamos acción, ¡ahora!", y el inefable Marco Rubio opinó que la Administración Biden, con el grupo de trabajo sobre remesas, estaría facilitando "una trampa" que el Gobierno de Cuba aprovechará para engañar a EEUU.  

 

¿Qué el presidente de Estados Unidos quiera revisar la viabilidad de incrementar el personal de la embajada estadounidense en La Habana? ¡Pues, hombre! ¿Cómo puede esto generarme preocupación? ¿Los ataques sónicos? ¡No sé, quizá habría que tomar en cuenta esa posibilidad! Sin embargo, de este modo Estados Unidos pudiera facilitar la participación con la sociedad civil ¿Por qué no?

 

Ni a mí, ni a los duros del exilio, nos preocupará que Biden exhorte al gobierno a trabajar con el Congreso para identificar opciones, con el fin de obtener mayor acceso a internet en territorio cubano. Los duros no deben protestar por esta iniciativa, si es que esa propuesta partió de dos de los más altos representativos republicaos de Florida, Ron DeSantis y Marco Rubio. Por supuesto no hay que descartar que los duros comiencen a exigir que el acceso al internet sea ahora mismo y no la semana o el mes que viene.

 

Que la Casa Blanca procure colaborar con organizaciones internacionales para aumentar la asistencia humanitaria a Cuba, ¡De ningún modo me preocupa! Pienso que tampoco los duros tengan motivos para preocuparse o negarse a aceptar tal intención porque, al fin y al cabo, ¿No era precisamente lo que se pretendía con #SOSCUBA? esa iniciativa que se pronunciaba ante la crisis sanitaria debida al aumento de casos de Covid-19 y el colapso de hospitales en Cuba y más en especial en Matanzas.

 

Tampoco es tema preocupante para mí que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro analice la posibilidad de aplicar sanciones a funcionarios cubanos que cometieron violaciones a los derechos humanos en contra de los manifestantes pacíficos en Cuba. Más efectos pueden causar sobre el régimen del PCC las sanciones selectivas, como estas que aquí se presentan, que las sanciones económicas indiscriminadas. Siempre he sido partidario de que se impongan sanciones, no solo económicas, sino también diplomáticas contra todo aquel que cometa actos violatorios de los derechos humanos, desde los matones de las fuerzas especiales, los miembros de la brigadas de respuesta rápida, de la policía, de la seguridad del Estado y de los altos cargos del Partido Comunista de Cuba; es más, que las misma se extiendan a los jueces y fiscales que condenen con penas de prisión en juicios sin las debidas garantías procesales a todo aquel que hubiera tomado parte en las manifestaciones de protestas del 11 de julio, y aún más, a los jueces y fiscales que hayan condenado a disidentes por desacato, propaganda enemiga, asociación ilícita y todas las figuras penales que criminalizan los derechos de expresión, de opinión y de libre asociación.

 

Ahora bien, sí hay algo que me preocupa, y me preocupa al máximo y es que Cedric Richmond, un alto asesor de Biden, y Juan González, alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional, se reunieron el lunes con supuestos líderes cubano-estadounidenses, para escuchar sus recomendaciones y preocupaciones tras las protestas. Y esta preocupación la he venido manifestando desde el 11 de marzo, cuando Antony Blinken, respondiendo a preguntas de la provocativa María Elvira Salazar, dijo: "Vamos a consultar y comprometernos con los cubano-estadounidenses en cualquier cosa que tenga que ver con Cuba". Es que hasta esta preocupación la compartí entonces en Facebook y con algunos de mis amigos virtuales: ¿Cuáles son esos líderes cubano-estadounidenses a quienes el Departamento de Estado consultaría sobre el caso cubano?  La nota de prensa de AP es escueta y no menciona por nombres a esos “consejeros” cubano-estadounidenses.

 

Definitivamente, “algo huele mal en Dinamarca”; y esto si es preocupante.

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