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viernes, 14 de febrero de 2020

La filosofía de los “destacados líderes opositores” del exilio cubano


Mario J. Viera



A menudo leemos en la prensa expresiones tales como “destacado opositor”, o “reconocido líder o dirigente” para referirse a esos tan mediáticos personajes del exilio cubano, que resaltan por sus declaraciones, sus enjundiosos proyectos cívicos, plataformas y programas, que les acompañan en repetitivos peregrinajes por América Latina y por Europa. Títulos rimbombantes, crípticos, emotivos, encabezan sus respetivos proyectos, tales como, “El Día R” “Todos Marchamos”, “Somos más”, “Parón”, “Cuba decide” y hasta “Plebiscito vinculante” y sin dejar de faltar, una “Asamblea de la Resistencia Cubana”. Todos, por supuesto, muy democráticos, ¿cómo no serlos si son la antítesis del proyecto totalitario impuesto en Cuba? El quid, la cuestión, el meollo de todos esas plataformas, proyectos y programas que impulsan los más destacados y preclaros dirigentes del exilio es saber si son realizables o simples intenciones.

Trotamundos incansable y estoicos ─ aunque no sé si Séneca o Epicteto estarían de acuerdo con este calificativo ─ en la divulgación de sus proyectos, impartiendo conferencias, declarando ante parlamentarios y variopintos foros, que les escuchan amablemente y con cierta empatía y... ¡Nada más!  Es que para los receptores de tales proyectos les parecen ser lo mismo con lo mismo, aunque entre un proyecto y otro existan sus lógicas diferencias. Esto me trae a la memoria lo que, en 1994, me dijera Paul Vermeirsch embajador de Bélgica en Cuba. Me aseguró que todos los grupos disidentes no tenían nada nuevo que decirle. Pero yo podría enviarle por escrito las proyecciones de la organización opositora que representaba y luego me daría su opinión. Así lo hice, y, algunos días después, me remitió sus opiniones. En síntesis, me dijo que nuestras proyecciones le resultaban interesantes, pero... omitíamos, lo mismo que las otras omitían: el cómo.

Todos proponen cambios, ¡Magnífico!; proponen alguna que otra hoja de ruta para alcanzar establecer la democracia en Cuba, como esa, que el Diario Las Américas denominó como “carta de navegación”, el Acuerdo por la Democracia en Cuba de 1989; ¡de 1989! Y que ahora, recientemente, los más “destacados líderes” del exilio cubano, desempolvaron en la conferencia de “Pasos del cambio en Cuba”. Todo muy hermoso ¿quién podría estar en contra de esa hoja de ruta para la transición en Cuba, que, supuestamente, debe impulsar un gobierno de transición, como es el Acuerdo por la Democracia en Cuba? Lástima que se trate de un qué para un cuándo, sin especificar el cómo. En un silogismo político el qué es la tesis, el cómo, la antítesis y el cuándo es la síntesis. Es todo, como lo expresado por el retórico latino Marco Fabio Quintiliano (circa 39 – c. 95), un lucus a non lucendo, “Un bosque que no se ve”; es decir una discordancia, o “la validez de lo imposiblemente válido”. Es como una espera para que el régimen, de sí mismo, impulse o autorice los cambios que le liquidarán.  

Me faltaba encontrar un calificativo, que no fuera peyorativo, para identificar lo que hay de común en las propuestas viajeras de los “destacados” disidentes u opositores del exilio, en ese su modo de ver y de conducir la oposición anticastrista, su propia filosofía, el vínculo identitario de sus propuestas. Busqué en mi mente el adecuado calificativo y, por más que insistiera, no le encontraba, sin saber que existía, que venía siendo utilizado para denominar a cierta literatura impresionista y de lo absurdo, desde principios del pasado siglo, con representantes significativos como Eugène Ionesco (del teatro del absurdo, sobre todo en la Cantante calva), Umberto Eco (El nombre de la rosa), y Julio Cortázar (Rayuela). Son esas lagunas intelectuales que existen en mí.

De buenas a primera, y sin que hubiera hecho algún esfuerzo de búsqueda, se me apareció la palabra mágica: La ‘Patafísica. La ¿ciencia? o ¿filosofía? que se dedica “al estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones”. Fue el escritor francés Alfred Jarry el creador de tal palabra en su novela póstuma (publicada en 1911, cuatro años después de su muerte), Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico. “¿De qué se ocupa, entonces, la "ciencia" de las excepciones? ─ pregunta Valeria Perasso. BBC Mundo, 25 septiembre 2009 ─ De buscar soluciones imaginarias. Que podrían servir para resolver un problema o saciar una necesidad, pero no necesitan hacerlo. Podrían, si quisieran. O no. (...) Ahora, ¿cuál es la meta? Los patafísicos tienen un único mandato: dedicarse a la "exploración profunda de la inutilidad".  

Ya puedo exclamar como lo hiciera el matemático, físico, ingeniero y astrónomo Arquímedes de Siracusa: “¡Eureka! ¡Eureka!” Sí encontré el adecuado calificativo para definir a los “destacados” líderes del exilo y sus propuestas: “patafísicos”. Y puedo cambiar el título de este artículo para presentarlo de este modo:

La ‘patafísica de los “destacados líderes opositores” del exilio cubano.

1 comentario:

  1. Did you realize there is a 12 word phrase you can communicate to your crush... that will induce intense feelings of love and impulsive attraction to you buried within his heart?

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    =====> 12 Words Will Fuel A Man's Desire Instinct

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